A CINCUENTA AÑOS DE LA
FUNDACION DEL COLEGIO DE INGENIEROS CIVILES DE ENSENADA: C.I.C.E.
POR:
ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO
EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA
12 de agosto de 2021
Artículo número 135
Protegido bajo patente 1660383.
NUESTRAS TRADICIONES SON CULTURA Y
CONOCIMIENTO.
NUESTRA TIERRA SE LLAMA BAJA CALIFORNIA, NO
“BAJA”
La ingeniería proviene
del ingenio humano, por lo que todos tenemos algo de ingeniero: Y desde que la
humanidad existe se ha visto inmersa en un mundo de necesidades por resolver,
tanto es así, que habitando las cavernas se vio en la disyuntiva de preservarse
o de sucumbir.
El frío intenso la hizo
descubrir el fuego, el hambre la obligó a desarrollar la cacería y recolección,
el calor agobiante a buscar los sitios con agua; la descomposición de sus
alimentos a desarrollar su conservación, el breve tiempo que les duraba la
vida, llevo a los primeros seres humanos a ingeniárselas para hacer pasar su
conocimiento de generación en generación, principalmente la muy lenta
fabricación de herramientas, que mas tarde habrían de utilizar para guerrear.
Se puede decir que con las primitivas
necesidades del ser humano, lo llevaron al surgimiento del “ingenio”, que
habría de fortalecerse al cabo de miles de generaciones en la primitiva ingeniería.
Desde
la era de las cavernas, y la edad de la piedra, se desarrolló en todas los rincones del planeta el uso
indistinto de enseres, aperos y herramientas primitivas, que al paso de los
milenios, según el ingenio, se fueron perfeccionando, hasta llegar a las
civilizaciones antiguas como la china,
egipcia, la Mesopotamia en sus cinco periodos, entre infinidad de otras
culturas.
Si
del ingenio nace la ingeniería, tenemos entonces que el ingeniero existe desde
la era de las cavernas, existiendo una vastedad de conocimientos entre el
ingeniero primigenio y el actual, tanta como conocimiento hay, teniendo que
dividir la ingeniería en amplia variedad de disciplinas en la actualidad.
El
primer ingeniero del que se tiene registro propiamente dicho, es de IMHOTEP,
quien nació en Egipto el siglo XXVII, a. d. C., quien construyó la pirámide de
Saqqarah, en el antiguo Egipto hacia el 2,550 a. d. C., por lo que se le puede
ubicar con una antigüedad de unos 4,600 años.
En
tiempos más recientes nos encontramos con ARQUIMIDES DE SIRACUSA, quien existió
del año 287 al 212 a. d. C., habiendo nacido en Siracusa, Italia, (Grecia
Magna), y fue asesinado a las setenta y cinco años de edad por un soldado
romano, cuando por ser un hombre de gran valía y sabiduría, se había prohibido
causarle algún daño.
Existe
una fabula de la antigüedad que dice: “En la construcción de una gran obra, los
hombres transportaban arrastrando masivos bloques de roca desde la cantera
hasta el pie de la obra; en eso, uno de los trabajadores se detuvo observando
un árbol y mientras los observaba ingenió que podrían talarlo, sacar dos trozos
pequeños del tronco, colocar uno en cada extremo del tronco restante, aprovechando
su redondez, obteniendo con ello un mecanismo, que colocado debajo de la roca,
podría servir de eje y rodar con mínimo esfuerzo, sin tener que usar la fuerza
bruta…, absorto en sus pensamientos estaba, cuando de repente llegó el jefe
dándole un fuerte garrotazo en la cabeza, matándolo por haber abandonado su
trabajo para estar contemplando inútilmente un árbol; con tal acción, aquel
inepto jefe atrasó por milenios la aparición de la rueda”.
La
necesidad de transportar el agua a grandes distancias, mediante el ingenio hizo
aparecer los acueductos; por las guerras: la catapulta, pólvora, el arco y la flecha; por las
herramientas: la minería y metalurgia; por conquistar los mares: la navegación
por medio canoas, veleros, barcos, buques. Presente en muchos campos del
saber, ha estado desde siempre la
ingeniería como principio de solución.
