viernes, 30 de marzo de 2012

ORIGEN DE LA FAMILIA “MELING” EN EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA.

Dos noruegos que procrearon familia y descansan para siempre en Baja California.

“Nuestras tradiciones son cultura, y conocimiento; protejamos nuestros tesoros”

La presente investigación no obedece líneas gubernamentales, ni políticas de ninguna índole.

Por Ing. Alejandro Espinoza Arroyo

25 de Enero de 2012.

La distancia entre Baja California, México, y Noruega, es bastante grande, aun en la actualidad, que se cuenta con rápidos medios de transporte; qué se podrá pensar si hablamos de los medios utilizados a principios de los años de 1900.

Descendientes de las muy antiguos usos y costumbres de los escandinavos, sin hablar ni pizca de español, y mucho menos, sin conocer la cultura de una sociedad tan distinta a la noruega, la bajacaliforniana.

Un día de principios del año de 1900, desembarcaron en Punta Baja, extremo noroeste de la bahía de El Rosario, los hermanos Salvador y Soren Meling Olsen, siendo originarios de la región del atlántico norte de Noruega, llamada: Fylke de Troms, (Provincia de Troms), de la región Nord Norge, de la parte continental; eran de allá, donde el sol no se oculta desde mayo hasta julio, y por eso decían, que deseaban ver el sol de medianoche, que nunca se les concedió en El Rosario, al igual que no pudieron ver que no amaneciera nunca, entre los meses de noviembre y enero, como sucede en Troms, durante las noches polares. Los dos hermanos Meling, decían ser: “Tromsovaering; igual como nosotros decimos ser: Bajacalifornianos. En algunas ocasiones erróneamente se ha dicho que los Meling, habían llegado de la región de “Meling, Noruega”, sin embargo eran originarios de la región de Troms, bastante alejada de la de “Meling”.

LA HISTORIA:

Los noruegos de legítima sangre, Salvador y Soren George Meling Olsen, eran carpinteros a bordo de una embarcación ballenera de aquél país, navegaban por toda la costa pacifica del continente americano, desde el golfo de Alaska, hasta las confluencias de la Patagonia, siendo su caza de ballenas, principalmente en las confluencias de bahía Mal arrimo, Baja California, a donde por miles o millones de años, esos cetáceos de la especie “Ballena Gris” vienen a nacer, lo que las hace mexicanas por nacimiento.

Un soleado día de principios del año de 1900, Salvador, quien era mejor conocido como “Chip Meling”, se quedó dormido en cubierta, y como tenía una pequeña herida en una mejilla, una mosca lo contaminó, siendo tan grave la infección, que su capitán lo abandonó en Punta Baja, que fue el primer sitio donde pudieron desembarcar después del incidente.

Al ser “Chip” obligado a desembarcar, su hermano Soren, no quiso abandonarlo a su suerte, así que los dos llegaron a tierra, nadando desde el sitio donde se lanzaron al agua, que fue hasta donde más el barco se pudo acercar a la orilla, en Punta Baja, campo pesquero donde se encontraban Anselmo Ortiz Aguilar, Epigmenio Peralta Véliz, Manuel Valladolid Apodaca, Zenón Acevedo Espinoza, su joven hijo Salomé Acevedo Marrón, y los jóvenes hermanos Policarpo, y Cecilio Espinoza Peralta, todos ellos pescadores rosareños, que recibieron en sus campos pesqueros a los dos fuereños, que en nada se entendían al hablar, ni en las señas.

Anselmo Ortiz Aguilar, fue quien llevó a pie, a los noruegos de Punta Baja a El Rosario, distante unos doce kilómetros entre sí, los hospedó en su casa, siendo Salvador “Chip” atendido por las entonces jóvenes hermanas Ortiz Aguilar; por cuya razón los rosareños llamaban a los nórdicos, como: “Los gringos de Anselmo Ortiz”; y es que en mi tierra, cualquier persona que fuera de piel blanca, o que no hablara español, o si usaba lentes, era gringo; al igual que en la actualidad, cualquier oriental, es chino.

Salvador “Chip” Meling Olsen, convaleció durante unos meses, hasta que recuperó cabalmente su salud, ya para entonces se había entendido con Catalina, hermana de su benefactor Anselmo Ortiz Aguilar. Fue con la rosareña Catalina, con quien “Chip Meling” se casó, procreando familia en El Rosario, que fueron Anne Tonetta, “Cotín”, y Salvador “Mogui”, todos nacidos en mi tierra.

Los Noruegos, antes de casarse Salvador con Catalina Ortiz Aguilar, como carpinteros que eran, construyeron una casa de madera de dos pisos, la primera, por cierto, que se construyó en El Rosario, mas allá de un nivel, y en madera en su totalidad; originalmente se ubicaba en las cercanías de la propiedad de Don Salomé Acevedo Marrón, de donde la desmontaron y movieron los Ortiz, y la ensamblaron de nuevo, frente a la misión de El Rosario de Abajo, muy cerca del segundo panteón misionero.

Salvador y Catalina con sus pequeños hijos vivieron en la casa de madera de dos pisos, pero se fueron para el entonces pueblo de Tijuana, y les vendieron la casa a los Ortiz Aguilar, quienes la desmontaron y re ensamblaron en el sitio antes descrito, donde permaneció por varias décadas, siendo destruida por el intemperie, y al desaparecer la familia Ortiz, o emigrar del pueblo hacia otras latitudes.

Mientras tanto Soren Meling Olsen, se fue a radicar a Arroyo Seco, en la jurisdicción de Punta Colonet, unos ciento treinta kilómetros al norte de El Rosario; donde procreó familia, y que hasta nuestros días sus descendientes habitan en esa región, habiendo fundado entre otros los famosos ranchos: San José de los Meling”, y “El Coyote”, que trabajaron por muchos años Aida, y su hermano Felipe Meling Johnson; descendientes de Soren George.

