"NUESTRA TIERRA SE LLAMA "BAJA CALIFORNIA", NO SE LLAMA "BAJA":
SOMOS "BAJACALIFORNIANOS", NO SOMOS "BAJEÑOS"... "Agradezco infinitamente a mi amigo ARQ. MIGUEL ALCÁZAR SÁNCHEZ, el apoyo que me ha brindado al diseñar ésta página y subir mis trabajos desde el año 2007"

lunes, 20 de diciembre de 2010

ARQUITECTO MIGUEL ALCÁZAR SÁNCHEZ:

SIEMPRE EL PRIMERO EN LEER MIS ARTICULOS QUE SE SUBEN A INTERNET.



De primordial y elemental justicia es reconocer a las personas que en la vida caminan del mismo lado, o por un sendero paralelo al que uno camina; y así, en esta vida me he encontrado con infinidad de personas que con su valioso apoyo nos ayudan a engrandecernos, no solo a uno mismo, sino como en este caso a toda nuestra comunidad; entiendo que lo hace, porque ya de por si, es una gran persona.
Mi amigo el arquitecto Miguel Alcazar Sánchez, a quien desde hace muchos me dio por llamarlo CANTOR ALCAZAR, pues la primera vez que lo vi cantaba, él ha sido para nosotros los rosareños un gran apoyo, pues es quien de manera gentil me ha apoyado en organizar en Internet para la difusión de mis trabajos, que se refieren a nuestro legado histórico, genealógico, y de tradiciones.

Mi mas amplio reconocimiento y agradecimiento hacia él, ya que sabiendo que siempre me encuentro escribiendo la microhistoria de mi pueblo, y dentro de lo posible de la región norte de la península de Baja California; fue el arquitecto Alcazar, quien me insistió para que conforme fuera escribiendo mis trabajos, los fuera subiendo al Internet, y con esto, mis posibles lectores, no tendrían que esperar a que saliera el nuevo libro.


Y como las ideas las debe llevar a la practica aquel que las tiene, pues luego le sugerí, que me apoyara en tal tarea, ya que el conocimiento de él en estos menesteres, es bastante amplio; Así que diseñó la página, y artículo por artículo los ha subido al Internet, siendo esta tarea por él realizada, lo que ha hecho posible que los amables lectores, tengan actualizada la información en Internet, y con ello puedan ir conociendo conforme voy escribiendo mis sencillos trabajos.

Descendiente de la antiquísima familia VILLAVICENCIO, de la región de San Ignacio, Baja California, Sur, es el arquitecto Alcazar una valiosa persona que por sus venas corre sangre de artista, no en vano lo he llamado “Cantoralcazar”; y es que además de ser arquitecto, ya de por si una profesión artística, es también un excelente cantante de nuestra bonita música ranchera mexicana.

Es quien lleva la voz cantante en un mariachi, por cuya razón le he pedido, que nos haga el honor de grabar el corrido de “LAS ESPINOZA”, que compusiera en 1964, Eduardo “Lalo” Espinoza Vidaurrázaga, y que Fernando “Suriano” Acevedo Espinoza, cantara durante muchos años en El Rosario, y que en la década de los ochentas el grupo “LOS BUITRES DEL NORTE”, grabaran en disco por primera vez.
Bueno pues ya aceptó mi petición, y tan pronto como grabe el corrido en el cual “Lalo Espinoza”, relata la forma en como perdieron la vida en 1964, en El Rosario, mis tías Gloria y Violanda de Montserrat Espinoza Romero, hermanas de mi abuelo Alejandro “Negro” Espinoza Peralta; lo subiremos al Internet, o mejor dicho, lo subirá a Internet.
Le he pedido además, que a este artículo le agregue fotos de sus “cantadas”, de su familia, de su vida diaria, y las que consideren compartir con nosotros.
Por otra parte, y reconociendo la sangre artística del buen amigo, le he pedido que agregue a esta página, algunas de sus canciones rancheras.
En uno de sus tantos viajes por los caminos peninsulares, ha escrito en su propia página de Internet, sobre los paisajes, y las peculiaridades de los sitios que recorre, haciéndole además grata publicidad a El Rosario.


Dentro de las fotos que sería bueno agregar a este articulo, le digo, son de las “surfeadas”, ya que es de los mexicanos “surfeadores”, principalmente de las olas de San Miguel, en Ensenada; así que nos podremos imaginar al amigo “Cantoralcazar”, que cuando no está con el mariachi, anda surfeando, o bien proyectando en los pliegos que su imaginación le da, y muy a menudo elaborando propuestas para concursos de obras públicas; y por si no fuera suficiente, tiene además que estar haciendo los “arreglos”, para subir los artículos que un dizque escritor rosareño le envía, para que algún posible lector los tenga a disposición.
BREVES RELATOS ACERCA DE SU FAMILIA:

Su señora madre, Irma Sánchez Villavicencio, aunque descendiente de San Ignacio, Baja California, Sur, nació en Bahía de los Ángeles, baja California, el día 4 de marzo de 1945, hija de Manuela “Nela” Villavicencio Arce, oriunda de San Ignacio, Baja California Sur. En Bahía de Los Ángeles, ampliamente convivió, con las laboriosas familias de Tilongo Smith, Antero Díaz, Don Félix Cota, los Gaxiola, Meza, Fuerte, Ceseña, Espinoza, Maclis, y con uno de los mas longevos: Gabriel “Biel” Meza, así como a su hermano Mauricio; quienes vivían en el pueblo de Nuevo Rosarito, sin olvidar al callado y laborioso chino: Liumindó; y algunas otras familias que vivían en las cercanías de la bahía.
Los lugares recorridos por Irma Sánchez Villavicencio, en aquella su niñez eran, “Las Animas”, “La Gringa”, “Valle de Guadalupe”, “Misión de San Francisco de Borja”, “Nuevo Rosarito”, “Punta Prieta”, “Santa Rosaliita”, “La Bachata”, “San Regis”, “Agua Higuera”, y algunos sitios mineros, entre otros parajes de aquella desértica y paradisíaca región peninsular.
Aunque pasó por entero su niñez y juventud en Ensenada, constantemente viajaba con su madre “Nela”, con rumbo a Bahía de los Ángeles, siempre de “raite”, en los troques de don Antero Díaz, que eran manejados por Tilongo Smith, o por su hijo Fermín Smith.
Cuando iban de Ensenada a Bahía de los Ángeles, los troques viajaban repletos de mercancías que Don Antero Díaz expendía en el desierto; pero cuando viajaban de Bahía a Ensenada, lo hacían repletos de caguamas, que eran ansiosamente esperadas por los comensales de Ensenada, y por los turistas que arribaban al puerto para saborear el sabroso jugo de caguama con vino tinto, y su carne en tacos de maíz, con bastante limón, y salsa…La guía de cada cargamento de caguama la entregaban en El Rosario, en cuyo lugar se encontraba la oficina mas cercana de pesca, y donde siempre bajaban varias caguamas, ya sea que las vendieran, las regalaran, o las intercambiaran por algún otro bien en mi tierra.
-Mi abuelo Alejandro “Negro” Espinoza Peralta, en El Rosario, siempre estaba a la caza de caguamas; siempre nos decía:

