“PROSPERO VALLE MAS AUSTRAL DEL ESTADO Y CABECERA REGIONAL. ”
Entrada norte del porspero Valle de San Quintin, Baja
California
En el movimiento entre las misiones de El Rosario (fundada en 1774) y de Santo Domingo (fundada en 1775), quedaban de por medio las salinas de San Quintín, que vinieron a ser de suma importancia para estas misiones y para toda la región de la frontera, ya que de aquí se extraían las cantidades necesarias de sal para la curtiduría de pieles, conservación de alimentos, y la preservación de las pieles de nutria altamente valuadas en la época por el mercado oriental, y que José Luciano Espinoza Castro concentraba en la misión de Santo Domingo, trayéndolas desde El Rosario ( a cargo de Carlos Espinoza Castro, en aquel lugar), y de todas las bahías pertenecientes a la región Geográfica de San Quintín; siendo estas las de Colonet, Camalú, San Ramón, San Quintín, Bahía Falsa, y Santa María.
Los fronterizos, -como se les llamaba en aquellos tiempos a los habitantes de la región-, intercambiaban frutas y carnes frescas, incluso cerdos, becerros y ovejas vivos, pero mayormente alimentos secos, por mercancías que traían algunos balleneros, y otros marineros, y que atracando estos en las costas locales, realizaban intercambios por ropas de uso, cobijas, azúcar, café, tabaco, entre otros bienes, muy preciados por nuestras familias de principios del siglo XIX, aun con la prohibición de España de realizar estos intercambios con extranjeros, los que eran considerados contrabando.
A la creación de los distritos Norte y Sur de Baja California, ocurrido esto el año de 1888, San Quintín toma un auge mayúsculo, a causa de las concesiones de tierras que el gobierno de Porfirio Díaz, otorgó a los extranjeros. Debido a esto se dio la llegada de ingleses y alemanes por motivo de los trabajos de la vía de ferrocarril, molino harinero, muelle y con la intención de urbanizar el valle, enajenarlo en venta a colonos con ánimos de radicar en el lugar. Aunque el puerto ya se había abierto oficialmente en 1861, y las salinas se trabajaban en forma regular, por lo menos desde 1836 aproximadamente. En 1829 al bergantín ruso BAYCAL, se le otorgó permiso a petición del gobernador de los establecimientos rusos del noroeste de América, para tomar sal de San Quintín, llevándose algo así como 140 toneladas, además de 38 pieles de nutria. Era común que barcos extranjeros llegados de lugares remotos recogieran sal, ya que San Quintín quedaba solo.
En 1804, el capitán O’Cain de Boston, al mando de varios de sus hombres y algunos indios traídos desde el norte de América, lapidó mas de mil doscientas pieles de nutrias de las bahías de la región de San Quintín, sin contar las pieles de lobo marino; utilizando cayucos, para tal efecto, con lo cual mostró a los fronterizos la captura masiva de este animal, el cual era altamente cotizado; y que los frailes jesuitas capturaron desde al menos 1737. Esta captura se llevó a cabo hasta la isla de Guadalupe, extremo sur del hábitat de la nutria. -Hoy extinta en la península-
Debido principalmente a las concesiones otorgadas y a la apertura del puerto de San Quintín, pasaron a vivir definitivamente algunos ingleses, alemanes, y recolectores mexicanos quienes se asentaron en el valle desde la creación del distrito norte de Baja California, principalmente, sin descartar que en el sitio vivían por temporadas desde 1836 los trabajadores de la salina al mando de José Luciano Espinoza Castro; siempre acompañados por hombres de la nación cochimí, de los primeros pobladores de la península.
Cabe destacar que la Bahía de San Quintín, originalmente llamada “Bahía de la Posesión”, fue explorada desde los tiempos en que se creía que la península era isla, y fue descubierta por el navegante Portugués Juan Rodríguez Cabrillo, quien se anclara frente a la bahía, el día 22 de agosto de 1542, al amparo de la corona española.
A partir de la perdida del norte nacional a manos de los Estados Unidos de Norteamérica, llegaron varias familias e individuos solos a la región, sucedió esto entre los años de 1848 y 1900, destacan: Marrón descendientes de El Rosario; Loya, Duarte, Meza, Grosso, Martorell, Peralta, Gilbert, Zerega, Cochran, Villavicencio, Murillo, Arballo, Ortega, entre varias otras de igual importancia en la región, quienes se asentaron desde fines del siglo XIX, y principios del XX, como son: Vidaurrázaga, Sarabia, García, Domínguez, Valladolid, Romero, Capaceta, Collins, Sandez, Warner (La Calentura), Robertson, Ramonetti (Real del Castillo), Appel(Real del Castillo), Luelling (Col. Vicente Guerrero), Orendain (San Quintín), Villarino(Sto. Tomas), Granados(Sto. Tomas), Fernández(San Vicente), Ormart( San Telmo), Legaspy(San Telmo), León, Meléndrez, y Ceseña(La Grulla), Candolfi(Santo. Domingo), Meling (El Rosario, y Colonet), Jhonson (Colonet), Ibarra (Colonet y Camalú), varias familias llegadas a principios del siglo XX provenientes de la nación yaqui originaria de Sonora, llamados éstos caitiobos, quienes huían del azote porfirista, asentadose en El Rosario, en el rancho Santa Gertrudis de la familia de Concepción Duarte Espinoza; siendo entre otras la Seguapise, Tena, Casillas, Guitimea, Poblano; e infinidad de familias llegadas a lo largo del mismo siglo XX, principalmente después del año 1934, con la llegada al poder de Lázaro Cárdenas, quien dio fuerte impulso al ejido como sistema de tenencia de la tierra. Un gran número de personas de las familias antes citadas pasaron a San Quintín para trabajar, y otros a vivir de manera permanente.