Salvador y su familia no permanecieron mucho tiempo en Tijuana, de donde se fueron a seguir a Soren George, en Arroyo Seco, instalando un restaurante a la orilla del arroyo, y del camino real bajacaliforniano, en cuyo recinto merendaban los muy escasos viajeros que se atrevían a surcar los bonitos, aunque polvorientos, y lodosos caminos peninsulares.

No hace mucho, aun existía el piso de lo que fue el restaurante del “Chip Meling”, a la orilla de la actual carretera transpeninsular.

Cuando “Chip Meling” falleció, fue sepultado en una colina que se encuentra al otro lado del arroyo, enfrente de lo que fue su casa restaurante, al lado de dos cardones que se pueden claramente distinguir desde la carretera.

¿Cuándo se iba a imaginar aquél hombre que una tierra muy lejana de la propia, lo recibiría para siempre?,

Ni siquiera debe haber sabido en alguna ocasión de su vida, que Baja California existía, y mucho menos que le daría una familia, y en la que dejaría su prole; así de caprichosa puede ser la vida, tan caprichosa, que ni él, ni Soren George, su hermano, regresaron jamás a Noruega, ni de los suyos de allá, volvieron a saber nada más.

Salvador “Mogui” Meling Ortiz, fue quien me narró ampliamente sobre su padre y su tío Soren George, fue él quien me mostró una fotografía de su padre en edad adulta, y que su nieto Antonio Paz Ola Meling Espinoza, conserva entre sus tesoros. En la foto se aprecia al “Chip Meling” con larga y blanca barba, fumando con su pipa, de mirada ausente, piel blanca, y según el decir de su único hijo varón, “Mogui Meling”, su padre era de mediana estatura, ojos grises, cabello blanco, parco al hablar, con acento nórdico, muy asiduo a la comida elaborada a base de mariscos, al vino, y al bacalao, y a las tortillas de harina y quesos de Baja California.

-Mi padre, Julio Espinoza García, recuerda a los Meling originales, ya entrados en años, y trabados para hablar el español-

Por otra parte, recordaba “Mogui Meling”, que su padre le hablaba de “Harald El Terrible” guía de los antiquísimos Vikingos, de que fueron ellos los que realmente descubrieron América, y de las andanzas de sus muy lejanos ancestros por altamar, por el mar del norte, ríos, y el océano atlántico.

Las pláticas preferidas y repetidas en infinidad de ocasiones, por “Chip Meling”, eran, sobre Noruega, y los fiordos, valles de origen glaciar del Atlántico Norte, donde vivió su niñez y primera juventud, que había sido su abuelo “Meling” de oficio carpintero de barcos, quien le había heredado la actividad, y que por parte de su abuelo “Olsen” de oficio ballenero, se había iniciado en esa actividad, aunque la labor del “Chip” a bordo, no fue la de cazador, sino de carpintero.

De los tres hijos que procreó, “Chip Meling” a ninguno le enseñó su idioma materno, pero sí la actividad de mecánico, a sus hijas e hijo, todos por igual conocían esa actividad, hasta con los ojos cerrados; y aunque aparte de carpintero naval, también fue mecánico de máquinas de vapor, y como aquí en Baja california no se usaban, o se usaban muy poco, fue suficiente razón para que no la enseñara a sus vástagos.

En la actualidad es amplia la familia Meling que habita la región de El Rosario, Punta Colonet, Ensenada, y Tijuana, Baja California, descendientes de Salvador “Chip” Meling Olsen; mientras que los descendientes de Soren George viven en Punta Colonet, San Telmo, y Ensenada principalmente.

Ha sido el viejo rancho “San José de los Meling”, ubicado en la sierra camino al observatorio Astronómico Nacional de San Pedro Mártir, el que ha dado renombre a los Meling de Baja California, y que yo sepa, ningún descendiente de aquellos dos pioneros ha viajado a Noruega, para conocer la tierra de sus raíces, y de la que ni siquiera se despidieron Salvador y Soren George.

En artículo aparte hablaré sobre los descendientes de Soren George Meling Olsen; por lo pronto diré que uno de sus hijos fue llamado Thor Meling Moss, al parecer nacido en Noruega, y que se vino a seguir a su padre a la Baja California, donde junto con Maria Luisa Verdugo Moreno, originaria del rancho “La Calentura”, de San Vicente Ferrer, Baja California, procreó a la familia “Meling Verdugo”, siendo los vástagos de ésta familia, nietos del pionero Soren George.

AUTOR DEL ARTÍCULO:

ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO

EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA, MEXICO

15 DE MARZO DE 2012

El presente trabajo es propiedad intelectual de su autor, quien lo tiene protegido bajo patente numero 1660383; se permite su uso, siempre y cuando se otorguen los créditos correspondientes, y no sea utilizado para fines comerciales, políticos, ni de lucro.

NOTAS RELEVANTES:

Los pueblos nórdicos antiguos fueron los daneses, noruegos, y suecos. Fueron pueblos que se les ha llamado: “Nómadas del mar”; los vikingos recorrían ríos, el mar del norte, el océano atlántico; colonizaron en américa, Islandia, Groenlandia, y Vinlandia, actual región de Canadá, habiendo llegado a este continente, unos 500 años antes que Cristóbal Colón; Groenlandia, fue colonizada por Erik El Rojo.

El periodo vikingo se considera aterrador, ya que se desplazaban rápidamente, causando pillaje, y apoderándose de los bienes que se encontraban en sus correrías, principalmente en Europa, aunque fueron vencidos por los descendientes de los vikingos que se encontraban poblando la región de Normandía, en Francia. Los vikingos, aterraron a todos los pueblos del mar del norte, Europa, partes de Rusia, y el mar mediterráneo.

