"NUESTRA TIERRA SE LLAMA "BAJA CALIFORNIA", NO SE LLAMA "BAJA":
SOMOS "BAJACALIFORNIANOS", NO SOMOS "BAJEÑOS"... "Agradezco infinitamente a mi amigo ARQ. MIGUEL ALCÁZAR SÁNCHEZ, el apoyo que me ha brindado al diseñar ésta página y subir mis trabajos desde el año 2007"

martes, 18 de mayo de 2010

FAMILIAS PIONERAS DE LA EX MISION DE SANTO DOMINGO DE LA FRONTERA, BAJA CALIFORNIA, MEXICO, Y OTRAS DE LA REGION.

El Presente artículo se escribe a petición de algunos lectores de la ex misión de Santo Domingo.

En las exploraciones llevadas a cabo por la orden de los franciscanos en el año de 1771, encontraron un sitio al noroeste de El Rosario, a unos cien kilómetros de distancia. Aquellas exploraciones fueron retomadas por los dominicos Manuel García, y Miguel Hidalgo, fundando la misión de Santo Domingo de la Frontera, siendo el segundo sitio con asiento misional español de la orden dominica, después de la de El Rosario, Baja California, siendo fundada el día 30 de agosto de 1775, a treinta kilómetros de las salinas de San Quintín, al pie de la Peña Colorada. En 1793 se reubicó la misión a tres kilómetros aguas arriba de la original, valiéndose de una llanura entre dos cañones cerca del arroyo.

En tal sitio se levantó la capilla, talleres de carpinteros y albañiles, habitaciones, cocina, granero, y la fragua. En el lugar se encontró suficiente agua, tierras para el cultivo, leña, y suficiente población nativa que justificaba el asiento misional. En 1798 se fundo la visita de San Telmo como apoyo a la misión de Santo Domingo de la Frontera, la que fue abandonada en forma definitiva el año de 1839. En la actualidad existe una capilla en la que se resguardan varios santos que datan del siglo XVIII, y que pertenecieron a diversas misiones de la península bajacaliforniana. La misión de Santo Domingo de la Frontera se encuentra en la actual Colonia Vicente Guerrero, región de San Quintín; a 185 kilómetros al sur de la ciudad de Ensenada, a 300 kilómetros al sur de la ciudad de Tijuana, la que hace frontera con San Diego, California, Estados Unidos de Norteamérica, y a 106 kilómetros al noroeste de El Rosario.

La ex misión de Santo Domingo, le fue vendida a José Luciano Espinoza Castro, primer dueño de la misión y su zona de influencia, la que incluía la mesa de San Ramón, sitio donde actualmente se asienta la colonia Vicente Guerrero.

Hacia el año de 1845, José Luciano Espinoza Castro recibe la misión, y sus tierras, que abarcaban un sitio de ganado mayor, que eran alrededor de 1,700 hectáreas para que en esa extensión formara su rancho y las crianzas de ganado tanto mayor como menor, es decir: vacas, caballos, mulas, burros, siendo estos el llamado “ganado mayor”, y las ovejas, cabras, cerdos, eran los llamados “ganado menor”. Cierta fracción del sitio entregado a Espinoza fue posteriormente llamado: Rancho San Ramón, y mas tarde aun, se le denomino: Rancho de Randall Young, ahora conocido como Rancho Hamilton.

José Luciano Espinoza Castro fue el encargado durante décadas de la compra y acopio de pieles de nutrias, que se cazaban en todas las bahías de la región de San Quintín, desde Punta Colonet, hasta la de Santa María, y también de la región de El Rosario. Extraía además grandes cantidades de sal de las salinas de San Quintín, la que utilizaban en la conservación de todo tipo de alimentos.

Los rancheros peninsulares, como los de la misión de Santo Domingo en este caso particular, realizaban trueques con los marineros de los buques balleneros, de piratas, o de cualquier otra índole que se fondeaban en las costas de la región; intercambiando bienes que eran de gran utilidad a bordo, y en los ranchos. Por parte de los rancheros, los marineros recibían: frutas frescas y secas, carnes fresca, seca, y salada, animales vivos como gallinas, chivos, ovejas, incluso becerros y vacas, queso, vino, verduras frescas, granos diversos, y sal en grandes cantidades. Por parte de los marineros los rancheros reciban: Café, azúcar, ropas de uso, herramientas menores, cuchillos, cucharas, trastes para cocina, cobijas, tabaco, cuerdas, alcohol, y armas de fuego principalmente.