Existe en la actualidad en San Quintín, una fundación llamada “Juan Rodríguez Cabrillo”, en honor al navegante. Esta fundación recibió en donación el monte ceniza, -al sur del cerro kenton-, con la finalidad de levantar un monumento a Rodríguez Cabrillo; así también fundar un museo de sitio, y áreas culturales diversas. La sociedad de Historia de San Quintín, tiene entre sus proyectos el rescate de su historia.
En 1804, el capitán O’Cain de Boston, al mando de varios de sus hombres y algunos indios traídos desde el norte de América, lapidó mas de mil doscientas pieles de nutrias de las bahías de la región de San Quintín, sin contar las pieles de lobo marino; utilizando cayucos, para tal efecto, con lo cual mostró a los fronterizos la captura masiva de este animal, el cual era altamente cotizado; y que los frailes jesuitas capturaron desde al menos 1737. Esta captura se llevó a cabo hasta la isla de Guadalupe, extremo sur del hábitat de la nutria. -Hoy extinta en la península-
Debido principalmente a las concesiones otorgadas y a la apertura del puerto de San Quintín, pasaron a vivir definitivamente algunos ingleses, alemanes, y recolectores mexicanos quienes se asentaron en el valle desde la creación del distrito norte de Baja California, principalmente, sin descartar que en el sitio vivían por temporadas desde 1836 los trabajadores de la salina al mando de José Luciano Espinoza Castro; siempre acompañados por hombres de la nación cochimí, de los primeros pobladores de la península.
Cabe destacar que la Bahía de San Quintín, originalmente llamada “Bahía de la Posesión”, fue explorada desde los tiempos en que se creía que la península era isla, y fue descubierta por el navegante Portugués Juan Rodríguez Cabrillo, quien se anclara frente a la bahía, el día 22 de agosto de 1542, al amparo de la corona española.
A partir de la perdida del norte nacional a manos de los Estados Unidos de Norteamérica, llegaron varias familias e individuos solos a la región, sucedió esto entre los años de 1848 y 1900, destacan: Marrón descendientes de El Rosario; Loya, Duarte, Meza, Grosso, Martorell, Peralta, Gilbert, Zerega, Cochran, Villavicencio, Murillo, Arballo, Ortega, entre varias otras de igual importancia en la región, quienes se asentaron desde fines del siglo XIX, y principios del XX, como son: Vidaurrázaga, Sarabia, García, Domínguez, Valladolid, Romero, Capaceta, Collins, Sandez, Warner (La Calentura), Robertson, Ramonetti (Real del Castillo), Appel(Real del Castillo), Luelling (Col. Vicente Guerrero), Orendain (San Quintín), Villarino(Sto. Tomas), Granados(Sto. Tomas), Fernández(San Vicente), Ormart( San Telmo), Legaspy(San Telmo), León, Meléndrez, y Ceseña(La Grulla), Candolfi(Santo. Domingo), Meling (El Rosario, y Colonet), Jhonson (Colonet), Ibarra (Colonet y Camalú), varias familias llegadas a principios del siglo XX provenientes de la nación yaqui originaria de Sonora, llamados éstos caitiobos, quienes huían del azote porfirista, asentadose en El Rosario, en el rancho Santa Gertrudis de la familia de Concepción Duarte Espinoza; siendo entre otras la Seguapise, Tena, Casillas, Guitimea, Poblano; e infinidad de familias llegadas a lo largo del mismo siglo XX, principalmente después del año 1934, con la llegada al poder de Lázaro Cárdenas, quien dio fuerte impulso al ejido como sistema de tenencia de la tierra. Un gran número de personas de las familias antes citadas pasaron a San Quintín para trabajar, y otros a vivir de manera permanente.
Existe en la actualidad en San Quintín, una fundación llamada “Juan Rodríguez Cabrillo”, en honor al navegante. Esta fundación recibió en donación el monte ceniza, -al sur del cerro kenton-, con la finalidad de levantar un monumento a Rodríguez Cabrillo; así también fundar un museo de sitio, y áreas culturales diversas. La sociedad de Historia de San Quintín, tiene entre sus proyectos el rescate de su historia.
Parte del Valle de San Quintín, y Bahía Falsa Vista desde lo alto del cerro de origen
Volcánico llamado ¨Kenton¨.
Volcánico llamado ¨Kenton¨.
Autor: ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO
Titulo del Libro: “LINAJE ESPINOZA”; Así nacieron nuestros pueblos
Bajo patente 1660383.