¡Voy a ver si puedo arponear una caguama en los troques de Antero!
Cómo se habrían de olvidar en esta narración los espectaculares amaneceres, las asombrosas puestas de sol, y las hermosas, cálidas y serenas noches de verano; así como los terribles vientos “toritos”, que golpean la bahía de mar a tierra. Sus islas: Ángel de la Guarda, Cola de Caballo, Smith, Roca partida, San Lorenzo, y la mundialmente famosa Isla Rasa, cuna de miles de ejemplares de gaviotas y gallitos, que anidan en su seno entre marzo y junio de cada año.
Volviendo a la abuela del arquitecto “Cantoralcazar”, por parte de madre, como ya ha quedado dicho, fue la señora Manuela Epifania Villavicencio Arce, cariñosamente llamada “La Nela”, aquella que de chica vivió en San Ignacio, de joven en Bahía de los Ángeles, y quien por cierto transmitiera las costumbres bajacalifornianas a su hija, y de ella a sus nietos, siendo la principal razón por la que nuestro homenajeado quiera entrañablemente a nuestra tierra peninsular. Según comentarios del “Cantoralcazar”, su abuela “Nela” preparaba rica machaca seca y fresca de langosta, aunque para él su platillo favorito eran los frijoles refritos con queso y tortillas de harina de la abuela.
Por cierto que en ésta navidad del 2010, los hijos de la señora Irma Sánchez Villavicencio, le han pedido que prepare las empanadas “chinas”, que no son otras que las que el laborioso chino Liumindó, enseñó a preparar a “La Nela”, cuando ella de joven trabajaba en una cocina que él poseía en Bahía de los Ángeles, y que allí atendían a los mineros, entre ellos al gran William “Willy” Cochran Flores.
Las tales empanadas, que el chino enseñó a “La Nela”, y ella a su vez a su hija Irma, madre del Cantoralcazar, cuya receta es como la describió la señora Irma cuando la entrevisté; Las describió de la siguiente manera:
“Se extiende la tortilla de harina, se le agrega carne molida de res, con un poco también molida de puerco, apio, cebolla, jengibre, y salsa de soya. Después se cierra la empanada, y se cosen en agua hirviendo; y las que sobren de la primer comida, se fríen en aceite al día siguiente”.
Por cierto que, Liumindó, en El Rosario, antes de irse a vivir a Bahía de los Ángeles, usaba trenza larga, fue cocinero en casa de mis bisabuelos Espinoza, les preparaba, entre muchos otros platillos “chinos”, esas empanadas, que mis familiares degustaban con especial y voraz apetito.
Volviendo a la Bahía, cómo olvidar aquellas anécdotas de los mayores, cuando hablaban de las inmensas profundidades del “Canal de Ballenas”, que se localiza frente a la serena bahía; que con sus casi tres kilómetros de profundidad, le da alojamiento al tiburón ballena, a las ballenas migrantes, a los calamares gigantes, y la popular tortuga “Golfina”, mejor conocida aquí como: Caguama, alrededor de la cual se generó hace algunas décadas, un comercio ampliamente socorrido por los comensales, que buscaban su sabroso jugo con vino tinto, y las “Cahuamadas”, ahora llamadas “Caguamanta”, en alusión y remedo de aquel tan socorrido platillo del ayer, el que por poco y lleva a la extinción a estos nobles seres: La tortuga marina.
Cuando por la vena de un ser humano corre sangre de artista, se dice que es un ser un tanto loco, de lo cual se deriva que de:

! Artista, poeta y loco, todos tenemos un poco!, y en quien mejor de las gentes que conozco, podríamos apreciar la mente de uno de estos personajes; pues creo que en otro de mis amigos universitarios, el también arquitecto Jorge Bernal Raya, quien al respecto, nos comenta en una de sus abstracciones, que:
Una vez un niño que se llamaba “Ab”, caminaba solitario por una de las veredas de su vida, y que,...
Mejor les transcribo de sus propias letras, la narración a la que me refiero, para poder darles a entender de manera mas clara, lo que entiendo por un artista; es decir como entiendo al “Cantoralcazar”, y a las personas que son como él.
En la plática que el arquitecto Bernal Raya, sostiene consigo mismo, se convierte en claro, según yo, en claro ejemplo del espíritu de este tipo de personas. Dice Bernal:

“Hubo una vez un niño de ocho años de edad, que se llamaba Ab.
Ab vivía en una tierra lejana y un poco áspera...
Era un niño muy distraído; su cabeza siempre estaba llena de pensamientos.

Tenía tantos, que a veces resbalaban por su frente y caían al suelo para no ser vistos ni oídos nunca más...