En
América, los primeros ingenieros construyeron las pirámides precolombinas y
todas las ciudades de los imperios azteca, maya, purépecha, totonaca, tolteca e
incaico, principalmente. Cabe destacar que a la llegada de los europeos, fue
Hernán Cortés y sus huestes quienes construyeron navíos para atacar
Tenochtitlán, que se podrían considerar como los primeros “ingenieros” europeos
en el nuevo mundo.
Propiamente
dicho, la preparación formal del ingeniero dio inicio en la escuela que cuenta
con mayor antigüedad en América Latina, fundada en México en 1792, llamado: “Real
Seminario de Minería de México”. Anteriormente a su fundación solo se impartían
cursos de medicina y farmacia en la Real y Pontificia Universidad de México.
En
México, dados los movimientos independentistas, se dejo de lado el impulso a la
educación, siendo así que desde 1792, en que se fundó el Real Seminario de Minería,
no se volvió a tomar cartas en el asunto, sino hasta 1883, año en que fue
fundada la carrera de ingeniería industrial, dado que en ese tiempo, en el país
existían unas tres mil empresas, en su gran mayoría de origen extranjero, que
utilizaban maquinaria principalmente en minas.
En 1900, habia en el
país 250 estudiantes de ingeniería, en su totalidad hombres, siendo hasta el
años de 1921 en que se registraron tres mujeres en todo el país.
En 1930, el día 11 de
febrero, presentó su examen profesional la primera mujer ingeniero mexicana, siendo ella: CONCEPCION MENDIZABAL
MENDOZA, quien habia nacido en la ciudad de México, el 4 de marzo de 1883 y
fallecido en la misma ciudad el 23 de noviembre de 1985, a la edad de 92 años.
Cabe hacer hincapié que desde 1792, año en que se fundó el Real Seminario de
Minería, y hasta 1930; es decir durante 138 años, no existió ninguna mujer con el grado de
ingeniero en México, hasta que lo logró ella, nuestro primer ingeniero civil
mexicano.
En Estados Unidos de América, la primera escuela de ingenieros
se fundó en Nueva York el año de 1849, es decir, 57 años después que en México.
Aquel país, tuvo en Emily Warren Roebling, a una de sus primeras mujeres con
grado de ingeniero.
Para Baja California,
sus primeros ingenieros fueron quienes realizaron los primeros trazos de los
pueblos de la colonia Carlos Pacheco (Ensenada), San Quintín, Tía Juana,
Mexicali y Tecate. Destacando que a principios de los 1900’s, otros primeros
ingenieros civiles, topógrafos y geólogos, diseñaron, y construyeron el camino
nacional, cruzando la sierra de Picachos: en “La Rumorosa”, que unía a
Mexicali con Tecate, Tijuana y Ensenada, llamándolo “camino nacional”,
con el ánimo de integrar a la Baja California con el resto del país, tratando
de desligarla de sus nexos con California, Estados Unidos.
En
Ensenada, los primeros ingenieros fueron de origen extranjero, principalmente
llegados a finales del siglo XIX, en las compañías “inglesa y americana”, dadas
las concesiones de tierras que les otorgó el gobierno de Porfirio Díaz. Baste
decir que desde 1880 a 1940, las minas y grandes extensiones de tierras
bajacalifornianas se encontraban en manos casi exclusivamente extranjeras, con
sus ingenieros también extranjeros, desde luego.
Se
puede decir que fue hasta muy entrado el siglo veinte en que Ensenada se “hizo” de ingenieros mexicanos; algunos nativos
de la ciudad y de otros que arribaron de distintos lugares del país;
principalmente los llegados durante la segunda guerra mundial, ya que fueron
enviados por la presidencia de la república en apoyo para proteger la península
de Baja California, por temor a que fuera invadida por fuerzas del eje:
Japón-Alemania-Italia. Muchos de aquellos ingenieros se quedaron para siempre
en Ensenada, mientras que otros regresaron a sus lugares de origen, donde
descansan.
Llegar
a ser profesionista, hace unos décadas, no era tarea fácil, mucho menos lo era
para los que nacimos en la campiña de la Baja California, vivíamos en los
1950´s por ejemplo, pero en la realidad parecía ser que estábamos a mediados de
los 1700´s y principios de los 1800’s, pues el soñar siquiera con llegar a
terminar la secundaria, eran sueños guajiros, ni qué decir con llegar a
estudiar para ingeniero. Por principios de cuentas, en las ciudades de Baja
California, apenas existía el nivel secundario, y alguna que otra escuela para
secretariado.