El final del periodo vikingo se ha considerado con la muerte de “Harald El Despiadado”, cuando pretendía apoderarse de Inglaterra, falleciendo en la batalla del “Puente de Stanford”, el año de 1066.

El lenguaje que se hablaba, y escribía en la antigua Noruega, era el nórdico antiguo, de ahí se desprende “Noruego antiguo” utilizado en la edad media.

Noruega y Suecia, en la actualidad son los dos países que ocupan la península Escandinava, y estos dos países, Noruega, y Suecia, junto con Dinamarca, y Finlandia, conforman: Escandinavia.

Y quien lo hubiera pensado en el periodo vikingo, que cientos de años mas tarde, “El Reino de Noruega”, sería uno de los países más prósperos, y pacíficos a nivel mundial, como lo es en la actualidad; ya que es gran exportador de petróleo, de productos pesqueros, químicos; cuenta con grandes recursos de minerales, metalurgia, gas, y construcción naval; es además el país que mas alto nivel de bienestar humano posee, y de los más ricos del mundo.

Su idioma oficial es el noruego, quienes lo hablan se entienden muy bien con los de habla danesa, y sueco, ya que tienen raíces en común, en la lengua nor-germánica.

Los hijos de Salvador “Chip” Meling Olsen y de Catalina Ortiz Aguilar fueron: Anne Tonetta, “Cotin”, y Salvador Mogui.

Anne Tonetta, nunca fue casada, ni tuvo hijos; Cotin, tuvo a dos hijos: Eugenio, y Rosita; mientras que Salvador “Mogui” casado con Josefina Espinoza García; procrearon a: Antonio Paz Ola, Francisca Catalina, Salvador Eugenio, Adolfo Daniel, Alf Fernando, y Maria del Carmen. Todos ellos casados, tienen hijos y nietos en la actualidad.

Salvador “Mogui” Meling Ortiz, falleció el 25 de Diciembre de 1988, en casa de su hijo Antonio Paz Ola, y había nacido en El Rosario, el 16 de Diciembre de 1918, siendo el menor de los hermanos Meling Ortiz.

Salvador “Mogui” Meling Ortiz, procreó a dos bellas hijas en Tijuana, siendo ellas mayores que los hijos Meling Espinoza, de El Rosario.

Catalina Ortiz Aguilar, antes que con Salvador “Chip” Meling Olsen, había procreado con Santiago Bareño Lariñaga a su hija Adela Bareño Ortiz, quien fuera madre de Christian Meling Bareño, siendo éste último fundador de otra rama de los Meling, aunque también es descendiente de uno de los pioneros Meling Olsen.

Mis compañeros en la escuela secundaria a principios de los 1970, en Ensenada, lo fueron: Sandra Luz y David Meling Pompa; a los muchos años tuve el gusto de conocer a dos de sus hermanos: Julia, y Juan Carlos “Cato” Meling Zaragoza; hijos ellos cuatro, de Felipe Meling Johnson; descendientes todos ellos, de Soren George Meling Olsen, y criados con profundas raíces bajacalifornianas, y noruegas hasta cierto punto, en los ranchos de San José de los Meling, y “El Coyote”, de la sierra de San Pedro Mártir, Baja California.

“Nuestras tradiciones son cultura, y conocimiento; protejamos nuestros tesoros”

La presente investigación no obedece líneas gubernamentales, ni políticas de ninguna índole.

CHINOS EN EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA, MEXICO.

Personas muy calladas, y laboriosas…

¡Nuestras tradiciones son cultura y conocimiento, cuidemos y valoremos nuestro legado!

Somos Bajacalifornianos, no ‘BAJEÑOS’

La presente investigación no obedece lineamientos gubernamentales, ni políticos de ninguna índole.

Por Ing. Alejandro Espinoza Arroyo

01 de Marzo de 2012.

Llegaron los primeros chinos a El Rosario, Baja California, a fines del siglo diecinueve y a principios del veinte, provenían desde Alta California, San Francisco, principalmente; a donde habían llegado desde la lejana China Imperial, y cuando no lograron encontrar acomodo en aquellos bulliciosos suburbios Californianos, decidieron viajar con rumbo a San Diego, ubicado en la frontera de Estados Unidos de Norteamérica con México, de donde algunos pasaron a vivir definitivamente a El Rosario, Baja California.

Luis Hy Kock, fue de todos, el primero en arribar a El Rosario, se instaló en casa de mis tatarabuelos Policarpo Espinoza Marrón y Balbina Peralta Véliz, con la familia Espinoza, Hy Kock trabajó de cocinero, y atendía los trabajos generales de la casa, en particular lo concerniente a lavandería y cocina; él llegó para quedarse; muy pronto con sus ahorros, y el apoyo de José Luciano Espinoza Salgado, padre de mi tatarabuelo Policarpo, logró instalar una tienda de abarrotes en general, por lo que dejó su trabajo anterior y pasó a ser comerciante en el pueblo.

El Chino Luis Hy Kock, que era originario de Cantón, Imperio de China; ya con oficio de comerciante, se casó en El Rosario, Baja California a los 27 años de edad con Margarita Peralta Ramírez, de 17 años de edad, la hermana mayor de mi bisabuela Josefa Peralta Ramírez, madre de mi abuelo Alejandro “Negro” Espinoza Peralta. Cuando Margarita se estaba casando en 1889, su hermana, mi bisabuela Josefa, contaba apenas con dos años de edad.

Luis Hy Kock, y Margarita Peralta Ramírez registraron a su hijo Rosario Hy Peralta, quien nació en El Rosario, el día 05 de octubre de 1890, registrado el 25 del mismo mes y año, habiendo nacido 22 años antes que su primo, mi abuelo Alejandro, quien nació en El Rosario, el primero de octubre de 1912.