Cierto día, caminaba Ab por una de las veredas de su vida; tan distraído como siempre…
Pues bien, por no fijarse por donde iba, tropezó con una pequeña piedra, cayendo al suelo de rodillas, pero sin lastimarse; Cuando se disponía a levantarse, notó que uno de sus pensamientos yacía en el suelo, abandonado...
Sintiéndose un poco apenado, lo levantó; y cuando lo llevaba en sus manos para ponerlo en su frente, se dio cuenta que el pensamiento, que momentos antes había sido una pequeña masa sin forma definida, se había convertido en un círculo plano, como una rueda, y dentro de su circunferencia se veía algo asombroso!
Un inmenso cielo azul! Hermoso; con nubes que parecían estar hechas de algodón, y que se movían suavemente, estirándose y comprimiéndose, como queriendo llamar su atención…
¡Su pensamiento se había convertido en una ventana hacía otro mundo!
Al ver esta maravilla en sus manos, sintió un deseo incontrolable de entrar...
Acercó su cara hasta casi rozar con la nariz el límite de ese mundo fascinante, que solo consistía de un cielo grandiosamente azul, poblado por nubes que parecían tener vida!
No pudo resistirse más e introdujo su cabeza en la circunferencia de su pensamiento...
Al hacerlo, se comenzó a producir una corriente de aire, que lo jalaba con gran fuerza hacia su interior.
Curiosamente, el pequeño no sintió miedo alguno; se dejó llevar, y después de unos segundos se encontró dentro de ese mundo tan especial...
¡Su pensamiento ahora no consistía solo de cielo y nubes, sino que además contaba con caminos, ríos, árboles, animales, plantas y flores, gente amable que le daba la bienvenida, y otros niños, Que lo abrazaban gustosos!
Su pensamiento, ignorado y perdido, era un mundo lleno de belleza, en el que siempre había soñado vivir…
Olvidándose de todo lo que había afuera, se puso a jugar con los otros niños y con los animales; a disfrutar la belleza y los ricos olores de las plantas y las flores, los cantos de las aves; se bañó en el río, comió de las más ricas frutas, platicó con todas las personas que ahí había, disfrutando cada momento como nunca en su corta vida lo había hecho…
Era tanta su alegría, que no quería salir de su pensamiento; pero al cabo de un tiempo sintió que tenía que regresar, pues sus padres debían andarle buscando; así que no tuvo más remedio que despedirse de toda esa gente y de ese hermoso lugar y salir...
A partir de ese día, Ab comenzó a amar a todos sus pensamientos; y a cuidarlos, para no perder ni uno solo...
Muy a menudo regresaba al interior de ese, su más bello pensamiento, a gozar plenamente de su niñez!”
Jorge Bernal Raya. 19 de Octubre , 2010.

Creo que es más que elocuente, solo las personas que son capaces de llegar a esos niveles, pueden hablar, escribir, sentir, vivir, y creerse la vida de esa manera, nada los detiene, ni sus miedos mas intensos, ni sus dudas mas arteras, siempre empujan hacia delante. La fuerza para lograr semejante empuje la obtienen solo de su propio interior, de su propia convicción, de su propio coraje, y de su propia entrega.

En las ya varias décadas que llevo en esta vida he conocido a personas con ese talento, como los son: “Cantoralcazar”, Jorge Bernal Raya, Porfirio León Amador, Pablo “Flaco Corrales”, Leobardo Antonio “Quirino” Espinoza Peralta, Heraclio Manuel Espinoza Grosso, William James Cochran Flores, Don Panchito Núñez Cota, Gilberto Núñez Medina, “Lalo Espinoza Vidaurrázaga”, “El Guajiro”, Juan José Robles Meza, Federico Guillermo Reyes Álvarez, Serapio García Marrón, Francisco Arturo Arce Zepeda, Rigoberto Martín del Campo Marrón, Carlos Lazcano Sahagun, Francisco “Panchito” Rodríguez Duarte, Luciana Crosthwaite Breithnvash, Sara Sánchez Santillán, José Luís León Romero, José León Ramos, María Magdalena Jáuregui López, mi esposa, Alejandro “Negro” Espinoza Peralta: mi abuelo; María Visitación García Marrón: mi abuela; Antonio Chaidez, Miguel Agustín Téllez Duarte, Jesús Abel Loya Gaona, Abel Bercovich Pino, Joel Antonio Estamates Arroyo, Felipe Higuera Cochran; Santiago Reseck Duarte, Javier Villa Espinoza, Leobardo Espinoza Duarte, Carolina Espinoza Murillo, Nícida Patricia Collins Espinoza, Guilibaldo Espinoza Valladolid, Roberto Esteban Sevilla Ramírez, Edgar Antonio Castañeda Núñez, Antonio Leonel Duarte Higuera, Enrique Courtade Pedrero, Marco Antonio Uribe Rojo. ; mis tres hijos Alejandro, Laura Delia, y Magda Alejandra Espinoza Jáuregui, que la verdad, en este caso no tengo ni la menor idea a quién habrán sacado.
La lista es larga aun, pero hasta aquí la dejo por ahora, y es solo por mencionar algunos de esos seres a los que me he referido párrafos atrás, los que van para adelante contra viento y marea, esos “Quijotes”, los que dan un toque mágico a lo que hacen, por eso mismo, porque si creen en ellos.

–Mi hija Magda Alejandra, ahora de trece años, a sus nueve publicó un arreglo en un libro-

Creo que con los comentarios, aunque breves, se puede dejar por asentado el agradecimiento, a la gran labor, y utilidad que el apoyo del amigo “Cantoralcazar”, nos manifiesta de manera desinteresada, por ello: Mil gracias.


AUTOR DEL ARTÍCULO:
INGENIERO ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO
EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA, MEXICO

13 DE DICIEMBRE DEL 2010.
NOTAS RELEVANTES:


Miguel Alcazar Sánchez, es hijo del jalisciense Miguel Alcazar González ( Guadalajara, Jalisco, 9 de mayo de 1941 / + 11 Noviembre 2012), y de Irma Sánchez Villavicencio (Bahía de los Ángeles, Baja california, 4 de marzo de 1945  / + 16 Diciembre 2012).