La gran mayoría de los
que se “iban a estudiar” a mediados del siglo veinte, era a la muy lejana
ciudad de México, viajaban de ida y vuelta en rústicos camiones “rancheros”, por
caminos terregosos o lodosos; con escasas pertenencias, muy poco dinero, pero
con inmensas ilusiones de llegar a obtener algún grado académico, a base de hambres
y todo tipo de esfuerzos, y tener que pasar por la tortura de ser “perro” al
ingresar a la universidad.
No solo les pasaba
todo eso a los estudiantes de la Baja California, sino que esta situación la
vivieron la inmensa mayoría de los mexicanos nacidos fuera de la metrópoli
mexicana.
Pero los tiempos cambian, también para nosotros los de
rancho, de pequeños pueblos y ciudades, llegó el progreso, y fue así como se
“hizo de mulas Petra”. Por principios de cuentas, a todos los territorios
estatales mexicanos llegaron secundarias, preparatorias, universidades, e
instituciones de posgrado. En Baja California, la universidad llegó en febrero
de 1957; facilitando grandemente el que mayor numero de parroquianos
aspiráramos a obtener estudios superiores, ya solo deberíamos trasladarnos a
Mexicali, eso sí, con escasez infinita para muchos de los que allá estudiamos. Para
fortuna de las nuevas generaciones, en casi todas las ciudades mexicanas,
actualmente existe un amplio abanico de posibilidades y ofertas de estudios.
En el México del año de
1900, apenas doscientos cincuenta estudiantes de ingeniería existían, mientras
que un siglo después, gracias al cúmulo de facilidades e instituciones de
educación existentes, se pueden contar por miles o millones los que se
encuentran en vías de ser profesionistas,
más otros millones de personas que ya lo somos; mientras que ahora el reto es
contar con espacios educativos para todos, suficientes fuentes de empleo y mantener en alta dignidad
y prestigio nuestras respectivas profesiones. Existe también para nuestros
estudiantes la oportunidad de intercambio educativo con universidades y
tecnológicos de otros países, esperando que en ello, el país se vea
engrandecido y no crezca la “fuga de cerebros”, regresando a nuestra sociedad
lo que mucho nos ha dado.
La obra constructiva
mexicana, antes dependiente de ingenieros y diseñadores del extranjero, en la
actualidad realiza todo tipo de construcción pesada y diseño, que van desde
magnas obras en aeropuertos, autopistas, minas, obras marítimas y costeras,
puentes, presas, obras de minería, geología, hidrología, topo hidrometría, todo
tipo de edificación, por citar parte del campo de desarrollo y acción.
COLEGIO DE INGENIEROS CIVILES DE ENSENADA, A CINCUENTA AÑOS DE SU
FUNDACION.
El Colegio de Ingenieros Civiles de
Ensenada, inició sus gestiones de
fundación el 31 de marzo de 1971, cuando el Ingeniero Abigail Parra Quiroz en
representación del grupo de ingenieros
fundadores, solicitó ante la Instancia
Federal el permiso correspondiente para la formación y fundación de este
nuestro Colegio; siendo otorgado el permiso solicitado el día dos de septiembre
de 1971; habiendo quedado formalmente concluida su integración
el 18 de diciembre de 1971; e inscrito
en su momento ante el Departamento
de Profesiones del Estado de Baja California.
Desde
tiempos primigenios a la región de
Ensenada han arribado distintos
personajes de todas las esferas sociales y de diversas ocupaciones, que en su
actuar la han engrandecido. Fue así, que hace más de cincuenta años a la
entonces pequeña ciudad, arribaron desde
distintos confines de la patria profesionales de la Ingeniería Civil, que se
sumaron a los muy pocos ingenieros locales de aquellos ayeres. Ante esta dinámica, un grupo de ingenieros civiles optaron por
integrarse de manera colegiada, y con
ello, enmarcar el ejercicio de la profesión en beneficio de la sociedad,
fomentando las relaciones de los ingenieros civiles locales con sus similares
del resto del país y del extranjero; con la misión de enaltecer principalmente la Ingeniería Civil y, en
general, el Arte y la Cultura; en tanto que prestaban su labor a la sociedad.