Los abuelos paternos de Rosario Hy Peralta fueron: Kurumé Hy, y A. Kock, quienes para el año de 1890, ambos eran finados en el imperio de China.

Mientras que los abuelos maternos del niño chino mexicano, fueron mis tatarabuelos, José Peralta originario de San José del Cabo, Baja California, Sur, quien en 1890 contaba con cincuenta años de edad, y su esposa Teodosa Ramírez, con treinta, y era originaria de Playas Coloradas, Sinaloa.

Muy a principios del siglo veinte, arribaron los paisanos de Luis Hy Kock, llamados “José Sink”, quien usaba trenza larga, de oficio albañil, Alfonso Cho de oficio comerciante, Chinchan con la misma actividad que el anterior, y Liumindó de oficio cocinero; y varios otros chinitos que sólo eran conocidos como: “Los Chinos”, quienes fueron los ayudantes de los anteriores, y no hablaban español, por lo que su relación con los rosareños fue escasa, principalmente debido a las barreras culturales.

Todos los chinos, que serían unos veinte a lo más, formaban una pequeña comunidad, reuniéndose en ciertas ocasiones para celebrar sus días importantes, y sus tradiciones, principalmente para las fiestas tradicionales de su país de origen. Eran todos ellos sumamente callados, laboriosos, tenaces, pero perseguidos por políticas que se dieron en otras partes del país, donde la comunidad china había obtenido grandes influencias, sobretodo en el campo económico, principalmente en Sonora, y Sinaloa, donde fueron perseguidos, empujándolos fuera de aquella región de México, y por políticas erráticas de algunos gobernantes mexicanos, de hace mas de ciento veinte años, hostigados hasta morir.

Los chinos de Mexicali, que formaron “La chinesca”, y los de Ensenada, donde se rumoraba que tenían unos túneles bajo ciertas calles, siendo aquéllos túneles donde vivían, y aprendían los chinos recién llegados las costumbres de México, y el idioma español. Algunos de los nuevos chinos que no se quedaron en Mexicali, o Ensenada, fueron a parar de sirvientes bajo las ordenes de sus compatriotas en El Rosario, y son los recordados como: “Los Chinos”.

Desde Ensenada el Chino Rafael Chan, surtía de provisiones de todo tipo, principalmente alimentos a la tienda de Don Reyes Quiñonez Castellanos, ubicada en su rancho “El Águila”, cerca del casi ahora extinto pueblo de Guayaquil, aquellos víveres, Quiñonez a su vez los expendía a los trabajadores de la mina de El Mármol, siendo enviados desde Ensenada por barco, que atracaba en la bahía de El Rosario, en un sitio que desde entonces se llama: “Puerto de los Chinos”, a través del cual desembarcaban las mercancías, y las varaban en una barcaza hasta la orilla, y de allí a El Rosario, y El Mármol; primero en carros de mulas, y después en los primeros troques a gasolina; siendo los primeros “Choferes” de carros de mulas, los hermanos Lázaro e Inocencio “Chencho” Peralta Acevedo, y del primer troque a gasolina, mi abuelo Alejandro “Negro” Espinoza Peralta.

Chan, surtía además las tiendas de los chinos Alfonso Cho, y Chinchan, en El Rosario, no así a mi pariente político Luis Hy Kock, ya que él se surtía mayormente de San Diego, antes de que Chan despachara.

De todos los chinos el mas próspero fue Alfonso Cho, cuya laboriosidad atrajo al malviviente indeseable alemán Santiago Bawser, quien en asalto, mató a Cho, y lo escondió debajo de su propia cama, donde lo encontró el entonces Juez, Santiago Espinoza Peralta, mi bisabuelo, persiguiendo al indeseable, dándole alcance en la ruta hacia la frontera norte de México con Estados Unidos, cerca de Tijuana.

En el entonces pueblo de Tijuana, mi bisabuelo entregó a Bawser, donde fue encarcelado, muriendo en esas condiciones años después.

Un chinito ahijado de Alfonso Cho, en El Rosario, llorando con gran tristeza exclamaba:

¡Matalon Palino, Matalon Palino!.

Cho fue sepultado en El Rosario, en el segundo panteón misionero, en el pueblo de abajo.

La casa de Alfonso Cho, se encontraba entre las casas de mi tatarabuelo Policarpo Espinoza Marrón, y la de su padre José del Carmen Espinoza Salgado, es decir, entre las actuales propiedades de la familia Delgadillo Espinoza, y la de los Ceseña Amador; se encontraba en el mismo sitio donde se instaló la primera herrería en El Rosario, en 1850, y que fue propiedad de Carlos Espinoza Castro, y posteriormente de su sobrino Federico Tomas Ortiz Espinoza.

La herrería “Espinoza” de 1850, fue instalada con aperos que Carlos Espinoza Castro recibió de la Colonia Militar, y que al hacer entrega a los militares, de aquellos aperos continúo trabajando con los recursos materiales que él mismo contaba, y con otros que le facilitó su hermano José Luciano Espinoza Castro, que le trajo de la ex misión de Santo Domingo de la Frontera, cuyo sitio era propiedad de José Luciano; y El Rosario, propiedad de Carlos.

La tienda de Chinchan, se localizaba en el mismo sitio donde se encuentra actualmente la iglesia católica en El Rosario de Abajo.

Actualmente no se encuentra ningún descendiente de aquella laboriosa comunidad china en El Rosario, ni tampoco he logrado ubicar descendientes de Luis Hy Kock quien casado con una de las nuestras dejó sangre mestiza en la península; y que en algunos documentos históricos, cuando se refieren a él, solo lo enuncian: El Chino Luis Hy, Casado con mexicana.

