¿En mi juventud, cuándo me iba a imaginar, que escribiría sobre este gran ser humano, y mucho menos, sobre un fatal desenlace?
Por: Ing. Alejandro Espinoza Arroyo.
No importa quien sea, no importa lo valioso que resulte ser una persona, sin importar su limpia y esmerada trayectoria; contando con todo eso y con mucho más, no falta a quien le estorbe, y decida ponerle fin a la existencia ajena, como si aquella vida les perteneciera.
El ser humano, de los animales el de mayor cerebro, el pensante, el sensible; dentro de los cuales existen algunos rapaces que arrebatan vidas y destinos, como si esos viles seres fueran eternos, como si no fueran a concluir sus días en esta vida, se creen que todo lo pueden, que todo lo merecen. La condición humana, en muchas ocasiones desbordada, en cualquier sitio del mundo sacrifican a valiosos individuos, como han sido los casos de: Abraham Lincoln, John F. Kennedy, Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Jorge Cafrune, “Ferrusquilla Espinoza”, Facundo Cabral, y tantísimas valiosas almas.
Bien lo cantaba Cabral: “Por temprano que te levantes, a donde quiera que vayas, ya está lleno de pendejos”: Como si lo hubiera presentido, temprano se levantó el pasado sábado 9 de julio del 2011, ya en la calle lo esperaban unos pendejos, que sin más ni más silenciaron y segaron la vida del intelectual, cantor, y poeta argentino, que en realidad no era de ninguna parte, y era de todas…
Nunca alcanzaré a entender las mezquinas razones que llevan a seres de vil estampa, que se cruzan en los valiosos caminos recorridos por distinguidas personas, que los hacen marcharse de este mundo de manera repentina, por acciones de cobardes que nos dejan a los demás, un dejo de tristeza, de impotencia y de dolor, por la partida de seres tan queridos y admirados por nosotros los simples mortales.
Nuestros hermanos de Guatemala, lugar donde el pasado sábado fue arteramente asesinado Facundo Cabral, se encuentran por mucho, más dolidos que nosotros por haber ocurrido el magnicidio en su tierra; que aunque ellos nada tienen que ver, y sí mucho que lamentar, nos unimos, al menos yo, en ese desasosiego que deben sentir por lo sucedido en su territorio, a un ser tan querido, admirado, y respetado por millones de personas en el mundo. Lo que por cierto, no debió ocurrir en ninguna parte del planeta.
Parafraseando a Facundo Cabral: Buscando amistad, encontró cariño y afecto; pero murió asesinado:
¡Qué incongruentes, somos los humanos, cuando queremos serlo!, característica prueba está en desmanes como el que nos ocupa.
Desde mi más temprana juventud, he admirado al igual que millones, a éste gran hombre, ahora martirizado; nos dio con sus poemas, y su canto un sentido de pertenencia, nos enseñó a viajar a través de la mente, nos unió, y nos hizo un gran bien al engrandecer nuestras almas, al mostrar la libertad, y la verdad en sus arreglos.
Ahora nuestro querido Facundo, ha pasado a ser leyenda, que aunque ya lo era desde antes, se ha convertido en inmortal.
Ya debes estar con Atahualpa Yupanqui, con Alfredo Zitarroza, con Violeta Parra, con Agustín Lara, con Tata Nacho, quienes como tú, y muchos otros, fueron grandes pensadores, que nos hicieron, y nos siguen haciendo tanto bien.
Y como lo cantaba Jorge Cafrune:
“A donde vaya a parar el canto de ese cristiano, no ha de faltar el paisano que lo haga resucitar”…
Y también cantaba:
“Ando cantándole al viento, y no solo por cantar, del mismo modo que el viento, no anda por andar nomas”…
O cómo nostálgicamente lo cantaba Atahualpa Yupanqui:
“Si a mí me gusta que suenen, pa’ que los quiero engrasaos”…
Y Alfredo Zitarroza, interrogando cantaba:
“? El niño que fui, que responda?”…
Y Violeta Parra, agradecida con la vida decía:
“Que cuando los abro, clarito distingo, lo negro del blanco”…
Y Piero José:
“Es un buen tipo mi viejo, que anda solo y esperando”,…
Y Nuestro Agustín Lara:
“Farolito que alumbras la calle”…
Y Facundo Cabral se preguntaba:
¿A dónde irán las palomas, cuando ya no son hermosas”,…
Qué gran pena siento…
¡Adiós amigo Cabral, te fuiste, pero te quedas; haz perdido la batalla, pero más bien, haz ganado; haz nacido como inmenso ser!…
AUTOR DEL ARTÍCULO:
ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO
EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA
LUNES 11 DE JULIO DE 2011.