Cabe
destacar que desde su fundación, el Colegio ha permanecido atento para apoyar a
las autoridades y a la sociedad a través
de labores sociales, participando en comisiones de gestión y seguimiento,
tantas como nos han sido requeridas ante el diario quehacer ciudadano;
participando el colegio en la mayoría de ellas, con voz y voto, emitiendo de
manera colegiada nuestras opiniones y posicionamientos profesionales; como en el ordenamiento de la ciudad, así
como en muy diversas disciplinas, coadyuvando entre otros, con los tres órdenes
de gobierno, universidades, Institutos
de Cultura y de Artes, otros colegios de la rama, solo por citar algunos; a la
vez que mantenemos estrecha relación con el quehacer de la ingeniería en México
y el extranjero, a través de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de
la Republica Mexicana, de la cual formamos parte.
DE SUS DIEZ FUNDADORES:
Sus
fundadores y primeros forjadores, fueron los ciudadanos ingenieros:
1.- ABIGAIL
PARRA QUIROZ, Originario de Sonoyta, Sonora; donde nació el 5 de enero de 1932.
2.- FRANCISCO
JAVIER BARRAZA SALAZAR, originario de Cananea, Sonora; donde nació en 26 de
enero de 1940.
3.- JUAN
CARLOS MACFARLAND CORONA, originario de El Oro, Estado de México; donde nació
el 9 de marzo de 1918.
4.- VICTOR
MANUEL GOMEZ BAÑUELOS, originario de Ensenada, Baja California; donde nació el
3 de marzo de 1936.
5.- JOSE
RICARDO BARCENA ESCOBEDO, originario de Real del Monte, Hidalgo; donde nació el
7 de abril de 1906.
6.- FERNANDO
HERNANDEZ DE LABRA, originario de Guayanes, Municipio de Zirandero, Guerrero;
donde nació el 9 de septiembre de 1938.
7.- CALIFORNIA
ODAH ZERTUCHE DE SANCHEZ. Originaria de Ensenada, Baja California; donde nació
el 23 de abril de 1926.
8.- RUBEN
CORRAL RASCON, originario de Chihuahua, Chihuahua; donde nació el 11 de febrero
de 1924.
9.- JOSE
EDUARDO RUIZ CASTRO, originario de San José del Cabo, Baja California, Sur;
donde nació el 12 de enero de 1942.
10.- ALFREDO
MEDINA VIDAURRI, originario de Juchipila, Zacatecas; donde nació el 12 de marzo
de 1936.
Solo
sobreviven en la actualidad los ingenieros José Eduardo Ruiz Castro y Alfredo
Medina Vidaurri. El primero radica en San José del Cabo, Baja California, Sur;
y el segundo en Ensenada, Baja California.
EL PRIMER CONSEJO DIRECTIVO POR EL BIENIO
1971-1973, FUE CONFORMADO POR:
PRESIDENTE:
Ingeniero ABIGAIL PARRA QUIROZ.
PRIMER
SECRETARIO: Ingeniero FRANCISCO JAVIER BARRAZA SALAZAR.
SEGUNDO
SECRETARIO: Ingeniero JUAN CARLOS MACFARLAND CORONA.
TESORERO:
Ingeniero GABRIEL GOMEZ BAÑUELOS.
PRIMER
VOCAL: Ingeniero JOSE RICARDO BARCENA ESCOBEDO.
SEGUNDO
VOCAL: Ingeniero FERNADO HERNANDEZ DE LABRA.
El
Colegio de Ingenieros Civiles de Ensenada, en la actualidad lo representa el
entrante XXVI Consejo Directivo:
2021-2023, encabezado por el Ingeniero Carlos Brasil García Muñoz,
por entrega que le hace el XXV Consejo directivo: 2019-2021 saliente, que fue
representado por el Ingeniero Fabián
René Ibarra López.
