

En agosto de 1919, el gobernador del Distrito Norte de Baja California, Coronel Esteban Cantú Jiménez, visito El Rosario, y la primera solicitud que se le presentó por el pueblo, fue la construcción de una escuela. Siendo esta petición la mas sentida de otros muchos lugares recorridos de aquella gira; ordeno se construyeran una cincuentena de edificios distribuidos estratégicamente por todo el Distrito.

Con capacidad para recibir a cien niños, nació así la Escuela “Padre Salvatierra”. Su primer grupo de alumnos se instalo en el nuevo recinto en diciembre de 1921, su primer profesor fue Luís Gildardo Rembao, y su primer alumno Alejandro Espinoza Peralta; se inauguro oficialmente en 1923.
El inmueble funcionó desde 1921 hasta 1983, año en el que es abandonado por causar peligro a sus usuarios, dado lo avanzado de su deterioro.
En 1980, es utilizado para transmitir películas, y bailes.
En 1986, el Instituto Nacional de Antropología e Historia lo incluye en el catalogo de bienes inmuebles con carácter histórico.

En 1992, se le destina como primer recurso para iniciar su rehabilitación, la venta del libro “LOS ROSAREÑOS”, publicado en 1992, cuyo autor, es el de este articulo. El 28 de Junio de 1993, se inicia la rehabilitación y se concluye la primera etapa el 8 de octubre de 1994, inaugurándose en el edificio el Museo Comunitario, el 9 de octubre de 1994, el cual ha mantenido sus puertas abiertas desde entonces.
La rehabilitación fue llevada a cabo con el apoyo de empresas privadas, instituciones de los tres niveles de gobierno, y por la comunidad, siendo guiados los trabajos desde su inicio y hasta la fecha, por el autor de este articulo, quien es el responsable del museo, y su fundador.

La rehabilitación integral del edificio se mantenido de manera constante, desde 1993, y hasta la fecha, al mismo tiempo que se han ido integrando sus colecciones.

En 2005, se le instalaron banquetas perimetrales, cerco, rejas e instalación eléctrica, en 2007, se reparo de manera total el piso y el corredor.
En la actualidad este edificio es el único que sobrevive de los más de cincuenta originalmente construidos.
La importancia de este edificio para Baja California, y para El Rosario en particular, es de vital importancia, ya que representa no solo la cuna de las primeras letras de nuestros abuelos, sino también, la vida de los pioneros que se manifiesta al recorrer su sala de exhibición, es además

Es en El Rosario, el edificio de más valía por sus antecedentes históricos, por su arquitectura, y por alojar en su seno el devenir desde los primeros pobladores de la región, y hasta nuestros días.