José Luciano Espinoza Castro casó con María Felipa del Rosario de las Rosas Almenares, vivieron durante el resto de sus vidas en su rancho “Espinoza” de la misión de Santo Domingo”. Al ser el primer matrimonio del lugar, los hace la raíz mas antigua y profunda de los linajes del sitio, así que después de los misioneros, los soldados misionales, y al abandono de la institución misional por parte del gobierno mexicano, en la década de 1830, los Espinoza de las Rosas, se erigen como los primeros rancheros de esta región especifica, empezando a nacer sus hijos que mas tarde formarían la primer sociedad, junto con los Arce San Telmo, los Duarte de San Rafael, los Warner de La Calentura, los Zerega, los Martorell, y muchas otras familias que emparentaron con los Espinoza de las Rosas, y que a continuación asentaré algunos datos de diversas generaciones primigenias de personas y personalidades surgidas de este pequeño pedazo de tierra bajacaliforniana.

María de los Ángeles Espinoza de las Rosas, hija mayor del rancho Espinoza de las Rosas, se casó con el héroe bajacaliforniano originario de La Grulla, ubicado en la misión dominica de Santo Tomas de Aquino: ANTONIO MARIA MELENDREZ CESEÑA, hijo del soldado misional Guadalupe Aniceto Meléndrez Orantes, y de Susana Ceseña. María de los Ángeles y Antonio María no tuvieron hijos, pues a raíz de la invasión del pirata filibustero William Walker a esta tierra en 1854, en la que Walker pretendía segregar a Sonora y Baja California, de México, y con estos territorios formar la republica de: Sonora-Baja California, y después anexarla a Estados Unidos de Norteamérica. Antonio María Meléndrez Ceseña en unión de un bravo grupo de rancheros y nativos cochimies, persiguieron y hostigaron a Walker y sus forajidos, tanto que lograron expulsarlos de nuestra tierra con rumbo a la de ellos, en franca huida por el cañón de Cueros de Venado, ubicado al Este de Tijuana, cuando Meléndrez le pisaba los talones al intruso. Meléndrez pagó con su vida la heroicidad de sus actos, ya que el infame cobarde y once veces presidente de México: su alteza serenísima Antonio María de Padua Severino López de Santa Anna, lo mandó fusilar por traición a la patria; sus cobardes órdenes las cumplieron sus cobardes soldados en la ex misión de San Vicente Ferrer, Baja California, el mismo año de 1854, los mismos soldados que no defendieron este suelo de tal invasión extranjera. Sigo sin entender a qué patria traicionada se refería Santa Anna, o será que nunca lograre entender el oscuro lenguaje de los políticos?.

María de los Ángeles Espinoza de las Rosas se casó en segundas nupcias en 1865 después de enviudar de Meléndrez, con José Rosario Marrón Murillo, (en ocasiones se le encuentra como Carrillo):

Según el árbol genealógico descrito por el profesor Luzsiglo Marrón Amaya, en su línea directa: José Rosario Marrón fue hijo de Juan Marrón y de María Elena Murillo: José Rosario se casa con María de Los Ángeles Espinoza de las Rosas, naciendo de ellos José Marrón Espinoza, quien se casa con Manuela Real, y de este matrimonio nace Pablo Marrón Real, quien a su vez se casa con Altagracia Amaya: y de ellos nace Luzsiglo Marrón Amaya, quien junto con María Guadalupe Luna Andrade, procrearon a Omar Marrón Luna. En esta relación sólo se analiza la línea del profesor Luzsiglo Marrón Amaya, hermano del también profesor Juvenal, sin embargo el tronco de la familia Marrón emparentada con la familia Espinoza de las Rosas es bastante mas grueso de lo aquí asentado. Hasta aquí dejo la relación del profesor Luzsiglo Marrón Amaya.

Martín Espinoza de las Rosas se casó con Concepción Meléndrez Ceseña; originaria de La Grulla, ubicada en la ex misión de Santo Tomas de Aquino, hija del soldado misional Aniceto Guadalupe Meléndrez Orantes y de Susana Ceseña: Tuvieron una hija llamada Eulalia.