Bisabuelos paternos*: Tomas Alcázar y Zenaida Barrón formaron la Familia Alcázar Barrón: José, Concepción, Mercedes, J. Javier (Abuelo del cantor Alcázar), Tomas, Trini, Lupita, Ma. de los Ángeles “Lica”, Luisa y Fernando.
Abuelos paternos: Javier Alcazar Barrón, y de Andrea González Pérez : Javier era filarmónico, en tal actividad lo encontró en junio de 1953, en Tijuana, Fray Felipe de Jesús López, párroco entonces del santuario de Guadalupe en Ensenada, así que lo invitó para que viajara a ese lugar, para que cantara en las misas, en un órgano que recién se había adquirido entonces, así que viajó a Ensenada, encargándose de tal actividad, después a sugerencia de Fray Felipe, mandó traer al resto de la familia de Guadalajara, Jalisco. La primera casa en Ensenada, de Javier Alcazar, abuelo del “Cantoralcazar”, fue el santuario de Guadalupe.
El abuelo Javier, era cantante de música sacra, daba clases de canto, y de música: Entonces pues ya sabemos el posible origen musical de “Cantoralcazar”.
Abuelos maternos de Miguel Alcazar Sánchez: Manuela Epifania “La Nela” Villavicencio Arce. Y Pedro Sánchez Soria
Bisabuelos Maternos de Miguel Alcazar Sánchezlos padres de “La Nela”: Victoriano Villavicencio Murillo, (hijo legítimo de Francisco Villavicencio y Manuela Murillo) nacido en San Ignacio, Baja California, Sur, el 23 de Diciembre 1885, (Bautizado en San Ignacio el 03 de Mayo de 1886) 
Al fallecer Rosario Arce Liera, Victoriano Villavicencio Murillo se casa con Manuela Arce Liera, siendo sus hijos: Arturo, Victoria, y Antonio.
Por su parte Rosario Arce Liera, al casarse con Victoriano Villavicencio Murillo, ya tenía dos hijos, siendo: Carlos e Inés Sáenz Arce.
Esposa de Miguel Alcazar Sánchez: Cynthia Berenice Álvarez Ramírez (originaria de Torreón Coahuila)
Hermanos y sobrinos de Miguel Alcazar Sánchez: Hermanos: Irma, Lilián del Carmen y Rafael; Sobrinos: Hijos de su hermano Rafael: José Miguel Alcázar García, y Bosco Gabriel Alcázar Durazo, Hijos de su hermana Lilián del Carmen; Armando Malock Alcázar (quien cumple 2 años hoy)
Familia Alcazar Sánchez
El chino Liumindó, originalmente llegó de China a El Rosario, donde aprendió el idioma español, fue cocinero en la casa Espinoza, de mis bisabuelos Santiago Espinoza Peralta y Josefa peralta Ramírez; mi abuelo recordaba infinidad de anécdotas y vivencias del “Chinito de trenza larga”, falleció en Bahía de los Ángeles, a causa de la fiebre, jamás regresó a su tierra natal: La China Imperial, como ellos le llamaban entonces.

ALGUNOS COMENTARIOS SOBRE LAS TORTUGAS DEL GOLFO DE CALIFORNIA.
Con respecto a la captura de caguamas, la que en décadas pasadas era una pesca legal en México, sin embargo al ejercer tan brutal presión sobre su población, se vio en grave riesgo de desaparecer como especie; fue esa la principal razón por la que las leyes mexicanas las protejan desde hace unos veinte años, con la finalidad de recuperarla población en su hábitat natural.
Cuando se pescaban, o mejor dicho cuando se arponeaban, por los pescadores, eran llevadas a la orilla, donde eran entregadas, para el caso de Bahía de los Ángeles, a Don Antero Díaz, quien las encerraba en un “almacén”, que en realidad era un corral techado, bien cerrado para evitar su escape, y regreso al mar.
Las tortugas eran en su mayoría, grandes especimenes, de 80, 100, 110, y 120 kilos; en su caparazón se le anotaba con números color blanco, el peso en kilos. Los camiones repletos con esa carga salían para Ensenada, donde eran entregadas en las “Caguamerias”, entro otras la del “TOTO”, que se ubicaba en la calle segunda, atrás del cinema California 70; en ese sitio trabajaba el “Güero” Valdez García, y sus hijos, quienes vivían en el rancho “El Tule”; el “Güero” era primo hermano de mi abuela María Visitación García Marrón.
Además de los troques de Antero Díaz, también llevaban cargamento con miles de toneladas de caguama, los troques de los hermanos Ceseña Smith: Arturo, “Güero”, Vidal, y Jesús “Pozolón”.
Hará unos veinticinco años, en Bahía de los Ángeles, un científico se dio a la tarea de reproducir en cautiverio a decenas de tortugas; a una de ellas que tomó de la naturaleza en edad adulta, le instaló sobre el caparazón un rastreador satelital, la soltó de nuevo, le dio seguimiento en su ruta migratoria.
La tortuga nadó por todo el golfo de California, hasta darle vuelta a la península; prosiguió su viaje cruzando el océano pacifico, hasta llegar al Japón, cuyo trayecto lo realizó me parece que en ocho meses, según lo que me relato el científico en dos ocasiones en que lo entrevisté en el propio criadero.
Aunque las tortugas en altamar son atacadas por tiburones, principalmente el blanco, estos depredadores le comen aleta por aleta, y la cabeza; sin embargo la suerte de aquella con el dispositivo tuvo la suficiente suerte.
En la actualidad aunque protegida por las leyes, es la tortuga “pescada” de manera furtiva, aunque en número menor; lo que si la depreda en forma grave, es por el saqueo de sus nidos, en las playas del sur de México, y algunos países de Centroamérica.
La forma que tradicionalmente se tiene para sacrificar a las caguamas por parte de los humanos, es sumamente cruel: Vivo el animalito le cortan aleta por aleta, luego le quitan con filoso cuchillo la parte del pecho, luego sacan sus carnes, y sus adentros, y por último, aun viva le cortan la cabeza. Lo hacen casi igual que los tiburones. ¡Qué pena!
Cuando se llega a capturar a alguien con carne de caguama, o con caguamas vivas, la cárcel es su siguiente morada, ya que en México, ese delito es sumamente grave, sin derecho a fianza; la perdida de la libertad por largos años, está garantizada para esos saqueadores.

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*Tomas Alcázar y Zenaida formaron la Familia Alcázar Barrón:

José, Concepción, Mercedes, J. Javier (Abuelo del cantor Alcázar), Tomas, Trini, Lupita, Ma. de los Ángeles “Lica”, Luisa y Fernando
Hijos de J. Javier Alcázar Barrón y Andrea González Pérez casados en 1925 tuvieron 10 hijos, formando la Familia Alcázar González:

1.-Maria del Carmen+


2.-Maria Arminda


3.- Francisco Javier +


4.- Manuel de Jesús +


5.-Luis de Jesús +


6.-Jose Tomas + 30 Abril 2011


7.-Maria de Guadalupe



8.-Jose Miguel + 11 Noviembre 2012 (Papa del “Cantoralcazar”.) es el seguno en la foto, despues de la niña, de izq. a derecha, parte baja, lo abraza su hermana Maria de Guadalupe


9.-Jose Juan Bosco


10.-Gema Rocío Anunciata


José Miguel Alcázar González e Irma Sánchez Villavicencio formaron la Familia Alcázar Sánchez tuvieron 4 hijos:


1.- Irma Alcázar Sánchez
2.-Lilian del Carmen Alcázar Sánchez
3.- Miguel Alcázar Sánchez “Cantoralcazar
4.- Rafael Alcázar Sánchez



VIDEOS DEL "CANTORALCAZAR"

ARQ. MIGUEL ALCÁZAR SÁNCHEZ


1.- En vivo en La Monumental Villa Charra de Carlos Bowser en Tijuana B.C.