Valgan estas pocas letras en recuerdo a aquellos chinos que en mucho apoyaron a mi tierra, y a nuestras familias; letras que escribo con la intención de que no sean olvidados para siempre, y que los actuales y futuros rosareños, se enteren que entre los nuestros descansan algunos laboriosos chinos.

AUTOR DEL ARTÍCULO

ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO

EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA, MEXICO

12 DE MARZO DE 2012.

El presente trabajo es propiedad intelectual de su autor, quien lo tiene protegido bajo patente número 1660383, se permite su uso, siempre y cuando se otorguen los créditos correspondientes, y no sea con fines comerciales, ni de lucro.

NOTAS RELEVANTES:

En mi primer libro “Los Rosareños”; Memorias del nacimiento y vida de un pueblo Bajacaliforniano, 1774-1992”: 1992, publiqué algunas referencias a la comunidad china en El Rosario, Baja California.

En la actualidad no queda ningún vestigio material de la presencia china en El Rosario, ni descendiente alguno, ya que todos, salvo Luis Hy Kock, fueron solteros, y jamás en El Rosario de aquellos ayeres, ni actualmente, que yo sepa, ha vivido ninguna mujer de esa nacionalidad.

Tal vez lo único que nos queda de los chinos en nuestra cocina, es el uso de arroz blanco, cocido a vapor, sin sal; al que llamamos “morisqueta”, aunque no por herencia china, sino que ese nombre nos llega por el fundador de nuestro linaje: Juan Nepomuceno Espinoza, de origen español, y que llamaba a ese platillo en alusión a los moros, como ellos nombraban a los árabes. Es así que el arroz morisqueta, en primer lugar nos llegó por nuestro pionero “Espinoza”, y lo afianzamos en nuestra dieta por los chinos, y que actualmente conservamos.

¡Nuestras tradiciones son cultura y conocimiento, cuidemos y valoremos nuestro legado!

Somos Bajacalifornianos, no ‘BAJEÑOS’

La presente investigación no obedece lineamientos gubernamentales, ni políticos de ninguna índole.


Este es el inventario firmado por Carlos Espinoza, que la colonia Militar enviada desde La Paz, Baja California, Sur, y que se instaló en El Rosario, en 1850, y a su cambio a Santo Tomas, se le dejó a Don Carlos Espinoza Castro, de cuyos aperos se tomaron piezas para la primera herrería en El Rosario, que después Espinoza devolvió a su dueño, el entonces ejército mexicano, que se había enviado para proteger al zona oeste de México ante la posible nueva invasión gringa al país. Otra de aquellas colonias militares, fue la de Tucson, Sonora, y que en 1853 con el tratado de “La Mesilla”, quedó del lado de Estados Unidos, como Tucson, Arizona.

El documento original se encuentra en la biblioteca Bancroft de San Francisco, California; copia de este me lo facilitó en 1992 la Sra. Ana Grosso Peña, y que publiqué en mi primer libro “LOS ROSAREÑOS”: 1992.


Aparece en 1990 Don Lázaro Peralta Acevedo, en edad adulta,

Quien junto con su hermano Inocencio, fueron “Choferes” de los

Carros de mulas desde El Puerto de los Chinos, hasta la mina de

El Mármol, Baja California.

Foto Colección: Ing. Alejandro Espinoza Arroyo.

martes, 6 de marzo de 2012

YAQUIS POR TODAS PARTES, Y SU MENTE EN “EL BACATETE”, SONORA, MEXICO.

Seguimiento al artículo: “COMUNIDAD DE LOS CAITIOBOS YAQUIS, EN EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA, MEXICO”.

Nuestra tierra se llama BAJA CALIFORNIA, no se llama “BAJA”, somos Bajacalifornianos, no “BAJEÑOS”.

“Nuestras tradiciones son cultura y conocimiento, cuidemos nuestros tesoros”.

La presente investigación no obedece lineamientos gubernamentales, ni políticos de ninguna índole.

Por Ing. Alejandro Espinoza Arroyo

24 de Febrero de 2012.

Gerardo René Romo Quintero, es un sonorense que vive en las cercanías del Valle del Yaqui, muy cerca del corazón de las ancestrales tierras de la milenaria nación YAQUI, aquella nación que por poco exterminan las erráticas, ambiciosas, y crueles decisiones de Porfirio Diaz Mori, el “Dueño” de México, de los mexicanos y de sus almas, que por fortuna fue expulsado de la nación en los postreros años de la primer década del siglo veinte, de no haber sido así, es casi seguro sin exagerar que ni Yaquis, Pápagos, y Opatas existieran en la actualidad; baste decir que entre 1900 y 1908 las tropelías de Porfirio Diaz, sus espías, su ejercito, sus rurales, la acordada, y otros chacales políticos sonorenses y nacionales bajo sus ordenes, casi exterminan a los Yaquis, primero asesinándolos, y después vendiéndolos como esclavos para las haciendas henequeneras de Yucatán, Quinta Roo, y para las cafetaleras del Valle Nacional, Oaxaca.

Viene a la narrativa Gerardo René, ya que es un apasionado de la cultura Yaqui, es tan grande su interés por la comunidad, que al leer un artículo que en 2010 escribí sobre aquella nación, me envió por correo hace días unas muy sentidas palabras que considero deben formar parte de mis investigaciones, lo creo por varias razones, siendo la principal, que no son muchas las personas que se toman parte de su ajetreada vida moderna para dilucidar acerca de nuestra cultura, de nuestras raíces, y tradiciones; máxime si de rescatar valiosos elementos de una sociedad milenaria se trata.