Juan Bautista Espinoza de las Rosas fue casado con María Dolores Acevedo, sin embargo Juan Bautista falleció a los 22 años de edad, fueron los padres de María Ambrosia, quien a su vez fue casada con el sinaloense Francisco Sarabia; siendo los padres de: Eufemio, Bautista, Heraclio, Faraón, Francisco, y Claudio; Francisco Sarabia tenia dos hijos anteriores llamados: Ruperto y Teresa, que lo trajo niños de Sinaloa y fueron criados por María Ambrosia.

Destaca en esta familia la muerte de Claudio Sarabia Espinoza, en el rancho El Salitral, de la ex misión de San Vicente Ferrer, Baja California, en defensa del territorio de Baja California, por invasión filibustera del día 22 de junio de 1911. Una escuela en San Vicente Ferrer, lleva su nombre.

Nepomuceno Espinoza de las Rosas fue casado con Manuela Villegas.

María Ramona Espinoza de las Rosas se casó en 1862 con el venezolano Cecilio Zerega (segundas nupcias para él).

Eugenio Espinoza de las Rosas fue casado con Soledad Warner originaria del rancho La Calentura: fueron padres de María de los Reyes Espinoza Warner (falleció a los 21 años de edad) fue casada con Aniceto Duarte, y fueron padres de: María Marciana, Gregorio y Teofilo.

Bárbara Espinoza de las Rosas se casó con Rufino Arce Salgado, Vivían en San Rafael, y en Arroyo Seco, aunque se casan hacia 1864 en San Telmo, y fueron los padres de: Francisco, Antonio, Rufino, Simón, Josefina, Antonio María, y Juana.

Transcribo aquí el árbol genealógico del ingeniero Francisco Arturo Arce Zepeda, elaborado por él mismo, quien desciende de Bárbara Espinoza de las Rosas y de Rufino Arce Salgado, es decir: Francisco Arce Espinoza (1873-1944) se casa en San Telmo con Altagracia Duarte Acevedo (1881-1957), fueron padres de Francisco Arce Duarte (1902-1993), padre de Francisco Arturo Arce Zepeda (1947): Analizando por otra parte, Francisco Arturo Arce Zepeda desciende de Rufino Arce Salgado quien fue hijo de Ignacio de Jesús Arce casado con Josefa Salgado Camacho, también fueron padres de Rita esposa de John B. Hyde avecindado en San Quintín, y de Juan de Dios casado con Isabel Zerega Ocio; hija de Cecilio Zerega y de Rosario Ocio Vidal. Ignacio de Jesús Arce fue hijo de José Gabriel Arce (1727-1798) y de Ana Gertrudis Velasco (¿-1785), todos ellos radicados en San Telmo, visita de la misión de Santo Domingo de la Frontera. Hasta aquí dejo la relación de Francisco Arturo Arce Zepeda.

Aunque Francisco Arturo Arce Zepeda además de descender de José Luciano Espinoza Castro (1797-1869), también es descendiente de Carlos Espinoza Castro (1778-1883), ya que Altagracia Duarte Acevedo fue su bisnieta, siendo ella hija de María Vicenta Acevedo Espinoza (1849-¿), y de Aniceto Duarte Salgado: María Vicenta fue hija de María Rita Espinoza Salgado (1833-1905) y de Loreto Acevedo Ceseña 1827-1865): María Rita fue hija de Carlos Espinoza Castro y de María Dolores Salgado Camacho (1811-1892).

Así como Francisco Arturo Arce Zepeda desciende de los hermanos Carlos y José Luciano Espinoza Castro, Rigoberto Martín del Campo, Juma Espinoza y Roberto de la Torre Ames descienden de Perfecta Escolástica Espinoza Castro y de Julián Jesse Ames: Para mi caso desciendo de Carlos Espinoza Castro: Todos descendemos del español Juan Nepomuceno Espinoza y de la Cochimi Loreto Castro: Llamada por los misioneros “Mamá Espinoza”.

Paula Espinoza de las Rosas fue casada con José Álvarez.

María Gertrudis Espinoza de las Rosas fue casada con el Español Francisco Martorell, fueron los padres de: Nemorio, Agustín, Sebastian, y Antonio.

María Antonia Espinoza de las Rosas, falleció en San Telmo a la edad de 43 años en año de 1892, no me ha sido posible investigar mayores datos sobre ella.