2.- Cielo Rojo



3.- Siete Leguas




4.- Pagina con mas información de su trabajo.

5.- Facebook






ENTREVISTA PARA "EL REY DEL MARIACHI"



MIGUEL ALCAZAR (VIDEO) "EL CARIÑOSO"


MIGUEL ALCAZAR (EN CONCIERTO) "CARTAS MARCADAS"


MIGUEL ALCAZAR (EN CONCIERTO) "GRITENME PIEDRAS DEL CAMPO"

viernes, 17 de diciembre de 2010

ALGUNOS CABALLOS RANCHEROS EN EL HIPODROMO “AGUA CALIENTE”, DE TIJUANA, BAJA CALIFORNIA.

INAUGURADO EL 28 DE DICIEMBRE DE 1929.

Un día me dijo la licenciada Alma del Carmen López Ley: ?Oiga Ingeniero Espinoza, por qué no nos favorece con escribir algo sobre Tijuana?

Bueno, pues este es ya el tercer artículo en 2010, que escribo sobre Tijuana y su región; atendiendo la inquietud de un número cada vez mayor de personas que lo han solicitado.

En los años de los cincuenta y sesenta del siglo veinte, viajaban troques por los polvorientos caminos peninsulares, llegaban a cualquier pueblo, o rancho en búsqueda de caballos, burros, mulas, machos, o cualquiera de aquellos animales que pudieran comprar, para lo cual ofrecían cierta cantidad de dinero, que la mayoría de las veces era menor.

Siempre me pregunté la razón por la que aquellos camiones y sus ocupantes andaban tan interesados en la compra de aquellos nuestros compañeros de faenas, a los que les dejábamos siempre la carga pesada, los hacíamos trabajar de sol a sol, les dábamos a veces escasos alimentos, y poca agua, debido mayormente a las fuertes sequías que azotan aquellos Lares de mi tierra.

A raíz de las entrevistas a mis parientes en el tiempo Rigoberto Martín del Campo Marrón, y Francisco “Panchito” Rodríguez Duarte, así como a los artículos resultantes de sus relaciones, y entre otras a las amplias platicas y comentarios que sobre el hipódromo y sus trabajos, me han hecho mis amigos tijuanenses: licenciados Juan Carlos Osuna Rivera, y Ramón Reynoso Nuño, y también por mis recuerdos de aquellos tiempos, tan presente que los tengo, en que observaba a los troques llenos de caballos, con rumbo al norte, sin saber entonces el destino que en otras tierras les esperaba.

Mientras a mi me tocaba verlos partir desde el desierto como viajeros en troques, con rumbo al norte, a los ahora licenciados Osuna, y Reynoso, entonces jóvenes les tocaba verlos llegar a Tijuana. Ni los ahora licenciados sabían de mi existencia, ni yo sabia de la de ellos; tampoco sabíamos que los tres mirábamos alguna vez, a los mismos animales, solo que en distinto lugar y momento.

Tanto el padre del licenciado Osuna como él y la mayoría de sus hermanos fueron trabajadores del hipódromo, tenían contacto diario con caballos, y con perros; mientras que el licenciado Reynoso tenía contactos ocasionales solo con los que traían los caballos que llegaban desde el desierto central de Baja California, o de cualquier rancho de la basta región peninsular; solo que aquellos infelices animales, aunque los traían para el hipódromo, no venían para correr en sus pistas.

En sus relaciones con respecto a aquellos caballos, machos, mulas, y burros, comenta el licenciado Reynoso que llegaban a un rastro que se encontraba en la zona río de Tijuana, y que antes de bajarlos, él llegaba con la intención de comprar alguno de aquellos animales, que según su aspecto fuera de buen ver. Así llegó a comprar, y a salvarle la vida por algún tiempo a ocho de aquellos indefensos caballos, que la inmensa mayoría caían abatidos con balazo de rifle .22 en la frente, de ahí a un gancho, luego a destazarlos, para pasarlos al molino, en donde los animalitos se convertían en carne molida para los perros del hipódromo de Tijuana.

¡Qué tristeza!, con lo que nosotros queríamos a aquellos animales en nuestros pueblos!

Claro que nuestros mayores si sabían que al subir al troque con rumbo al norte, nuestros “amigos” de trabajo estaban destinados para comida de perros, aunque nosotros los niños de entonces, ni idea teníamos del triste y lamentable fin de aquellos que nos llevaban y traían en su lomo por donde quiera, a todas partes, a todas horas, y sin respingar, aunque a veces los burros, si.

Cuando algún comprador de caballos, llegaba a la casa de mi abuelo, tan luego intentaba ofrecer dinero por algunos de los caballos; de inmediato, mi abuelo, les decía:

¡Ni me lo plantees, si ya sé para qué los quieres!

Luego le preguntaba a mi abuelo:

¿Y para qué los quieren abuelo?, él siempre contestaba:

¡Muchas cosas es mejor no saberlas!; o alguna respuesta similar.

Los caballos ya en Tijuana, el licenciado Reynoso compró ocho de aquellos caballos, de miles que miró llegar y sucumbir, le costaban por regular unos cien dólares, o 1,250 pesos de aquellos Morelos.

El licenciado Osuna los veía llegar en latas blancas de carne molida que entregaban en las perreras del hipódromo, pobladas de perros buenos para comer, y otro día después de la perruna digestión, limpiaban los “restos de los caballos” de los rancheros peninsulares, aquellos restos que llevaban a tirar por allá en los basureros de la entonces pequeña pero pujante ciudad.