El Colegio
de Ingenieros Civiles de Ensenada, desde su fundación ha sido encabezado
partiendo del primer consejo directivo y hasta el vigésimo sexto, por los
ingenieros:
1.- Abigail Parra Quiroz:
Presidente Consejo Directivo I: 1971-1973
2.- Francisco Javier Barraza
Salazar: Presidente Consejo Directivo II: 1973-1975
3.- Rafael Guerrero Chávez:
Presidente Consejo Directivo III: 1975-1977
4.- Guillermo Sánchez Ceseña: Presidente
Consejo Directivo IV: 1977-1979
5.- Gabriel Gómez Bañuelos: Presidente
Consejo Directivo V: 1979-1981
6.- Luis Lugo Ramos:
Presidente Consejo Directivo VI: 1981-1983
7.- Anastasio Vázquez González:
Presidente Consejo Directivo VII: 1983-1985
8.- Francisco Hernández de
Labra: Presidente Consejo Directivo VIII: 1985-1987
9.- Jorge Alejandro Parra Lázaro:
1 Presidente Consejo Directivo IX: 1987-1989
10.- Juan Francisco Órnelas González:
Presidente Consejo Directivo X: 1989-1991
11.- Jorge Picket Briseño: Presidente
Consejo Directivo XI: 1991-1993
12.- Ruben Ayub Martínez: Presidente
Consejo Directivo XII: 1993-1995
13.- José Antonio Navarro:
1995-1997: XIII: Pedro Flores Arredondo (1996)
14.- Pedro Flores Arredondo: XIV:
1997-1999
15.- Cosme Frías Solís: XV:
1999-2001
16.- José Alfredo Salazar Juárez:
XVI: José de la Luz Mendoza Díaz: 2001-2003
17.- José Virgilio Garibay
Ruiz: Presidente Consejo Directivo XVII: 2003-2005
18.- Juan Manuel Falcón Pérez:
Presidente Consejo Directivo XVIII: 2005-2007
19.- Jorge Adrian Arvizu
Robles: Presidente Consejo Directivo XIX: 2007-2009
20.- Arturo Javier García González:
Presidente Consejo Directivo XX: 2009-2011
21.- Fernando Tinajero
Villavicencio: Presidente Consejo Directivo XXI: 2011-2013
22.- Cesar Ríos Patricio: Presidente
Consejo Directivo XXII: 2013-2015
23.- Juan Carlos Ibarra
Armenta: Presidente Consejo Directivo: XXIII: 2015-2017
24.- Héctor Ibarra Plazola: Presidente
Consejo Directivo XXIV: 2017-2019
25.- Fabián René Ibarra López:
Presidente Consejo Directivo XXV: 2019-2021
26.- Carlos Brasil García
Muñoz: Presidente Consejo Directivo XXVI: 2021-2023.
Existen representaciones de
ingenieros civiles y de todas las profesiones en todo el país, mientras que en
Baja California existen varios colegios en las ciudades de Ensenada, Tijuana,
Playas de Rosarito, Tecate, Mexicali y San Quintín; así como federaciones
nacionales e internacionales de colegios, barras y asociaciones de
profesionistas.
El campo de acción profesional de los socios del colegio,
ha sido en la obra pública, privada, en el sector educativo, servicio
público, investigación, apoyo en la
impartición de justicia, iniciativa privada, entre otras actividades.
En el
Colegio de Ingenieros Civiles de Ensenada, desde su fundación, no ha sido representado
por ninguna mujer, esperando que en tiempo cercano alguna compañera nos
represente.
El más
reciente miembro del colegio es el Ing. Héctor Villalobos Buelna, quien ingresó
el pasado mes de julio de 2021; mientras que por ingresar se encuentra la Ing.
Araceli Guadalupe Avíña Cervantes. Por parte de este autor, se asienta que
forma parte de sus filas desde marzo de 1992.
Notas relevantes:
Dentro
de los alcances de este trabajo, no ha sido posible asentar el nombre de todos
los miembros socios que han existido en el colegio, ni el insertar los consejos
directivos completos, tarea que se habrá de realizar en otra oportunidad.
Mi
agradecimiento al Ing. Pedro Flores Arredondo y a la secretaria Luisa Zuleyca
Villavicencio Estrada, por su apoyo para la obtención cronológica de los
consejos directivos del colegio.
El
presente trabajo no sigue líneas políticas, religiosas, ni económicas, surge
como interés del autor por documentar en algo el devenir del colegio.
Se
permite el uso del presente trabajo, solo para divulgación, otorgando y citando
en todo momento los créditos correspondientes al autor, quien se reserva bajo
patente 1660383 todos los derechos de autor sobre el mismo en México y el
extranjero.