miércoles, 2 de octubre de 2019

EL IRLANDES PHILLIP CROSTHWAITE, TATARABUELO DE RIGOBERTO MARTIN DEL CAMPO MARRON.


EL IRLANDES PHILLIP CROSTHWAITE, TATARABUELO DE RIGOBERTO MARTIN DEL CAMPO MARRON.
Autor: Ing. Alejandro Espinoza Arroyo
Articulo  133.
El Rosario, Baja California, a 15 de septiembre de 2019.
Protegido bajo patente número 1660383.
Nuestras tradiciones son cultura y conocimiento.

            La Baja California, ha sido un espacio geográfico al cual han llegado infinidad de familias y hombres solos para poblarla; mucho es busca de aventuras, trabajo, o por placer, que durante los trescientos años en que existió la Nueva España, eran casi exclusivamente de la península ibérica los que arribaron a nuestra península.
Desde que México se independizó de España, se dieron cita en este suelo personas de los más recónditos y lejanos lugares, tales como de la China, Alemania, Chile, Líbano, Francia, Inglaterra, Japón, Rusia, e Irlanda entre muchos otros.
En el pueblo de El Rosario, Baja California, hacia mediados los de la década de 1840´s, con toda regularidad se encontraba cazando nutrias el entonces joven de veinte años, el Irlandés Phillip Crosthwaite, ya que ahí vivía Perfecta Escolástica Espinoza Castro, novia del norteamericano Julián Jesse Wilbur Ames, compañero en la cacería de nutrias de Crosthwaite, y también de William Curley, John Post,  John Stewart,  Joaquín Machado, Manuel Machado, Manuel Serrano, quienes eran recibidos en el pueblo por el también nutriero y antiguo soldado misional Don Carlos Espinoza Castro, ya que todos ellos viajaban por toda la costa pacífica de Baja California en la cacería, cuyo asiento regular era en el pueblo de El Rosario.
Don Carlos Espinoza Castro elaboraba “cayucos”, que eran embarcaciones a base de un cuero crudo de res, y en él navegaba un hombre por la bahía de El Rosario cazando nutrias, como también los hacían los nutrieros que llegaban del Rancho Rosarito, la misión vieja, y de San Diego, compañero de Crosthwaite.
Las jornadas de trabajo eran extenuantes, ya fuera para la cacería de las nutrias, cuereo, y los largos recorridos a los lugares de caza. Regularmente hacían fiestas en las casas del pueblo, en las que todos cantaban, bailaban, y también peleaban, sobre todo cuando se comentaba entre los “gringos” de Crosthwaite que la Alta California le pertenecería algún día a Estados Unidos, por cuya razón los rosareños se “mal avenían” con ellos. Cada quien bailaba a su modo, los “gringos”, los rosareños, y el irlandés; siendo este último el que bailaba a brincos.
Crosthwaite, según me lo narró su tataranieto Rigoberto Martin del Campo Marrón, había nacido en Athy, Condado de Kildare, Irlanda, el 27 de diciembre de 1825, siendo hijo de Edward y Rachel Crosthwaite, quienes emigraron a Estados Unidos, dejando a su hijo en casa de sus abuelos hasta los dieciséis años de edad, viniendo a visitarlos en América, y regresó a Irlanda a concluir sus estudios, sin embargo su abuela falleció en 1845, por tal razón volvió a Estados Unidos.

En una ocasión, en compañía de un joven amigo, pretendieron salir a pescar en las cercanías de Rhode Island, para lo cual abordaron un barco, que cuando ya habían navegado por largo tiempo les dijeron que iban para San Francisco, Alta California, al otro lado del continente, siendo una increíble sorpresa para él y su amigo, razón por la cual llegó a San Francisco sin siquiera tenerlo en mente; de ahí  donde pasó, en 1845 a San Diego, Alta California, México; y de ese lugar a la misión vieja y Rosarito, Baja California
La tradición oral de la familia hizo llegar estos datos en voz de Rigoberto Martin del Campo Marrón, quien con mucho orgullo me lo narró cuando lo entrevisté a finales del año 2010 en Tijuana, Baja California.
Cabe destacar que también Julián Jesse Wilbur Ames y la rosareña Perfecta Escolástica Espinoza Castro, fueron tatarabuelos de Rigoberto.
Fue así como nació en la Baja California la familia Crosthwaite, ya que Phillip, casó en San Diego con María Josefa López en 1848, cuando recién la Alta California se había perdido para México, y se la habían apropiado los Estados Unidos de Norteamérica, de donde pasaron a la Baja California.
La familia vivió tanto en San Diego, California, como en el rancho Rosarito, y la Misión de San Miguel Arcángel de la Frontera -Misión Vieja-, Baja California; lugares en donde actualmente habita un grueso árbol genealógico descendiente de los Crosthwaitte López, incluida Tijuana; donde desde hace más de ciento setenta años, se han emparentado con las familias primigenias de Baja California, Marrón, Gilbert, Machado, Cota, Yorba, Breithnvash, Fernández, entre mucho otras.
La rosareña Lucía Cota Fernández, fue casada con Alfredo Crosthwaite McAleer, así como Luciana Crosthwaite Breithnvash, fue casada con el descendiente rosareño Francisco Rodríguez Duarte; vivieron en La Misión de El Descanso, y Tijuana, Baja California, respectivamente.
Phillipe Crosthwaite falleció en San Diego, California, el 19 de febrero de 1903…
¡Qué pequeño el mundo es!



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