La isla Natividad, localizada en Baja California Sur, por debajito del paralelo 28 grados, es el asiento de la Cooperativa “Buzos y Pescadores de la Baja California”, S.C.L.; cuenta ésta isla con una superficie de 8.566 kilómetros cuadrados, es decir unas 856 hectáreas; forma parte de la gran reserva de la biosfera de Vizcaíno, siendo de esa comunidad de islas la más cercana a la península, la más próxima a Punta Eugenia. Islas con similitud a las mencionadas son la San Roque, y la Asunción, ambas en Baja California Sur, no muy lejanas geográficamente de la de Cedros. La isla de Cedros, es de origen volcánico, se encuentra a solo veinticuatro kilómetros de la costa de la península de Baja California, cuyo punto más cercano es Punta Eugenia. La isla de Cedros se localiza apenas por encimita de la latitud de 28 grados norte, que es el paralelo que divide a nuestra bella península bajacaliforniana en dos estados, ambos de casi igual tamaño, con origen geológico, e histórico común; y aunque la isla se encuentra más cerca de Baja California Sur, no pertenece a este Estado, sino a Baja California, dentro del municipio de Ensenada, a 425 kilómetros al sur de esa Ciudad, siendo además la isla más grande que México posee en el océano pacifico. La isla de Cedros, fue reconocida por primera vez por el navegante Francisco de Ulloa, quien recorrió el golfo de California, por la costa de Sonora y la península, llegando hasta el “Alto Golfo”, a la desembocadura del rio colorado; en un viaje dobló cabo San Lucas hacia el norte, llegando a la isla de Cedros en 1539, encontrándola habitada por los mal llamados “indígenas”, quienes por cierto fueron todos ellos trasladados por las buenas o por las malas, por los frailes de la orden dominica, dizque para “evangelizarlos”, los que a cambio de ello, fueron peones labriegos y criados del sistema misional. Como España saqueaba los tesoros de las islas Filipinas, en el lejano oriente, debían transportarlos a la Nueva España, hoy México, y de aquí a España, “la madre patria”, utilizaban para ello las embarcaciones llamadas “Galeón de Manila”, “Nao de China”, o “Galeón de Acapulco”. Era la isla de Cedros, paso obligado para los aporreados marinos que después de unos seis meses de zarpar de Manila con rumbo a Acapulco, llegaban a Isla de Cedros, la que se encontraba a su paso, siendo esperados aquellos cargados galeones, por piratas, saqueadores, y malvivientes que robaban todo lo que en la borda de galeones se encontraba; siendo así, que la isla era guarida de aquellos chacales, que robaban, y asaltaban a otros no menos chacales. Hacia fines de 1790 y como hasta 1850, la isla fue ocupada por cazadores de pieles, principalmente de lobo, y nutria marina; a esta ultima la cazaron al extremo de eliminarla de la costa peninsular. Posteriormente, por los tiempos en que México pierde sus territorios del norte, a manos de Estados Unidos de Norteamérica, y por la fiebre de oro en Alta California, llegan a la isla gambusinos en busca de oro; siendo extraído ese precioso metal, y cobre desde aquella época hasta los años de la primera guerra mundial, por lo que se puede deducir que al menos cerca de setenta años se explotó la minería en la punta norte de la isla. Habiendo pasado esta época de minería, hacia 1920 se instaló la “Villa Pesquera”, y la “Enlatadora de Cedros”, siendo los primeros pescadores que abastecían aquella nueva industria entonces: La laboriosa comunidad Japonesa, quienes enseñaron el arte del buceo a los peninsulares; utilizando los pesados y peligrosos trajes “Escafandra”; así que la industria llegó a ese lugar gracias a las políticas del gobierno mexicano, y a la laboriosidad de los buzos y pescadores provenientes de Japón. A mediados de la década de mil novecientos sesenta se construyó en muelle para la descarga, almacenamiento, y carga de sal; de nuevo con capital México-japonés, por cuyo patio han pasado a la fecha millones de toneladas de sal provenientes de las salinas de Guerrero Negro, Baja California Sur, ubicado en la península, justo al sur del paralelo 28 grados de latitud norte. Existen en la isla en la actualidad al inicio de la segunda década del siglo veintiuno, un rompeolas en la parte del “pueblo de Cedros”, con unos pequeños muelles para descarga de productos pesqueros, y otro de madera, que data en algún tramo desde la época de la primera Enlatadora construida aquí hace ya unos noventa años. La Sociedad Cooperativa “Pescadores Nacionales de Abulón”, S.C.L., es la que da junto a los patios salineros, perspectiva y renombre a la isla, la cual cuenta con un aeropuerto acabado en asfalto. Cuenta además la isla con la memorable escuela Técnica Pesquera número 7, cuyo actual Director es Sergio Villavicencio Enríquez; en su origen era internado por el que pasaron muchas generaciones de actuales profesionistas mexicanos, los que se encuentran diseminados por toda la geografía peninsular, y más allá. Existen tres panteones, servicio de telefonía, televisión vía satélite, comercios diversos, restaurantes, hotel, servicio de guardacostas, y comunicación vía barco con Guerrero Negro, y Punta Eugenia, lugares desde donde llegan los suministros vitales para los isleños, quienes viven en dos caseríos: Los trabajadores de la empresa salinera, en uno, y los del pueblo viejo, en otro; con similar distribución en el pueblo de Guerrero Negro. El agua potable es abastecida por acarreos en barcos, y por una línea de conducción que conecta al pueblo con un aguaje en lo alto de la montaña. Según los comentarios que me hizo Héctor Saúl Beltrán Redona, nacido en la isla de Cedros, el 18 de octubre de 1966, existe en la isla una población de perros “salvajes”, al menos así los considera la comunidad, ya que de cuando en cuando algunos pobladores que no quieren algún cachorro lo han “tirado” para los cerros, y éstos animales con el tiempo se vuelven semisalvajes, multiplican su población, al grado de atacar a la fauna silvestre endémica, y a la introducida como son los burros que vagan por las montañas; además las jaurías de “perros salvajes” atacan a los lobos marinos, dada su desesperación ante la hambruna que padecen. AUTOR DEL ARTÍCULO: ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA. SABADO 02 DE ABRIL DEL 2011.