La riqueza histórica, arraigo, tradiciones, y costumbres de la nación Yaqui, para ellos son tan sagradas, como lo es “El Bacatete”, que en su lengua significa “Carrizo Alto”, y es su montaña sagrada, la cual para ellos es un todo, en el más amplio sentido del concepto; su cultura es observada y malentendida desde fuera por la comunidad en general, aunque muchos sabemos de las tradicionales sonorenses tortillas de harina “Sobaqueras”, y la “Danza del Venado”, pero pocos saben que provienen de la cultura de Yaquis y “Mayos”, quienes compartieron territorio desde tiempos inmemorables.

Tan importante para Sonora es la danza del venado, que es parte de su escudo oficial.

Muy generosamente Gerardo René, me envió fotos de la región Yaqui, que se convierten en fieles documentos actuales de los descendientes Yaquis con costumbres intactas en su mayor parte, salvo las impuestas por los españoles, de las cuales el festejo de Semana Santa es la principal; además como Gerardo René comenta, la fiesta del día dos de julio, es de especial culto a la “Virgen del Camino”; la misma fecha, por cierto, en que fue fundado El Rosario, Baja California, pero en 1774.

HISTORIA DE LOS YAQUIS CAITIOBOS EN EL ROSARIO.

Cuando en 1907 los Yaquis Caitiobos llegaron a El Rosario, Baja California en calidad de protegidos por Concepción “Chinito” Duarte Espinoza, era porque huían de la feroz persecución del chacal Porfirio Díaz, quien junto con los políticos sonorenses de la época pretendían adueñarse de las ricas tierras y aguas del Valle y río Yaqui; al arribar a El Rosario, según las apreciaciones que hace Gerardo René, debió ser porque estaba escrito en el cielo, ya que si El Rosario se fundó el dos de julio, día de especial interés para la nación Yaqui, no fue por casualidad, sino porque en mi tierra encontrarían la paz, el consuelo, y el aliento que tanto necesitaban en sus perseguidas almas, como así fue.

Para Concepción “Chinito” Duarte Espinoza recibir al grupo de familias Yaquis, fue colocarse en la mira de las huestes del gobierno de Porfirio Díaz, no fueron nada fácil los tiempos para él y su familia desde 1907, hasta 1911, cuatro años de andar a salto de mata, escondiendo y protegiendo a aquellos desvalidos, por fortuna contó en tal acción, con el apoyo de todos los rosareños, mientras que unos Yaquis se escondían en un túnel, otros eran enviados a la sierra para los mismos fines, y otros más a las playas.

En 1909, llegó a El Rosario un grupo de hombres armados en busca de unos desertores de la leva del ejército de Díaz, y cuando unos niños y jóvenes de aquel entonces, entre ellos José “Pepe” Valladolid Ortiz, Alejandro “Mechudo” Espinoza Peralta, José del Carmen “Tambo” Espinoza Peralta, Carlos “Chale” Espinoza Peralta, y José del Carmen “Nico” Loya Espinoza, vieron que se dirigían hacia ellos los de a caballo para cuestionarles si en el pueblo había gentes que no hablaban español, y que les decían Yaquis; los chicos del pueblo bien adiestrados como estaban contestaron:

A los únicos fuereños que hemos visto en mucho tiempo, son ustedes.

Al día siguiente continuaron su andar con rumbo al sur peninsular, no sin antes hablar con el comisario del pueblo que era Don Francisco A. Meza Arce, quien bajo riesgo de ser pasado por las armas, negó que en El Rosario vivieran Yaquis; luego fueron a ver a mi tatarabuelo Policarpo Espinoza Marrón quien era Juez de Paz, encontrando aquellos furiosos con placa, la misma respuesta.

Ya para salir del pueblo le ordenaron al Chino Chinchan que de su tienda les llenara sus alforjas con víveres, y a mi bisabuelo Santiago Espinoza Peralta, frente a él le mataron a tiros dos de sus reses, cuyas carnes ya saladas cargaron en sus mulas, todo sucedió sin mediar palabras entre ellos, sólo feas y pesadas miradas de los “protectores” de la sociedad…

Fue un día después de que se fueron del pueblo los chacales de Díaz, que la “Nana Antonia”, de aquéllos Yaquis en mi tierra, fue atacada por sus perros, que eran unos diez, matándola a mordidas, sin que fuera auxiliada, pues todos sus paisanos se encontraban escondidos en un túnel, en la Sierrita, en el monte, y en las playas; le sucedió aquella desgracia porque fue la primera en acudir a su casa, al no existir el peligro representado por los del gobierno.

Con el paso de los años, a partir de 1910, ya con la seguridad del estrepitoso, sangriento, y vergonzoso derrumbe de la administración del gobierno de Díaz; Yaquis y millones de otros mexicanos tomaron infinidad de senderos de regreso a sus “Querencias”; porque una de las situaciones mas adversas por las que puede pasar un individuo, es andar a salto de mata, ser perseguido político, o religioso, o vivir en el exilio por cualquier razón, lejos de la tierra que lo vio nacer, eso, insisto es muy doloroso.

Los Yaquis refugiados en El Rosario, Baja California, no iniciaron su regreso a Sonora, a causa de la revolución mexicana, iniciada en 1910, y por temor de ser obligados a enlistarse, ya fuera en las filas del gobierno, o en las de la revolución; por esa razón permanecieron en el pueblo hasta por lo menos 1940; la mayoría se quedaron a vivir en Ensenada, y otros en sus ranchos en la comarca de El Rosario.

Los Yaquis formaron sus colonias en todos los lugares donde se refugiaron del gobierno de Porfirio Díaz, y posteriores a ese amargo episodio tan largo de la vida nacional; tenemos por ejemplos: En La Paz, Baja California, Sur, el barrio “El Esterito”; en El Rosario, “Colonia de los Yaquis Caitiobos”; en Ensenada “La Cuarta y Aldama”; en Hermosillo, Sonora, el barrio Yaqui que lo forman las colonias: “La Matanza”, “El Coloso”, y “El Sarmiento”.