El matrimonio Espinoza de las Rosas se encuentra relacionado con numerosas familias de la región, siendo entre muchas otras: Amador, Marrón, León, Capaceta, Arce, Duarte, Warner, Martorell, Sarabia, Acevedo, Meléndrez, Candolfi, Legaspy, etc.

José Luciano Espinoza Castro, hermano menor de Carlos Espinoza Castro patriarca fundador del linaje Espinoza en El Rosario, Baja California, fueron hijos del español Juan Nepomuceno Espinoza (1730?-1799) y de la nativa Cochimi Loreto Castro (1758?-1838).

José Luciano Espinoza Castro falleció en su casa de la ex misión de Santo Domingo de la Frontera, el día 02 de noviembre de 1869, a la edad de 72 años ya que había comido higos envenenados para las ardillas.

María Felipa del Rosario de las Rosas Almenares fue hija de Dionicio de las Rosas y de Loreto Almenares, quienes radicaban en la ex misión de San Vicente Ferrer. Falleció en San Telmo a la edad 86 años el día 10 de abril de 1897.

Dejo asentados los nombres de algunas de las familias pioneras de la región, y que fueron contemporáneas, y anteriores de la Espinoza de las Rosas, anteriores y posteriores:

Ex misión de El Rosario: Domingo Aguilar y Columba Savin: (familias Cochimi, desde tiempos inmemorables). Abuelos maternos de los Ortiz Aguilar de El Rosario.

Ex misión de El Rosario: Carlos Espinoza Castro (año de 1800)

Ex misión de El Rosario: José Rito Ortiz y María del Carmen Espinoza Castro (1809)

Ex misión de El Rosario: Julián Jesse Ames y Perfecta Escolástica Espinoza Castro (1810?).

Misión de Santo Domingo de la Frontera: Espinoza de las Rosas (1828)

Sante Telmo de Arriba: Santiago Domingo Arce, Ignacio de Jesús Arce ( año de 1822?)

Ex misión de San Vicente Ferrer: Estanislao Salgado (1812)

Ex misión de Santo Tomas de Aquino: Antonio L. Sosa (año de 1835)

Ex misión de El Rosario: Acevedo (1827), Marrón (1822),

La Grulla, de la ex misión de Santo Tomas de Aquino: Aniceto Gpe. Meléndrez Orantes, Juan Ignacio Ceseña, José Sáez.

Otras familias que se asentaron en diversos lugares y que provienen de soldados misionales o de Cuera, encabezadas por:

Estanislao Salgado, Estanislao Armenta, Juan Ignacio Ceseña (La Grulla), Joaquín Márquez, Manuel Adarga, Vicente Rosas, Manuel Machado (Rancho Playas de Rosarito), Gpe. Aniceto Meléndrez Orantes (La Grulla), José María Aguilar, José de Jesús Castro, Benito Calderón, José Álvarez, Ignacio López, Domingo Zazueta, José Sáez (La Grulla), Ignacio Ceseña, Trinidad Orantes, Macedonio González, Simon Avilez, Carlos Espinoza Castro (Ex misión de El Rosario), José Cota, Perfecto Duarte (San Rafael, Francisco Javier Gatelum, José Manuel Ruiz (ambos radicaron en la Ensenada de Todos Santos), Santiago Domingo Arce, Ignacio de Jesús Arce (San Telmo de Arriba).

Esta última lista la describe Manuel Clemente Rojo Zavala, en sus “Apuntes Históricos de la Frontera de la Baja California que los inició en casa de Carlos Espinoza Castro en El Rosario, el día 19 de octubre de 1848”, publicados con notas de Carlos Lazcano Sahagun y Arnulfo Estrada Ramírez, en marzo del año 2000.

Otras Familias de gran arraigo en la región son: Loya, Vidaurrázaga, Collins, Aguilar, Arauz, Peralta, Granados, Olachea, Ramonetti, Ormart, Appel, Ruffo, Cochran, Pellejeros, García, Villegas, Camacho, Quiñones, Smith, Maclis, Castillo, Villalobos, Grosso, Murillo, Peña, Lamadrid, Dunn, Fernández, Verdugo, Villarino, Casillas, Reseck, Montañés, Gilbert, Casian, Chacon, Morales, Caballero, Crostwaithe, Núñez, Cajeme, Ibarra, Gaxiola, Romero, Real, Meza, Gerardo, Martínez, Gómez, Díaz, Villavicencio, Valladolid, Flores, Meling, Johnson, Pompa, Perpulí, Salizoni, Márquez, etc.

