EL IRLANDES PHILLIP CROSTHWAITE, TATARABUELO DE
RIGOBERTO MARTIN DEL CAMPO MARRON.
Autor: Ing. Alejandro Espinoza Arroyo
Articulo 133.
El Rosario, Baja California, a 15 de septiembre de 2019.
Protegido bajo patente número 1660383.
Nuestras tradiciones son cultura y conocimiento.
La Baja California, ha sido un espacio geográfico al cual
han llegado infinidad de familias y hombres solos para poblarla; mucho es busca
de aventuras, trabajo, o por placer, que durante los trescientos años en que
existió la Nueva España, eran casi exclusivamente de la península ibérica los
que arribaron a nuestra península.
Desde que México se
independizó de España, se dieron cita en este suelo personas de los más
recónditos y lejanos lugares, tales como de la China, Alemania, Chile, Líbano,
Francia, Inglaterra, Japón, Rusia, e Irlanda entre muchos otros.
En el pueblo
de El Rosario, Baja California, hacia mediados los de la década de 1840´s, con
toda regularidad se encontraba cazando nutrias el entonces joven de veinte
años, el Irlandés Phillip Crosthwaite, ya que ahí vivía Perfecta Escolástica
Espinoza Castro, novia del norteamericano Julián Jesse Wilbur Ames, compañero
en la cacería de nutrias de Crosthwaite, y también de William Curley, John
Post, John Stewart, Joaquín Machado, Manuel Machado, Manuel
Serrano, quienes eran recibidos en el pueblo por el también nutriero y antiguo
soldado misional Don Carlos Espinoza Castro, ya que todos ellos viajaban por
toda la costa pacífica de Baja California en la cacería, cuyo asiento regular
era en el pueblo de El Rosario.
Don Carlos
Espinoza Castro elaboraba “cayucos”, que eran embarcaciones a base de un cuero
crudo de res, y en él navegaba un hombre por la bahía de El Rosario cazando
nutrias, como también los hacían los nutrieros que llegaban del Rancho
Rosarito, la misión vieja, y de San Diego, compañero de Crosthwaite.
Las jornadas
de trabajo eran extenuantes, ya fuera para la cacería de las nutrias, cuereo, y
los largos recorridos a los lugares de caza. Regularmente hacían fiestas en las
casas del pueblo, en las que todos cantaban, bailaban, y también peleaban, sobre
todo cuando se comentaba entre los “gringos” de Crosthwaite que la Alta
California le pertenecería algún día a Estados Unidos, por cuya razón los rosareños
se “mal avenían” con ellos. Cada quien bailaba a su modo, los “gringos”, los
rosareños, y el irlandés; siendo este último el que bailaba a brincos.
Crosthwaite,
según me lo narró su tataranieto Rigoberto Martin del Campo Marrón, había
nacido en Athy, Condado de Kildare, Irlanda, el 27 de diciembre de 1825, siendo
hijo de Edward y Rachel Crosthwaite, quienes emigraron a Estados Unidos,
dejando a su hijo en casa de sus abuelos hasta los dieciséis años de edad,
viniendo a visitarlos en América, y regresó a Irlanda a concluir sus estudios,
sin embargo su abuela falleció en 1845, por tal razón volvió a Estados Unidos.
En una
ocasión, en compañía de un joven amigo, pretendieron salir a pescar en las
cercanías de Rhode Island, para lo cual abordaron un barco, que cuando ya
habían navegado por largo tiempo les dijeron que iban para San Francisco, Alta
California, al otro lado del continente, siendo una increíble sorpresa para él
y su amigo, razón por la cual llegó a San Francisco sin siquiera tenerlo en
mente; de ahí donde pasó, en 1845 a San
Diego, Alta California, México; y de ese lugar a la misión vieja y Rosarito,
Baja California
La tradición
oral de la familia hizo llegar estos datos en voz de Rigoberto Martin del Campo
Marrón, quien con mucho orgullo me lo narró cuando lo entrevisté a finales del
año 2010 en Tijuana, Baja California.
Cabe
destacar que también Julián Jesse Wilbur Ames y la rosareña Perfecta
Escolástica Espinoza Castro, fueron tatarabuelos de Rigoberto.
Fue así como
nació en la Baja California la familia Crosthwaite, ya que Phillip, casó en San
Diego con María Josefa López en 1848, cuando recién la Alta California se había
perdido para México, y se la habían apropiado los Estados Unidos de
Norteamérica, de donde pasaron a la Baja California.
La familia
vivió tanto en San Diego, California, como en el rancho Rosarito, y la Misión
de San Miguel Arcángel de la Frontera -Misión Vieja-, Baja California; lugares
en donde actualmente habita un grueso árbol genealógico descendiente de los Crosthwaitte
López, incluida Tijuana; donde desde hace más de ciento setenta años, se han
emparentado con las familias primigenias de Baja California, Marrón, Gilbert,
Machado, Cota, Yorba, Breithnvash, Fernández, entre mucho otras.
La rosareña
Lucía Cota Fernández, fue casada con Alfredo Crosthwaite McAleer, así como
Luciana Crosthwaite Breithnvash, fue casada con el descendiente rosareño
Francisco Rodríguez Duarte; vivieron en La Misión de El Descanso, y Tijuana,
Baja California, respectivamente.
Phillipe
Crosthwaite falleció en San Diego, California, el 19 de febrero de 1903…
¡Qué pequeño
el mundo es!