Me comentó Orlando Ramonetti Appel, Bajacaliforniano radicado en Hermosillo, quien fue mi compañero de secundaria en 1970, que en la colonia Independencia de Ensenada, en aquélla década, un grupo de Yaquis realizaban la “Chapayeca” en semana santa, tradición que les fue impuesta por los españoles.

La “Chapayeca” en su lengua significa “Nariz Larga”, en referencia a la mentira, burla, hipocresía, y arrogancia. Con máscaras representan a los fariseos; máscaras como la que todos llevamos en la vida, simulando lo que no somos.

Los yaquis se encuentran relacionados con Mayos, Opatas, Tarahumaras, Pimas, y Pápagos.

Los Yaquis ancestralmente vivían a lo largo del Río Yaqui, pero al ser perseguidos, y a causa de las guerras que libraron para no desaparecer como pueblo, se vieron obligados a dispersarse por bastas regiones de México y Arizona, Estados Unidos; sin embargo como ha quedado dicho en párrafos atrás, miles cayeron en las crueles manos del chacal Porfirio Díaz Mori; que donde quiera que se encuentre, se debe revolcar porque los Yaquis sobrevivieron, y preservan sus ricas costumbres.

Al igual que lo han realizado desde hace centurias, los Yaquis en la actualidad tienen sus autoridades y medicina tradicional; sus parteras, curanderos, y se rigen por las ritos, costumbres, y tradiciones, que quien ha nacido entre éstas y las practica, son autollamados “Yoheme”, lo cual significa que son personas que cumplen con esas tradiciones y costumbres ancestrales, son Yaquis; mientras que quienes no han nacido entre ellos, y que no es un “Yoheme”, es un “Yori”, lo que significa que es de “fuera”; es decir, todos los que no somos Yaquis, somos Yoris.

Al caer en desgracia Porfirio Díaz Mori, y toda su “corte”, los Yaquis que lograron sobrevivir, poco a poco fueron regresando a pie hasta Sonora, y los que no lo lograron, fueron sepultados con la cabeza hacia “El Bacatete”.

Aunque bien podría seguir narrando sobre el asunto, prefiero y deseo dejar espacio para transcribir lo que Gerardo René Romo Quintero, avecindado de esa nación, en el municipio de Cajeme, Sonora, comenta acerca de su apreciación por nuestros homenajeados “LOS YAQUIS DE SONORA”.

Ingeniero Alejandro Espinoza Arroyo,

Muy buenos días, me llamo Gerardo René Romo Quintero y vivo en Cd. Obregón, Municipio de Cajeme, Sonora, en pleno corazón del Valle del Yaqui, y a unos cuántos kilómetros del pueblo de Cocorit, uno de los ancestrales ocho pueblos de la Nación Yaqui. Tengo 37 años de edad, y soy un apasionado de la cultura de la tribu Yaqui, tengo la dicha de vivir prácticamente dentro de territorio Yaqui y puedo visitar las comunidades con relativa frecuencia; déjeme decirle que leí su artículo sobre los “Yaquis Caitiobos en El Rosario, Baja California” y me pareció estupendo, yo sabía que había Yaquis en Baja California, pero no sabía que también había sido a causa de la diáspora que les causó Porfirio Díaz.

Por éstas tierras se cuentan aún muchos relatos acerca de este episodio tan amargo y difícil para la tribu Yaqui; todavía hay gente muy mayor que cuenta lo que les pasó a sus padres y abuelos, aún están muy abiertas las heridas, pero la tribu es muy fuerte, ha sabido sobrellevar y nunca olvidar esa parte de su pasado.

Tengo la dicha de ver todos los días, a lo lejos, la imponente, indómita y sagrada sierra de "El Bacatete", casi ningún “Yori” sabe lo que significa para un Yaqui ese tramo de Sierra, y lo que representa para su subsistencia como pueblo; y mucho menos se imaginan la cantidad de sitios y lugares históricos con los que cuenta; ésta sierra hasta hace muy pocos años era lugar prohibido para la gente "blanca", era inimaginable pensar que un “Yori” pudiera visitar este sitio; hoy las cosas han cambiado un poco, para fortuna nuestra, ya es posible visitar algunos de los sitios históricos y sagrados en compañía de algún muy buen amigo Yaqui.

Cada vez que tengo la oportunidad de visitar algún pueblo, ya sea Vicam, Loma de Guamúchil, Torim, Huirivis, Potam; siempre, indudablemente, me traigo conmigo alguna enseñanza, algo nuevo; la cultura yaqui es riquísima, vasta e inagotable, siempre tiene algo nuevo que contar; hoy que estamos a punto de entrar en la época del año más sagrada para ellos, que es la cuaresma o "Waejma", como ellos la llaman, es importante resaltar que esta época es de unidad y cohesión como grupo en la que se fortalecen los vínculos como comunidad, se reafirman y consolidan los valores impuestos por la "tradición" desde tiempos de los misioneros jesuitas.

Me llamó la atención que en su blog dice que el pueblo de El Rosario, Baja California se fundó el día 2 de Julio, le comento que esa misma fecha la celebran los yaquis de esta parte del Río Yaqui como la fiesta más grande después de la semana Santa; se celebra a la "Virgen del Camino", patrona de la tribu Yaqui, la vienen a visitar Yaquis de todas partes de la República y de Arizona en Estados Unidos.

La imagen de la “Virgen del Camino” permanece todo el año resguardada en una cueva en la sierra de "El Bacatete" y sólo la bajan una vez al año para su fiesta, así que creo que las coincidencias no existen, y los yaquis llegaron a su tierra, El Rosario, por alguna razón escrita en el cielo.