AUTOR DEL ARTÍCULO:

ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO

EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA

16 DE MAYO DEL 2010.

Nota 1.- Las familias que en este artículo se mencionan son algunas de las que se relacionan de alguna manera con las de la Misión de Santo Domingo de la Frontera, Baja California, sin embargo no son todas, ya que por espacio no es posible aquí abundar, o no se ha tenido información precisa para relacionarla. Además que no es para nada fácil armar estos rompecabezas: Gracias por su comprensión.

Nota 2.- Conocí y platique ampliamente en Ensenada con Heraclio y Faraón Sarabia Espinoza, quienes en 1970 eran personas de avanzada edad; ellos me narraron varias de las relaciones antes citadas.

miércoles, 12 de mayo de 2010

NUESTRA PENINSULA SE LLAMA: BAJA CALIFORNIA; NO SE LLAMA: “BAJA”.


En los escritos de la novela de caballerías castellano (España), publicada el año de 1510, por GARCI RODRIGUEZ (Ordóñez) DE MONTALVO: llamada “LAS SERGAS DE ESPLANDIAN”, conocida tiempo antes de la llegada de los europeos a la península de Baja California, cuyo nombre los españoles se lo adjudicaron a esta tierra, al viejo estilo medieval, y sus mitos. Garci Rodríguez de Montalvo, en su novela escribió:

“Existe a la diestra de las indias una isla, cubierta de oro y perlas, en la que habitan solo bellas mujeres, llamadas amazonas, gobernada por una bárbara reina conocida como CALAFIA, con su banda de mujeres guerreras; la isla es cercana al paraíso terrenal; en aquella isla no existen hombres,…”.

Aunque la palabra “California” no se debe a GARCI RODRIGUEZ DE MONTALVO, este vocablo se remonta a la CHANSON DE ROLAND PROVENZAL, (Cantar de Roldan y Roncesvalles, francesa, del año 1090, escrita en lengua provenzal), en la cual aparece el nombre de “CALIFERNE”, cuyo origen mas antiguo es desconocido.

Una corriente de pensamiento sitúa la palabra “CALIDA FORNAX”, a la llegada de los españoles a esta parte del mundo, ya que encontraron la tierra muy caliente, a la que los misioneros denominaron en latín: “CALIDA FORNAX”, que significa: “QUE LA TIERRA ES CALIENTE COMO UN HORNO”, y que los soldados misionales al no poder pronunciar el latín, en vez de “Calida Fornax”, pronunciaban en cambio la palabra: “California”.

En los trabajos de Francisco López de Gómara, denominados “Historia General de las Indias”, llama “Isla de California” al extremo sur de la península de Baja California, desconociendo que la tierra estaba unida al continente, siendo península, y no una isla, como hasta entonces se creía, y se le llamaba también: “Isla de la Santa Cruz”.

Sin el ánimo de adentrar más en la etimología de California, dejo por asentados los anteriores datos universalmente reconocidos, como unas de las corrientes más populares del origen del nombre de esta península mexicana.

En los tiempos aquellos en que la California definía la tierra peninsular, sin lugar a dudas, y con el avance del imperio español en la conquista de esta región del mundo, valiéndose con el sistema misional como instrumento de penetración y dominio, llegó el tiempo en que dividido el avance de conquista entre misioneros franciscanos, y dominicos, acordaron repartirse la región en ANTIGUA CALIFORNIA, y en NUEVA CALIFORNIA, que años mas tarde se les llamó: BAJA CALIFORNIA, y ALTA CALIFORNIA, ambas provincias enclavadas en la Nueva España, mas tarde en la Republica de México; y derivado de la guerra que Estados Unidos de Norteamérica le declaró y ganó a México, le arrebató la ALTA CALIFORNIA, pasando a formar parte de la Unión Americana, según el tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado entre ambas naciones el día 02 de febrero de 1848.

