"NUESTRA TIERRA SE LLAMA "BAJA CALIFORNIA", NO SE LLAMA "BAJA":
SOMOS "BAJACALIFORNIANOS", NO SOMOS "BAJEÑOS"... "Agradezco infinitamente a mi amigo ARQ. MIGUEL ALCÁZAR SÁNCHEZ, el apoyo que me ha brindado al diseñar ésta página y subir mis trabajos desde el año 2007"

miércoles, 8 de junio de 2011

CERRO “EL RAYADO”, MAGNIFICA FORMACION GEOLOGICA.

ANTES GUIA DE LOS PRIMEROS POBLADORES, HOY DE PESCADORES.




Foto del Cerro “El Rayado” tomada por: Andrés Acevedo García.





Poco antes de llegar a la bahía de El Rosario, muy cerca del campo pesquero “Agua Blanca”, se encuentra sobre una cañada un cerro distintivo, el mismo que cuando se navega de sur a norte, se alcanza a ver desde la distancia desde la bahía, lo mismo que cuando se sobrevuela.



Y es que las formaciones geológicas en la península son tan variadas, como bastas, simplemente en la región de El Rosario, contamos con las formaciones de “El Rosario”, “Punta Baja”, “El Gallo”, “Agua Blanca”, las distintivas mesas de “La Sepultura”, y la de “San Carlos”, sin dejar de mencionar los muy secos valles de “San Vicentito”, y el de “El Malvar”, cuyas escasísimas corrientes pluviales desembocan ya en la bahía de El Rosario, en “Cajiloa”, o en la laguna salobre de “Agua Amarga”; la escases de lluvias en esa zona es tal que sus corrientes, cuando se llegan a formar, apenas si llegan tímidamente al mar, aunque existen periodos de retorno muy largos en los que aguas embravecidas arrastran con todo lo que a su paso encuentran, arrojándolo al mar como con saña.




El Cerro de “El Rayado”, así llamado por contar con un estrato aparentemente de rocas calcáreas, calizas, que se depositaron sobre la costa que alguna vez fue la hoy parte alta de la montaña, y que al retroceder el nivel del mar, o emerger la montaña, o ambas situaciones a la vez, dejaron para la posteridad esa magnífica, única y distintiva formación.




Ha sido fotografiado por innumerables visitantes, escalado por muy pocos, admirado desde siempre, y aunque a simple vista se aprecia como un cerro más, no lo es, ya que forma parte de la algo lejana mesa de El Rosario, donde se encuentra una aterrizaje terminada en concreto, y en las inmediaciones de “El Rayado”, existió otra en terracería, en la que bajaban algunos aviones chicos, en los tiempos en que se pirateaba abulón seco y langosta, en ocasiones en emergencias.
Cuando se excava en la mesa de El Rosario, a unos cuantos metros de profundidad se encuentra el mismo estrato que en “El Rayado”, lo que geológicamente puede significar que alguna vez millones de años atrás, fueron una misma formación, a la que la erosión de aguas, vientos, y sol desquebrajaron, transportando los suelos finos a las partes bajas, moldeando paulatinamente el paisaje que ahora vemos, y que seguirá similar por miles y miles de años después de nuestra partida.




En aquellos años de mi niñez cuando al pasar frente al cerro, llamaba de manera especial mi atención, ya que en ningún otro lugar había apreciado tal línea blanca, como si alguien a propósito la hubiera pintado allí, pero no, los mayores escasa información daban para calmar mis dudas, solo atinaban a decir: “Es Caliche”.




Para donde quiera que volteemos, encontramos tantas bellezas, que al estar tan en contacto con ellas, ya no las vemos, sucede exactamente igual que, cuando los árboles, no nos permiten ver el bosque.

AUTOR DEL ARTÍCULO:

INGENIERO ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO
EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA, MEXICO
08 DE JUNIO DE 2011.





NOTA:
La Universidad Autónoma de Baja California, a través de la Facultad de Ciencias Marinas, han realizado desde hace unos veinte años, una gran cantidad de estudios en la zona de El Rosario, y en muchas otras, por lo que sí existe interés en alguien que haya leído este artículo, podrá ampliar de seguro la información desde el punto de vista científico, en esa fuente; ya que por mi parte, solo trato de destacar los aspectos para un público sin formación científica.
La foto del inicio del artículo fue tomada por Andrés Acevedo Garcia, quien es al igual que yo, bisnieto de Santiago Espinoza Peralta. Es mi estimado pariente Andrés, uno de los que orgullosamente lleva nuestra ancestral tradición de las vaquerías en El Rosario.

1 comentario:

Luis A. Inurreta dijo...

Muy buena reseña! y amigable para los lectores, soy estudiante de oceanologia en FCM, hay tantos lugares interesantes aqui en Baja, saludos y espero darme una vuelta pronto. Buena fotografia!