NOTA: Me enteré de éstos tristes hechos, por llamada que el mismo día en que ocurrió esta cobardía, me lo hizo saber mi hijo Alejandro; quien aturdido y triste por el suceso, no pudo explicárselo; y cómo él supo desde su más tierna edad, de la existencia de Cabral, desde niño fue su gran admirador. Y Luego mi hija Laura, me envió sus propias condolencias: y todos los que nos hemos visto en éste inicio de semana, hemos comentado consternados la lamentable pérdida, todos nos hemos dado condolencias, pues con su partida, todos hemos perdido algo…
Por: Ing. Alejandro Espinoza Arroyo.
No importa quien sea, no importa lo valioso que resulte ser una persona, sin importar su limpia y esmerada trayectoria; contando con todo eso y con mucho más, no falta a quien le estorbe, y decida ponerle fin a la existencia ajena, como si aquella vida les perteneciera.
El ser humano, de los animales el de mayor cerebro, el pensante, el sensible; dentro de los cuales existen algunos rapaces que arrebatan vidas y destinos, como si esos viles seres fueran eternos, como si no fueran a concluir sus días en esta vida, se creen que todo lo pueden, que todo lo merecen. La condición humana, en muchas ocasiones desbordada, en cualquier sitio del mundo sacrifican a valiosos individuos, como han sido los casos de: Abraham Lincoln, John F. Kennedy, Mahatma Gandhi, Martin Luther King, Jorge Cafrune, “Ferrusquilla Espinoza”, Facundo Cabral, y tantísimas valiosas almas.
Bien lo cantaba Cabral: “Por temprano que te levantes, a donde quiera que vayas, ya está lleno de pendejos”: Como si lo hubiera presentido, temprano se levantó el pasado sábado 9 de julio del 2011, ya en la calle lo esperaban unos pendejos, que sin más ni más silenciaron y segaron la vida del intelectual, cantor, y poeta argentino, que en realidad no era de ninguna parte, y era de todas…
Nunca alcanzaré a entender las mezquinas razones que llevan a seres de vil estampa, que se cruzan en los valiosos caminos recorridos por distinguidas personas, que los hacen marcharse de este mundo de manera repentina, por acciones de cobardes que nos dejan a los demás, un dejo de tristeza, de impotencia y de dolor, por la partida de seres tan queridos y admirados por nosotros los simples mortales.
Nuestros hermanos de Guatemala, lugar donde el pasado sábado fue arteramente asesinado Facundo Cabral, se encuentran por mucho, más dolidos que nosotros por haber ocurrido el magnicidio en su tierra; que aunque ellos nada tienen que ver, y sí mucho que lamentar, nos unimos, al menos yo, en ese desasosiego que deben sentir por lo sucedido en su territorio, a un ser tan querido, admirado, y respetado por millones de personas en el mundo. Lo que por cierto, no debió ocurrir en ninguna parte del planeta.
Parafraseando a Facundo Cabral: Buscando amistad, encontró cariño y afecto; pero murió asesinado:
¡Qué incongruentes, somos los humanos, cuando queremos serlo!, característica prueba está en desmanes como el que nos ocupa.
Desde mi más temprana juventud, he admirado al igual que millones, a éste gran hombre, ahora martirizado; nos dio con sus poemas, y su canto un sentido de pertenencia, nos enseñó a viajar a través de la mente, nos unió, y nos hizo un gran bien al engrandecer nuestras almas, al mostrar la libertad, y la verdad en sus arreglos.
Ahora nuestro querido Facundo, ha pasado a ser leyenda, que aunque ya lo era desde antes, se ha convertido en inmortal.
Ya debes estar con Atahualpa Yupanqui, con Alfredo Zitarroza, con Violeta Parra, con Agustín Lara, con Tata Nacho, quienes como tú, y muchos otros, fueron grandes pensadores, que nos hicieron, y nos siguen haciendo tanto bien.