Bueno, así las cosas, Baja California, a causa de aquella guerra queda casi por milagro del lado mexicano, siendo una tierra casi despreciada por los gobiernos de la republica, al grado que Porfirio Díaz, se refirió en alguna ocasión: “Pobre Baja California…”

Incluso aquí en la península padecimos los polvorientos caminos, sin pavimentar a lo largo de la mayor parte de los 1,600 kilómetros, que tiene de longitud, ya que según los políticos al mando de diversos gobiernos mexicanos, se creía que si se construían carreteras, pronto los gringos invadirían toda la geografía peninsular, de ahí nace la creencia en nuestros pueblos, para la tardía pavimentación de nuestro estrecho camino real, que hoy conocemos como la carretera transpeninsular, de muy angustiosas medidas, por cierto, en cuanto a su anchura se refiere.

No por nada el explorador y escritor mexicano Fernando Jordán, en 1950, con referencia a Baja California la llamó: “EL OTRO MEXICO”, destacando las profundas diferencias entre lo mexicano y lo bajacaliforniano, en el mas amplio sentido del análisis.

Una nueva corriente ha surgido hará unos cuarenta años, mas o menos, con origen en Estados Unidos de Norteamérica, desde luego, resulta que a nuestra península, ellos la llamaban, solo: “BAJA”, quitándole lo de “CALIFORNIA”; aunque eso no es lo grave del asunto, no, lo mas grave es que nosotros aquí, muy en nuestro papel ya decimos “BAJA”, como meros pericos, o merolicos, repitiendo lo que ni siquiera entendemos, porque en realidad no entendemos que con este nuevo vocablo: “BAJA”, les estamos dejando lo de “CALIFORNIA”, a ellos, y nosotros nos quedamos paulatinamente con “BAJA”: Mas tarde en vez de Bajacalifornianos, seremos ”BAJEÑOS”.

Así como tampoco, Michoacán se llama Michigan, ni Caborca: Carson city, ni Tijuana: Ti yei, o Puerto Peñasco: Rocky Point; así tampoco Baja California, se llama Baja; solo por la maldita y malinchista costumbre de querer ver con ojos ajenos, de escuchar con oídos de otros, o hablar con el estilo de los gringos, que por querer parecer hueritos, blanquitos, y no morenos, como si lo nuestro no valiera, como si fuera de segunda mano, o de quinta silla, y con esto estemos sobrenombrando a nuestra bella tierra.

Reconozco ampliamente la gran utilidad y progreso que los Estados Unidos de Norteamérica han dado al mundo, con sus grandes inventos, como los son: autos, aviones, telefonía, miles y miles de otros inventos beneficiando a la humanidad entera, eso es indiscutible; pero de esto a que nos quieran cambiar nuestro nombre, -quizás sin saberlo-, o a propósito, no sé, lo que si sé, es que por si las dudas nosotros debemos cuidar nuestra herencia, nuestro patrimonio, en el mas amplio sentido posible, y decirle también al resto de los mexicanos, los que habitan fuera de la península, que nosotros no somos “LA BAJA”, que somos Baja California, y que también es de ellos, y que también ellos la deben cuidar.

Existe por ahí en la frontera, en Tijuana, un equipo mexicano deportivo, que ha competido a nivel nacional, y se denomina: El equipo de LA BAJA”, solo así, y la otra parte del nombre por qué lo omiten?,

Bajacaliforniano por nacimiento, por adopción, cualquier mexicano que esto lea, a todos nos corresponde, nos corresponde la responsabilidad histórica de llamar al Vino, Vino, y a la Península: Baja California.

AUTOR DEL ARTÍCULO.

ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO

EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA, MEXICO

12 DE MAYO DEL 2010.

NOTAS: SERGAS: SIGNIFICA PROEZAS

ESPLANDIAN: HIJO DE AMADIS.

martes, 11 de mayo de 2010

CARLOS ESPINOZA CASTRO.

Hoy día 12 de mayo del 2010 se cumplen 127 años del fallecimiento de Carlos Espinoza Castro, acaecido en la Ex misión de San Fernando Velicatá.

CARLOS ESPINOZA CASTRO, nació en la ex misión de Loreto, hoy estado de Baja California, sur, según nuestra tradición familiar, su nacimiento fue el día 04 de noviembre del año de 1778: Fue hijo del español Juan Nepomuceno Espinoza, y de la nativa Cochimi Loreto Castro, siendo el hijo mayor de unos diez vástagos que procrearon.

Fue Carlos Espinoza Castro soldado misional, o de cuera, al servicio de los misioneros principalmente dominicos, fue también un nutriero de primer orden.