Por su parte el licenciado Reynoso afirma que existían en aquellos tiempos contratos con personas o empresas que se firmaban para mantener abastecido al hipódromo de carne molida para alimentar a la “perrada”, -como los rancheros decimos-, y que siempre andaban “rancheando” para poder comprar los animales, y cumplir con las obligaciones contractuales.

Mientras que el licenciado Osuna afirma que según sus cuentas, en el hipódromo deben haber tenido algo así como entre trescientos y quinientos perros.

¡Nos podremos imaginar la cantidad de “Caballos molidos”, que se requerían para alimentar aquellas jaurías!

El licenciado Osuna entre otras actividades, trabajaba tirando la basura de los perros; la tal basura era el papel en tiras, ya fuera de periódico, o cualquier otro que se usaba como “colchón” para que la perrada durmiera, y como amanecía orinado, mal oliente, y con los residuos de los caballos que el día anterior habían degustado, le tocaba retirar esa ‘basura” en una “traila” cargada por otros trabajadores que la subían para que él la llevara a tirar al basurero, y que en muchas ocasiones, entre el papel le echaban perros que habían muerto durante la noche, y que se daba cuenta al querer bajar la basura con un rastrillo, de repente jalaba un perro muerto, que al ocurrir su muerte su disposición final era otra, y no aquella de tirarlo al basurero; se lo echaban ahí por la flojera de otros trabajadores.

El propio licenciado Osuna recuerda que diario morían perros, y que los que no daban ganancias al hipódromo, le ponían una inyección letal, luego los llevaban y los deshacían en ácido, y en otras ocasiones los quemaban.

Cuando algún caballo de carreras, aunque fuera de pura sangre, no daba ganancias, se lastimaba, o se quebraba, los dueños lo mandaban por el mismo caminito de los caballos de los rancheros; al día siguiente, o el mismo día, regresaba de nuevo al hipódromo, solo que ahora era en una lata blanca, y no a las caballerizas, sino a las perreras.

Con respecto a los caballos de los rancheros para el hipódromo, Rigoberto Martín del Campo Marrón, recuerda que a causa de los “hartos o tragones” perros del hipódromo, la “mesteñada”, de las mesas, y serranías de la región de Rosarito, Valle de Las Palmas, Tecate, y Cueros de Venado, se vio en graves aprietos dada la terrible cacería que sobre sus poblaciones se lanzó, y que además de alimentar a la perrada, también para el zoológico de San Diego se enviaba de aquella carne molida, para alimentar a los leones.

Qué triste final para los caballos que cuando fuimos chicos, tanto queríamos.

En mis memorias recuerdo también que en los años de 1970 a 1974 en que ampliamente conversé con mi tío Willy Cochran, decía que los caballos mesteños en tiempos de la revolución mexicana fueron capturados en las sierras peninsulares, por él, y por su amigo Percy Hussong, quienes los amansaban y se los vendían a Pancho Villa, solo que el negocio duró muy poco, pues el general no les pagaba.

Sabemos también que durante milenios los primeros pobladores del continente americano veían a los caballos, solo como alimento, al grado de extinguirlos, y que fueron reintroducidos de nuevo aquí, hasta la llegada de los europeos; es decir, para cuando llegaron los conquistadores europeos a caballo, miles de años después de su desaparición, ya los descendientes de los primeros “americanos”, no los conocían, siendo que existieron en cantidad de millones por toda la geografía continental.

Los burros “mesteños” en la península padecieron igual suerte con los rancheros que mucho gustaban, y gustan de comer sus carnes, seca, en machaca, y “carne azada”, aunque en machaca seca, llamada “cecina”, en tortillas de harina, es la preparación mas popularizada, y que llaman: Burritos:

¿De dónde vendrá ese nombre?

ALGUNOS DATOS IMPORTANTES DEL HIPODROMO AGUA CALIENTE:

Según las relaciones de Rigoberto “Rigo” Martín del Campo Marrón, mientras que él trabajó en el hipódromo durante treinta años, su padre José Dolores Martín Rodríguez, lo hizo desde el primer día en que abrió sus puertas. Su padre, originario de Zacatecas, pero criado en Jalisco, había nacido el 13 de marzo de 1910, y para el día en que el hipódromo abrió sus puertas, el 28 de diciembre de 1929, él fue de los primeros trabajadores en ese sitio.

En el hipódromo, nos relata “Rigo”, mas de mil personas trabajaban en las zonas de caballerizas, y de perros; en la sección de las caballerizas, caballerangos, galopeadores, jockeys, jinetes, entrenadores, de limpieza, quienes los alimentaban, los bañaban, veterinarios.

Dentro del departamento de mantenimiento había jardineros, quienes limpiaban las pistas, los edificios, electricistas, mecánicos, albañiles, plomeros, carpinteros, ayudantes de todo tipo.

Dentro del edificio había además de los anteriores, el departamento de venta de boletos; MUTUAL BETTING, es decir: pagadores de boletos a los ganadores.

En el FOREING BOOK, o libro foráneo se recibía a los apostadores, tanto para el hipódromo de Tijuana, como para los de “Del Mar”, “Santa Anita”, “Sara toga”, y otras mas.

En el departamento de cocina se encontraban los chefs, cocineros, ayudantes, meseros, eran todos espacios de gran tamaño.

Existía una sección del hipódromo que se le llamaba “CLUB HOUSE”, ésta era de súper lujo, donde llegaban los dueños de los caballos de carreras, artistas, y otras personalidades importantes.

En el departamento de “Pistas”, había tractoristas, y regadores; en ésta área trabajó Vicente Arce y su hermano Ricardo, quienes llegaron desde San Telmo, Baja California.

Desde 1929 a 1980, se usó para el argot de los cantineros y sus “Porter”, que en español es: Ayudante o aprendiz.

En sus inicios el hipódromo, era parte del casino de “Agua Caliente”, así como el campo de Golf, el galgódromo, y la pista de aterrizaje, que se encontraba donde hoy se localiza la confluencia de los bulevares Agua Caliente, y Salinas, por el lado de éste último.

“Rigo” trabajó en la sección número uno, que eran las caballerizas, desde 1957, a 1960, entrando al sindicato “Alba Roja” en el propio año de 1960, hasta 1971, año en que se quema el hipódromo, sale en busca de otros trabajos, y regresa en 1974 con la empresa “Hipódromo Agua Caliente”, ya no con el sindicato, quedándose allí, hasta 1988. En ese lapso sus labores fueron: Juez de pista, y tomador de tiempo durante los dos primeros años; después de esa actividad pasó a ser superintendente de caballerizas, hasta 1988, año en que se retira.