NOTAS. El pasado día 31 de marzo del 2011, viajamos por motivos de trabajo los señores: Arquitectos José Luis León Romero, Cesar Cuevas Ceseña, los ingenieros José Alfredo Salazar Juárez, Tomas Córdova Lira, el licenciado Faustino Silva Galindo, el contador René Villa Martínez, y el autor de este articulo; el tal viaje lo realizamos a bordo de una avioneta a dos motores capitaneada por su propietario, el ensenadense Ernesto Arámbula Brown, quien es además entusiasta corredor de carreras fuera de camino. Cuenta el capitán Arámbula Brown con dos avionetas y un helicóptero dentro de su flotilla de aerotaxis, los que con gran amabilidad atiende, en cuya labor lleva veinte años sirviendo a la comunidad, según sus propias palabras. A Ernesto Arámbula Brown, tengo el gusto de conocerlo desde 1971. Cuanto sobrevolamos de ida y de vuelta por mi pueblo “El Rosario”, el que borrosamente se distinguía a la distancia, sentí algo de tristeza por no poderme quedar allí. Tanto de ida como de vuelta, fui observando la basta geografía costera del pacifico peninsular desde Ensenada hasta la isla de Cedros; claramente distinguí, los cerros “Bola” de Tecate, “Colorado” de Tijuana, la mesa Redonda, el “Cerro de los indios” en Playas de Rosarito; el “Punta Banda” de Ensenada, “El Cantú”, de Ensenada; el “Botella Azul” de la sierra de San Pedro Mártir; “Cerro Kenton”, y Monte “Ceniza”, en San Quintín; el “Matomi”, en dirección de El Rosario, “El Cantil” en El Rosario; las mesas de “San Carlos”, del “Canasto”; “El Guatamote”, los arroyos de “Maneadero”, “Santo Tomas”, “Eréndira”, “San Vicente Ferrer”, “Colonet”, “Santo Domingo”, San Simón, “El Rosario”, “El Venado”, el “Ancho”, “El Venado”, “Cajiloa”, y las Puntas de: “Punta Banda”, “Santo Tomas”, “Punta China”, “Punta Cabras”, “Punta Colonet”, “Punta Baja”, “Punta San Antonio”, Punta “San Carlos”, Punta “Canoas”, Punta “Blanca”, Punta “Cono”, Punta “Rocosa”, “Santa Rosaliita”, Bahía “Mal arrimo”, Punta “Eugenia”; y las islas de Natividad, y las Benito; las de Todos Santos, San Martin, y la isla de “San Gerónimo”, no se podían ver debido a lo denso de la neblina; observé tantos otros distintivos puntos de nuestra geografía, y claramente aprecié el valle de San Vicentito, en lo más crudo del desierto de El Rosario. Al momento de terminar de escribir este relato, y al verme hacerlo, comenta mi amigo el veracruzano José Luis Celestino Gutiérrez, que espera que lo publique para poder transportarse a la isla, mediante la lectura de estos renglones, ya que no tiene el gusto de conocerla. Coordenadas geográficas de algún punto del pueblo de la Isla de Cedros: 28 grados 05’ 41.82” de Latitud Norte; y 115 grados 11’ 30.42” de Longitud Oeste.
Me ha gustado su reseña sobre "El Piedrón", estuve ahí en 2009 con motivos de investigación para una tesis profesional de la Licenciatura en Geografía, UNAM, que ha llegado a buen puerto. Somos afortunados los que hemos pisado aquel pedazo de tierra que también es México. Saludos!!!
ResponderBorrarHOLA
ResponderBorrarQUE TAN ACCESIBLE ES COMPRAR UN TERRENO PARA USO HABITACIONAL Y COMO LE HACEN LOS HABITANTES PARA CONSTRUIR SUS CASAS POR LO DE LOS MATERIALES DE CONSTRUCCION.
ME LLAMO LA ATENCION LOS PERROS SALVAJES PENSE QUE ESO SE DA EN LAS GRANDES CIUDADES.
PERO HAY UN PROGRAMA DE MANEJO GENERAL DE LAS ISLAS EN MEXICO QUE SE ENCARGAN DE CUIDAR FAUNA Y FLORA LO COMENTO POR QUE DICES QUE LOS PERROS ALVAJES MATAN ALGUNAS ESPECCIES DE LA ISLA GRACIAS