Ingeniero, me dio gusto saludarlo, y estoy a sus órdenes para cualquier cosa que se le ofrezca por éstas tierras Yaquis.

Reciba un fuerte abrazo de mi parte,

Gerardo R. Romo Quintero

20 de Febrero de 2012”.

Gracias a Gerardo René por compartir con nosotros esos agradables comentarios, que más que eso, otorgan a la nación Yaqui el reconocimiento y admiración de un “Yori” Sonorense, y desde luego de otro “Yori” Rosareño, medio Sonorense también.

En la actualidad la lucha del pueblo Yaqui por sus tierras y su autonomía continúa; al menos el gobierno mexicano les ha reconocido cierta región como propia, y también a sus autoridades tradicionales, aunque últimamente ha pretendido borrarlos de un plumazo por asuntos de agua; Pero eso, la historia lo hará llegar hacia el futuro.

En Arizona, Estados Unidos, se reconoce a la comunidad Yaqui.

AUTOR DEL ARTÍCULO.

ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO

EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA, MEXICO.

24 DE FEBRERO DE 2012.

El presente es un trabajo intelectual de su autor, quien lo tiene protegido bajo patente número 1660383, se permite su uso, siempre y cuando se otorguen los créditos correspondientes, y no se use con fines comerciales, ni de lucro.

NOTAS RELEVANTES Y FOTOGRAFIAS.

En Tijuana, Baja California, conocí a Gloria Leyva Domínguez, descendiente de la nación Yaqui, quien desde niña salió de su tierra, lo cual no provoca el olvido de sus ancestrales raíces; y así es con cualquier Yaqui, que por lejos que se encuentren, no olvidan el suelo que los vio nacer, ni de sus tradiciones que les da el ser.

Los ancestrales o tradicionales pueblos Yaquis son: Huirivis: es nombre de un tipo de pájaro; Pótam: significa topos; Cócorit: significa Chiltepines; Bácum: significa Lagunas; Vicam: significa Puntas de flecha; Tórim: significa Ratas; Ráhum: significa Remansos; Lomas de Guamúchil, y Belem.

La bandera Yaqui, y su descripción, así como el escudo del Estado de Sonora, los he tomado de Wikipedia, Enciclopedia libre:

“La bandera Yaqui tiene los siguientes significados:

El azul representa la fortaleza del pueblo Yaqui protegido por el manto azul del cielo, el blanco representa la pureza de raza de la sangre Yaqui, el Sol es el dios padre que ilumina y da vida a la raza, la luna es la diosa madre que los protege de noche y de día, las estrellas son los espíritus que vigilan desde el más allá los cuatro puntos cardinales del territorio Yaqui, la cruz es la nueva religión del Yaqui, y el rojo, la sangre que derramaron nuestros hermanos de raza por la defensa de nuestro territorio y autonomía como nación”.

ESCUDO DEL ESTADO DE SONORA.Descripción: http://t0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcQwQ0nuI-xoRvF-h0DRhM9LGys-QdBYAvh4KrortP7tJzkpsuZtDescripción: http://t0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTwdaMlX_MdWfQP7dj0vWUkgsWJA2Tz3QVQzEjcgFL9Y1avdQbDtgDescripción: http://t0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTwdaMlX_MdWfQP7dj0vWUkgsWJA2Tz3QVQzEjcgFL9Y1avdQbDtgDescripción: http://t0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTwdaMlX_MdWfQP7dj0vWUkgsWJA2Tz3QVQzEjcgFL9Y1avdQbDtg

Hasta aquí lo tomado de Wikipedia.

Felícitas Jaime León, curandera Yaqui del pueblo de Huirivis, Sonora

Cocinando quelites y carne con chile colorado; Ella es esposa de un

gobernador tradicional de la tribu; es comadre de Gerardo

René Romo Quintero.

Foto: Cortesía de Gerardo René Romo Quintero. Enero de 2012.

Alberto y Ricardo Romo Alvarez, hijos de Gerardo René Romo Quintero, posan

Frente a la iglesia de San Rafael, en el pueblo Yaqui de Huirivis, Sonora.

Cortesía de Gerardo René Romo Quintero.

Enero de 2012.

Sierra del “BACATETE” en Sonora, montañas sagradas para la nación Yaqui.

Tomada por Gerardo René Romo Quintero:

Año 2012.

Iglesia, y panteón en Vícam, Sonora, Cabecera y primer pueblo Yaqui.

Tomada por Gerardo René Romo Quintero: Año 2012.

Vivienda tradicional Yaqui, en Vícam, Sonora.

Foto: Gerardo René Romo Quintero: Año 2012

Cocina Tradicional de la milenaria nación Yaqui; en esos fogones cosen las

Tradicionales tortillas “Sobaqueras”.

Foto: Gerardo René Romo Quintero: Año 2012.

Cerro del “BOCA ABIERTA”, “TEN JAWEI” en lengua Yaqui; según su

Tradición, este cerro habló y predijo varios acontecimientos.

Foto: Gerardo René Romo Quintero: Año 2012.

Río Yaqui en una crecida, por desfogue de la presa Álvaro Obregón “OVIACHIC”,

En las cercanías de Bataconsiga, Sonora; que en lengua Yaqui significa:

“Lugar entre Agua”.

Foto: Gerardo René Romo Quintero: Año 2012.

Nuestra tierra se llama BAJA CALIFORNIA, no se llama “BAJA”, somos Bajacalifornianos, no “BAJEÑOS”.

“Nuestras tradiciones son cultura y conocimiento, cuidemos nuestros tesoros”.

La presente investigación no obedece lineamientos gubernamentales, ni políticos de ninguna índole.