CARRERAS DE CABALLOS EN HIPODROMO:

Relata “Rigo” que en la sección uno de caballerizas, había 43 cuadras de caballos de carreras, 2 para caballos de trabajo o poneadores, con un total de 1,250 establos para los caballos de carreras; y 150 corrales, así como tres pistas para las carreras.

Como datos técnicos, y en el lenguaje o argot de esta actividad, nos cuenta que: La pista principal es el óvalo de una milla de longitud; así como dos pistas para entrenamiento; una de ellas es de 5/8 de milla, mientras que otra es de ¼ de milla; que en la de una milla es para que corran un máximo de 14 caballos, a esto le llama “FIELD”, o “GRUPO” de caballos, con máximo de 14, y un “GATE” con máximo de 13 caballos corriendo.

De las personas expertas en el manejo de los caballos de carreras se tiene a los “Caballerangos”, que es quien cuida, alimenta, baña, y limpia al caballo; mientras que el “Galopeador”, es quien entrena a diario al caballo, es quien lo monta diariamente en las mañanas, sabe perfectamente como se encuentra el caballo; a ese mismo caballo lo monta en la carrera de competencia el jockey el domingo. El “Poneador”, entrena al caballo, montado en otro caballo; cada poneador tenia tres o cuatro caballos con los que entrenaban al caballo de carreras, este no llevaba carga, ni jinete, o le daban “Picadero”; esto último significa que a un caballo lo entrenan haciéndolo correr en círculos, mientras que el entrenador o caballerango se encuentra al centro del circulo que se describe con las vueltas que da el caballo en el entrenamiento.

El “Galopeador” entrena al caballo con una, dos, o tres vueltas en pista de 5/8 de milla, en “Paso de milla en 2”; o bien que el caballo debe recorrer una milla de distancia en dos minutos. Igualmente el galopeador “trabaja” al caballo desde ¼, ½, o 5/8 de milla, según lo que sea requiera; a este entrenamiento se le conoce como “WORKOUT”, según el argot de la actividad.

Si el caballo es de “Distancia”, el galopeador lo trabaja mas; hay caballos de “Corta Distancia”; de ½ milla de longitud en 48 segundos, lo que es muy buen trabajo; existen también caballos de 47 segundos con 2/5, que corren ½ milla en un tiempo entre 47 y 48 segundos, a este animal se le llama: “De muy buen desempeño, o de muy buen trabajo”.

Para un buen trabajo en 5/8 de milla de distancia, el caballo debe hacer un minuto con un segundo, pero aun mejor es un “Minuto Flat”, o sea un minuto cerrado; siendo caballo de trabajo o desempeño excelente el que recorre una milla de distancia en 58 segundos con 3/5, y hasta 59 segundos.

Los caballos que recorren “Seis Fourlongs” es decir 3/4 de millas de distancia en un minuto con trece segundos a un minuto con catorce segundos, es muy bueno en su desempeño; si es en menos tiempo: Es excelente.

Continua relatando “Rigo”, que en el departamento de caballos no hay descanso nunca, pues es mucha la responsabilidad, dadas las grandes cantidades de dinero que se apuestan a las patas de un caballo, y a la experiencia de los jockeys. Recuerda que su tío Jesús Martín del Campo Rodríguez trabajó en las caballerizas, y también en perros.

Nos dice que el alimento para los caballos se traía de con el señor Castro, quien sembraba alfalfa, y avena en “La Presa”, en Tijuana; que también de Mexicali traían pacas de paja, pues allá no había garrapata, pero en la “paja” de la costa si.

Desde San Vicente Ferrer se traían grandes cantidades de pastura para los caballos, aunque la mayor parte provenía de Mexicali, y de Ojos Negros, Baja California. Que a los que llegaban en sus troques a vender cien, doscientas o mas pacas de sácate, en Tijuana, les llamaban los “Terrisureños”.

Recuerda también que para dar de comer a los perros trajeron miles de caballos mesteños desde las mesas de “Los Indios”, “El Descanso”, y “La Rinconada”, en la zona de Playas de Rosarito, y que eran vendidos mayormente por las familias Gilbert, Crosthwaite, y Machado.

Según las memorias de “Rigo”, cuando ya no quiso ir a la escuela, su padre se lo llevó al hipódromo, se lo dejó a su tío Jesús, diciéndole: “Ahí te lo encargo”, empezó su trabajo cuidando a dos caballos de carreras que su tío entrenaba, pagándole diez dólares por semana, siendo condición para mantenerlo en el trabajo, entregarle cinco dólares de su sueldo a su madre, y cinco para él por semana; allí duró varios meses. Después se fue al “Edificio”, pues aunque existía lista de espera, y como su padre fue socio fundador del sindicato “Agua Caliente”, les daban preferencia a los de la lista que fueran hijos de socios, y mas si eran fundadores; en el edificio duró año y medio, para cuya labor le entregaron una escoba y un recogedor, con éstos objetos levantaba del suelo gran cantidad de boletos, y otros papeles, y basura; mientras que los botes de cerveza y botellas de soda que el público tiraba al suelo, los acarreaba en un balde de lámina; eran los tiempos en que los vasos de foam, de cartón, y de plástico no existían. Las botellas las llevaba a la parte Este del edificio del hipódromo viejo, que se encontraba a la entrada de los subterráneos, en el área donde se encontraban los almacenes de electricidad, plomería, carpintería, y pintura. En ese lugar trabajaban muchas personas sorteando las botellas que llevaban en los baldes de lámina, y las colocaban en sus respectivas cajas.