A la ex misión de El Rosario, Baja California llego Carlos, su madre, y sus hermanos en el verano del año de 1800, provenientes del paraje de San Juan de Dios, ubicado unos cuarenta kilómetros al Este de El Rosario, en la sierra de San Miguel, sureña estribación de la sierra de San Pedro Mártir. En tal sitio donde se encontraba la familia cuando sobrevino la repentina muerte de su padre Juan Nepomuceno. El paraje de San Juan de Dios, había sido fundado por el misionero Wenceslao Link, el 08 de marzo de 1766; en cuyo sitio permaneció unos días enfermo de una pierna Fray Junipero Serra, en su viaje de exploración desde Loreto, a San Diego de Alcalá, siendo el primer viaje por tierra que el hombre europeo realizaba, desde Loreto, Baja California, a lo que es hoy la ciudad estadounidense de San Diego, California, cercana a la actual frontera México con Estados Unidos de Norteamérica.

Carlos Espinoza Castro, fue en el Rosario el primer propietario de la ex misión, cuando esta se secularizo, fue también el primer ganadero, primer agricultor, primer pescador, primer ranchero, primer nutriero; fue además armero, herrero, y vinatero. Fue alcalde auxiliar para la ex misión de El Rosario, Baja California, en 1850. En la actualidad aun existen restos de su casa habitación construida en 1836, en el Rosario de Abajo, cerca de la iglesia católica, en una curva del antiguo camino real, hoy calle sin nombre, o camino vecinal.

Hablar de Carlos Espinoza Castro, es hablar de un pionero, es buscar a través de este personaje el sendero directo a nuestra raíz mas profunda, es viajar al origen de nuestra familia en El Rosario, y no solo eso, es además retroceder en el tiempo hacia el reencuentro con las actividades principales que han dado vida durante diez generaciones, a los que han poblado estas tierras.

Carlos Espinoza Castro vivió en la época, en que las inmensas soledades de nuestra península eran constantemente acechadas por piratas, bandoleros, y gentes de todas las calañas, tanto nacionales, como extranjeros; incluso en los tiempos en que las huestes oficiales del gobierno mexicano, eran dueños de almas y de voluntades, siendo los más temidos: Los Rurales, y los políticos.

Aun y con esta incertidumbre sembrada por la mano de hombres de malos hígados, nuestras familias salieron airosos generación tras generación, por lo regular sin filiación política, y bajo el sombrío yugo de los cínicos políticos, y los bravos rurales, también llamados “bocas bravas”, sin embargo los que nos han acompañado como sanguijuelas desde el principio de los tiempos, y hasta la fecha, son los ladinos políticos; siendo otro mas de los azotes que por desgracia hemos tenido que llevar a cuestas, sin dejar de lado tantas otras tropelías, que incluso arrancaron varias vidas de nuestros pioneros.

Aun y con la terrible escasez de cualquier bien, la inmensa soledad, los atropellos de políticos, y otros tantos bandoleros, Carlos vivió hasta la avanzada edad de 105 años, habiendo fallecido en cabalidad de sus facultades mentales, y en algo también las físicas. Descansa en el panteón de la Misión de San Fernando Velicatá, en la parte posterior del recinto del templo.

Falleció solo tres días antes en que se cumpliera el primer año de vida el pueblo de La Ensenada de Todos Santos, Baja California; la que oficialmente se fundó el día 15 de mayo de 1882.

A Carlos, y sus hermanos les sobrevivimos infinidad de familias de toda la región peninsular, de Sonora, de Sinaloa, y de California Estados Unidos de Norteamérica.

AUTOR DEL ARTÍCULO:

ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO

EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA

12 DE MAYO DEL 2010.

NOTA 1: Para mayor información de Carlos Espinoza Castro: Se puede consultar en: LINAJE ESPINOZA: EN EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA: “ASI SOBREVIVIERON NUESTROS PIONEROS”: 2007: de este mismo autor.

NOTA 2: Si algún político tuviera el infortunio de leer estas letras, en las cuales no se elogia su naturaleza, y no se ve reflejado en esas descripciones, seguramente será: que no es un político como lo ha creído; y si viéndose en estas descripciones le queda el saco, adelante: se lo puede poner. Y dejo constancia que no me expreso así por animadversión a estos individuos, sino mas bien por antecedentes históricos, muy bien fundados, y además por la percepción generalizada que nuestra sociedad, tiene de estos hombres y mujeres, fama que a pulso se han ganado.