Y como lo cantaba Jorge Cafrune:
“A donde vaya a parar el canto de ese cristiano, no ha de faltar el paisano que lo haga resucitar”…
Y también cantaba:
“Ando cantándole al viento, y no solo por cantar, del mismo modo que el viento, no anda por andar nomas”…
O cómo nostálgicamente lo cantaba Atahualpa Yupanqui:
“Si a mí me gusta que suenen, pa’ que los quiero engrasaos”…
Y Alfredo Zitarroza, interrogando cantaba:
“? El niño que fui, que responda?”…
Y Violeta Parra, agradecida con la vida decía:
“Que cuando los abro, clarito distingo, lo negro del blanco”…
Y Piero José:
“Es un buen tipo mi viejo, que anda solo y esperando”,…
Y Nuestro Agustín Lara:
“Farolito que alumbras la calle”…
Y Facundo Cabral se preguntaba:
¿A dónde irán las palomas, cuando ya no son hermosas”,…
Qué gran pena siento…
¡Adiós amigo Cabral, te fuiste, pero te quedas; haz perdido la batalla, pero más bien, haz ganado; haz nacido como inmenso ser!…
AUTOR DEL ARTÍCULO:
ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO
EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA
LUNES 11 DE JULIO DE 2011.
NOTA: Me enteré de éstos tristes hechos, por llamada que el mismo día en que ocurrió esta cobardía, me lo hizo saber mi hijo Alejandro; quien aturdido y triste por el suceso, no pudo explicárselo; y cómo él supo desde su más tierna edad, de la existencia de Cabral, desde niño fue su gran admirador. Y Luego mi hija Laura, me envió sus propias condolencias: y todos los que nos hemos visto en éste inicio de semana, hemos comentado consternados la lamentable pérdida, todos nos hemos dado condolencias, pues con su partida, todos hemos perdido algo…
COMENTARIOS SOBRE LA NOTA:
Mi siempre estimado amigo Alejandro Espinoza Arroyo.
Cuando supe de este artero y cobarde asesinato, tuve dos indignaciones:
La primera fue por supuesto, el asesinato de Facundo Cabral.
La segunda, la casi nula cobertura de este hecho, por parte de los medios de comunicacón.
Mira, cuando murió Michael Jackson, nos tuvieron dos meses escuchando su música, sus anécdotas, y su vida. Muchos miles de gentes se volcaron a llorar en público, quizá para obterer su cachito de fama. Y te aseguro que muchos de los que hipócritamente virtieron sus lágrimas en público, en su repajolera vida lo conocieron, o por lo menos hacía añales que les importaba un bledo si vivía o moría.
Tú hiciste lo que los medios de comunicación (hasta donde yo sé) no han hecho. Tú no escribiste un artículo acerca de esto, escribiste un poema.
Recuerdo que no hace mucho, en una entrevista en television que le hizo Jorge Ramos, Facundo Cabral, contaba que su abuelo (el militar), le temía solo a una cosa en el mundo: A los pendejos. Pues decía que eran muchísimos.Y para muestra bastan los que lo ultimaron, pues aparte de cobardes, eran tan pendejos, que ni siquiera supieron a quien estaban matado.
La tristeza que esto ocaciona, no es solo por la gran perdida de este hombre, también es por que se da uno cuenta hasta donde han caído lo valores morales, el respeto a la vida y a los semejantes. También se da uno cuenta que hay otros valores, que se han extinguido casi por completo, ¿Ejemplo?: El honor.
Porque en este tipo de actos: Ni hay hombría, ni hay honor, ni cordura, ni nada de eso.
A mi me tocó ir a un par de recitales de Facundo, en los tiempos de prepa, y me tocó platicar con él; era todo un señorón, un tipazo pues.
Y como dijo Silvio Rodríguez, "Facundo es uno de los seres que le han puesto cerco a la muerte". Pues aunque ha dejado de existir físicamente, forma ya parte de los que han trascendido al nivel de los inmortales, de lo elegidos.
Facundo Cabral, profundo creyente en las enseñanzas del gran maestro de maestros: Jesús de Nazareth.
Era, como dice Alberto Cortés en su canción, "Callejero": "Aunque fue de todos, nunca tuvo dueño que condicionara su razón de ser".
Y era un hombre que hablaba como argentino, pero que pertenecía a todas las naciones y a ninguna. Era pues, ciudadano del mundo.
En fin, mi antiguo amigo Alejandro, te felicito por este magnífico artículo.
Recibe un abrazo, y un fraternal saludo.
Tu amigo:
Antonio Chaidez Chaidez.
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