Por: Ing. Alejandro Espinoza Arroyo
El Rosario, Baja California
A 14 de julio de 2018
Protegido bajo patente no. 1660383.
Artículo No. 128.
QUINTA PARTE.
“RAMÓN GORDO" y “PIANO GAXIOLA”.
En San Manuel, La Sangre, La Cuchilla, San José, San Agustín, El Ocuca, Trincheras, Tubutama, Atil, Oquitoa, Altar, Pitiquito, Caborca, Santa Ana, El Claro, Imuris, Sásabe, La Reforma, Cucurpe, Magdalena de Kino, y Benjamin Hill, son los pueblos en los que "RAMON GORDO", en otros tiempos, fue célebre.
Fue un personaje que no conocí, y que tampoco supe de dónde era oriundo.
Don Andrés Gaxiola fue quien me platicó vivencias del pintoresco y muy querido "Ramón Gordo".
Según Don Andrés, Ramón era un hombre "inocentón", de esos que en nada daban la contra, y que cualquiera podía mandar, él obedecía sin el mayor reparo. Se ganaba la vida haciendo mandados, y algunos livianos "quehacercillos" en las casas de pueblos, y ranchos. Era muy velludo, al grado que el bigote se confundía con la vellosidad de la nariz:
- Muy largos tenía los vellos de la nariz- recordaba Don Andrés Gaxiola.
Había en la comarca un pequeño hombre, apodado el “Wilo” que también era "inocentón"; solo que era un calavera; dentro de su inocencia, no podía ver, aborrecía que "Ramón Gordo", no se cortara los vellos de la nariz, así que siempre andaba tras de él para poner remedio ante tal descuido, y saciar su sentido de pulcritud...
Cuando el “Wilo” a lo lejos divisaba a Ramón Gordo, se dejaba ir detrás de él, y le gritaba:
- !"Ramón Gordo", espérame atascado, no huyas!
Pero en cuanto el otro escuchaba tales gritos, corría para el arroyo, por los callejones que se forman entre milpa y milpa. De inmediato "El Wuilo" lo empezaba a corretear, hasta que lo alcanzaba; lo agarraba con fuerza, y lo regañaba, diciéndole:
- Mira nomás como andas arrastrado, me dan ganas de darte una "chicotera". Mira los pelotes que traes en la nariz.
Ramón Gordo desorbitaba los ojos asustado, y ni porque era mucho más corpulento se defendía, pues le tenía más miedo que respeto al regañón.
- ¡Ya me los voy a cortar "Wilo", ya me los voy a cortar!
- Qué cortar ni qué la nada, hace días que te he estado buscando para ver si andas como la gente, pero miiira!.
Luego lo tumbaba al suelo, le ponía una rodilla en el pecho, una mano en la frente, y sacaba unas pinzas que traía en la bolsa del pantalón, y con las pinzas a jalones le arrancaba los vellos, Ramon Gordo soltaba tremendas "lagrimonas", recordaba Don Andrés.
-Aaahhh,ay, ayayay, gritaba ante el tremendo dolor que aquél bárbaro le propinaba.
Y luego que lo dejaba limpio, sin ningún vello en la nariz, lo amenazaba:
- Te voy a seguir checando, y pobre de ti "Ramón Gordo", nomas que me hagas pasar malos ratos... Ni respirar puedes, pobre de ti que te vuelva a ver yo con esa pelucera en la nariz.
- ¿Crees que no me haces sentir mal?
Esa misma historia me la contó, pero treinta y cinco años después, mi amigo Ramón Noriega Núñez, quien vive en La Cuchilla.
"PIANO GAXIOLA".
Cipriano Gaxiola, hijo de mi amigo Don Andrés Gaxiola, vivía en San Manuel, en casa de su padre, al igual que sus hermanos, Abraham, Felipe, y Andrés.
"El Piano", era un hombre bohemio, delgado, blanco tostado por el sol, a veces usaba barba, de cabello rizado y muy abultado, por tal razón en los pueblos era también conocido como:
"El cabeza de matorro".
Y es que en esa región de Sonora se dan unos arbustos muy frondosos, crecen en forma redonda, y son llamados "matorros"; de ahí le venía el otro apodo al "Piano".
Y como parte de su ajuar en su vida bohemia, traía consigo siempre una destartalada guitarra, que a veces le faltaban una o dos cuerdas, o estaban “anustadas”, de tal manera que no se podían apretar mucho, por lo que la guitarra estaba siempre muy desafinada, al igual que la voz del "Piano". En ocasiones se quedaba dormido por allá en el llano, y la guitarra le servía de almohada.
La tal guitarra, soportaba el calor, vientos, lluvias, la cabeza del "Piano", y hasta su rasgueo.
También era "compositor", me tocó escucharlo cantar muchos corridos, y hasta un arreglo que compuso en su honor, aunque yo no le entendía bien a la voz en su canto.
En una ocasión, bajo un palo verde estaba cantando; lo escuché y apenas logré rescatar las siguientes letras del corrido que había compuesto en su honor; son pocas, y aquí están:
"Si les preeguuntan a ustedes
quién coompuso éste corridooo,
lo compuso el Piano Gaxiola,
un tipo muy divertido…
…y si van a San Manuel,
nunca digan que los corrooo,
y es que éste corrido fue compuesto
por el caabeza ´e matorro...
Cantaba “La flor de Cacomo”, “Sonora Querida”, “Máquina 501”, “La barca de Guaymas”, “El albúr”, “En las cumbres de un verde mezquite”, “Mi ranchito”, “El Sauce y la Palma”, y la “Yaquesita”, principalmente.
Un día le pregunté que si había conocido a "Ramón Gordo", y lo que el "Wilo" le hacía con las pinzas.
Y me contestó muy sí señor el "Piano":
- En una ocasión lo agarré y le dije:
-¡Mira “Wilo": Pataaa en la nuuca te voa dar si sigues molestando a "Ramón Gordo!"”.
- ¿Y ya no lo molestó?, le pregunté.
- Sí. Lo siguió molestando.
-¿Y miraste que lo molestaba Piano?
- Sí.
- ¿Y le diste pataa en la nuuca?
- No.
- ¿Por qué no lo defendiste?.
-Porque mira mis pelos de la nariz ¿Te imagiiinas buqui jodido, cómo me hubiera ido con el Wilo?"
...Caate la boca buqui jodido…
Así es como fueron éstos dos personajes a quienes hoy les brindo éste modesto y breve relato; lo comparto con ustedes, sabiendo que al dejar de existir físicamente, nació su leyenda, ya que ambos pertenecen a la memoria colectiva, formando parte del folclore rural…
Para cuando llegué a San Manuel, en 1969, Ramón Gordo ya habia fallecido, y Cipriano “Piano”, “Cabeza de Matorro” Gaxiola, falleció hace varias décadas, al igual que su padre Don Andrés, en “tendejero” del pueblo.
…continuará…
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