Por infinidad de caminos nos lleva la vida, eso está fuera de nuestras decisiones, y así, por lo que toca a las travesías que me ha hecho cruzar, es como he podido recopilar, tal vez rescatar, o enlazar en la actualidad, que en realidad hoy es el futuro de los años de mi niñez, y que algunas de las vivencias aquellas se han cruzado con las vivencias actuales; que en realidad serán parte del destino, o de alguna de las tareas que a esta vida vine a realizar…

AUTOR DEL ARTÍCULO:

INGENIERO ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO

EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA

17 DE DICIEMBRE DE 2010.

NOTAS RELEVANTES:

Rigoberto “Rigo” Martín del Campo Marrón, comenta que sus escapes de su arduo trabajo en el hipódromo fue siempre en los rancho de las familias pioneras en la región fronteriza de Baja California, siendo muy queridas por él, las familias: Gilbert, Ames, Machado, Yorba, Marrón, Crosthwaite, Nevares, Martín del Campo, Alvarado, Loperena, Cordero, Borja, Ulloa, McAlleer, Brethnvash, Cordero, Cuevas, Hernández; entre otras, con distintas antigüedades de radicar en la región.

Su mayor distracción consiste en la “Cabalgata de la Mojonera de Palou”, que en 1994 en que fue invitado a ella por primera vez, lo hizo su primo Norberto “Palomo” Gilbert Armenta; quien le presta siempre una buena cabalgadura; siendo iniciada esta bella actividad por Norberto Gilbert, Guillermo Crosthwaite (qepd), Carlos Borja, y Arnulfo Ulloa, quienes son vaqueros de cepa.

Dentro de las familias que mas gratos recuerdos le traen a “Rigo”, se encuentran sus amigos de la comunidad de San José de la Zorra, en el municipio de Ensenada, quienes son descendientes directos y sobrevivientes de las milenarias familias originales de Baja California, como son: Macedonio Espinoza (Cuñur), quien era empleado del rancho “La Cañada de los Alisos”, de la familia Marin) distante a unos cinco kilómetros del rancho “La Pila” de la familia de “Rigo”.

Recuerda a la madre de Macedonio, llamada Doña Petra Cuero de Espinoza (Cuñur), a sus hijas María y Eloisa; ellas siempre apoyaban en las labores del rancho “La Pila”, bañando cuando niño a “Rigo” y a su hermano Sergio; Ellas no aceptaban pago en dinero, solo en café, azúcar, manteca, o harina; de igual manera con el padre de “Rigo” trabajó Hilario Fernández, de la misma comunidad. Recuerda de la misma comunidad de San José de la Zorra, a la familia Carrillo, entre ellos Juan, Abelardo, y Fermín; así como a Rodolfo Silva y a su hijo Rito; a Alejandro Montes,; a Sabino, e Isidro Espinoza (Cuñur). El señor Isidro Espinoza (Cuñur) es descendiente directo de Jatiñil; como olvidar a Isidro Silva, a José Gamuza, Andrés Vega. Muchos de ellos aun hablan su lengua original, el dialecto OTAI (NAUCA).

En la comunidad se celebra año con año el día 19 de marzo al Santo “SAN JOSÉ”; preparan barbacoa; los tradicionales jaripeos, y baile.

La foto que aparece al inicio del artículo es del dominio público, siendo tomada el día 28 de diciembre de 1929, año en que se inauguró el hipódromo “Agua Caliente” de Tijuana, me fue facilitada por el ingeniero tijuananse Rogelio Raúl Fernández Montaño, siendo escaneada y enviada a mi correo electrónico por el también tijuanense Contador Público Heriberto Sarabia Mendoza; y con arreglos del ingeniero José Alejandro Politrón Contreras.

La familia del licenciado Juan Carlos Osuna Rivera, tiene su origen como a continuación se relata:

Los padres del licenciado Osuna, nacen y se conocen en la ciudad de Chametla Sinaloa, México, donde se casan en 1936, naciéndoles en ese poblado sus hijos Alfredo, José Marcelino, Gloria Esperanza, quien fallece de una pulmonía a los dos años de edad; y Manuel Antonio.

En 1942 deciden venir a la ciudad de Tijuana en busca de un mejor futuro, llegando a la Colonia Independencia donde ya los esperaba su medio hermano Alfonso Hernández Cruz, donde radican por año y medio.

En 1944 logró su padre conseguir trabajo en el Hipódromo de “Agua Caliente”, por lo que deciden buscar un lugar cercano al sitio, siendo la Colonia “Rancho Alegre”, donde asientan su casa habitación, aunque de manera provisional.

Fue en 1946 cuando su padre siendo velador de los terrenos del Hipódromo, tarea que le encomienda el Sr. Jhonny Alessio, entonces propietario del inmueble, le facilitaron uno de estos terrenos para que construyera su vivienda, siendo la propiedad con superficie de unos 7,500 m2, mismo que actualmente colinda con el mercado Cali-Max Hipódromo, y el bulevar Agua caliente.

Juan Carlos Osuna Rivera es casado con Martha Patricia Villegas Díaz, siendo conocidos desde los tiempos profesionales, en el Instituto Tecnológico de Tijuana donde inician su carrera de estudios juntos, Ella termina su carrera de Lic. En relaciones comerciales y el de Lic. en Relaciones Industriales.

Se casan en 1984 naciéndoles Juan Carlos, Raúl Andrés. Daniela Patricia y Diana Valeria.

Martha Patricia Villegas Díaz actualmente es maestra Jubilada de la Escuela Secundaria Técnica numero UNO.

Juan Carlos Osuna Rivera actualmente labora en Gobierno del Estado de Baja California, donde ha laborado como por más de 20 años.

Algunos de los puestos como funcionario, han sido: Director de Contraloría Municipal; Jefe de Compras del Ayuntamiento; Sub-director de la Inversión Publica Municipal; Jefe de Servicios del Colegio de la Frontera Norte; Delegado de Transportes del Estado; Administrador de Oficialía Mayor del Estado; Verificación Fiscal Vehicular (todos los anteriores en Tijuana); Administrador de Instituto de Servicios Educativos y Pedagógicos en Tecate BC. Su primer trabajo formal fue en 1974, por cierto en el Hipódromo de Agua Caliente, como ya ha quedado relatado párrafos arriba

SUS HIJOS:

Carlos , (25 años) casado con Mariana Tamayo ( 19 años); la primer nieta: Isabela Osuna Tamayo ( 2 años )

Raúl Andrés (23 años) Estudia la carrera de Administración en la Universidad Autónoma de Baja California, Campus Tijuana.

Daniela Patricia (16 años): Estudia en la Preparatoria Federal Lázaro Cárdenas.

Diana Valeria (14 años): Estudia en la Secundaria Técnica numero UNO de Tijuana.