Por su ascendencia con los nativos Cochimies, se considera la de mayor antigüedad en el pueblo.
Por Ing. Alejandro Espinoza Arroyo
02 de Agosto de 2011.
El soldado misional José Rito Ortiz, de origen español, y María del Carmen Espinoza Castro, -hermana del patriarca Rosareño Carlos Espinoza Castro-, fueron los fundadores del linaje ORTIZ, en El Rosario. Fue en 1809, cuando nació la primera Ortiz en este lugar, llamada Juana Ortiz Espinoza, después de ella nacieron varios hermanos y hermanas, entre los que se encontraba ROSARIO; cabe destacar que Juana murió joven, sin dejar descendencia, y que hacia 1835, nació otra hermana que en su memoria, le pusieron su nombre, ésta segunda Juana sí dejó familia.
Por Ing. Alejandro Espinoza Arroyo
02 de Agosto de 2011.
El soldado misional José Rito Ortiz, de origen español, y María del Carmen Espinoza Castro, -hermana del patriarca Rosareño Carlos Espinoza Castro-, fueron los fundadores del linaje ORTIZ, en El Rosario. Fue en 1809, cuando nació la primera Ortiz en este lugar, llamada Juana Ortiz Espinoza, después de ella nacieron varios hermanos y hermanas, entre los que se encontraba ROSARIO; cabe destacar que Juana murió joven, sin dejar descendencia, y que hacia 1835, nació otra hermana que en su memoria, le pusieron su nombre, ésta segunda Juana sí dejó familia.
Fue hasta cuando se casó Rosario Ortiz Espinoza con Josefa Aguilar Savin, hacia 1865, que en El Rosario se empezó a decir, que la familia Ortiz estaba en éstas tierras desde tiempos muy antiguos, cientos de años antes de la fundación de El Rosario como misión, en 1774. Pero no fue así, no fueron los Ortiz, sino que los que sí estaban desde hacía varios siglos eran los ancestros de Domingo Aguilar, y de Columba Savin, los padres de Josefa Aguilar Savin.
A cualquier persona de El Rosario, siempre y cuando conozca la historia de las familias antiguas, dirá: La familia más antigua es la Ortiz; se encuentran aquí desde los tiempos indianos.
Sin embargo, como ya ha quedado dicho, no son los Ortiz, sino los Aguilar y los Savin que se cruzaron por medio de Josefa con Rosario, hijo de padre Español, y nieto también de español por parte de madre.
Como quiera que sean las cosas, los actuales Ortiz, por parte de los Aguilar y los Savin, sí representan sangre milenaria en El Rosario. En la actualidad no existen en este lugar, ni Aguilar, ni Savin de los que hablamos, quienes recibieron sus apellidos castellanizados de sus padrinos, abandonando con esto su nombre ancestral; ya que según Doña Juana Ortiz Aguilar, y su sobrino Teófilo Ortiz García: Los “Aguilar” eran “Wagalá”, y los “Savin” eran “Amagamá”, ambos eran Cocomaque, es decir de la misma familia Cochimi, del tronco lingüístico yumano peninsular y dialecto Borgeño.
El primer Ortiz, Don José Rito, fue al igual que su cuñado Carlos Espinoza Castro soldado misional, o de cuera, de aquellas milicias que protegieron a los misioneros mientras fundaban misiones en la península bajacaliforniana; se retiraron de la milicia en 1827 de manera temporal, y entre 1833, y 1836 de manera definitiva debido principalmente a dos situaciones:
La primera que México era ya independiente de España; la segunda, que la misión como institución había sido extinguida por el gobierno del presidente de México Valentín Gómez Farías en 1833, además que ambos cuñados, José Rito y Carlos, eran entonces hombres de cerca de sesenta años de edad.
Los hijos Ortiz Espinoza, y otras familias primigenias de El Rosario, en su adultez se casaron, tuvieron a sus vástagos, y así poblaron “bastamente” toda la región, lo que hizo que gran parte de la rancherada para 1850, fueran familias la mayoría con origen en el sur peninsular, como las Espinoza, Ortiz, Acevedo, Marrón, Pellejeros, Machado, Arce, Montes, Murillo, Sevilla; y muy pocos representantes de otras familias, así como algunos hombres solos, algunos de bien, como Julián Jesse Ames, quien hacia 1808 se casó en El Rosario con Perfecta Escolástica Espinoza Castro; y muchísimos indeseables que merodeaban los ranchos y sus bienes, que cotidianamente hurtaban aquellos ladrones, asesinos y holgazanes.
Fue después de 1850, en que además del sur peninsular y de otras regiones, Sonora, y Sinaloa mayormente, fueron llegando paulatinamente más familias, sobre todo a fines de la década de 1860, con los descubrimientos de placeres de oro en Real del Castillo, hacia 1870.
Los placeres de oro, y otras actividades de importancia fueron el foco que atrajo en inmenso número a algunos hombres solos desde lejanos rumbos, principalmente de Estados Unidos de Norteamérica, la mayoría funestos y sombríos personajes que sembraron la desolación y la muerte entre los rancheros, algunos de estos rufianes emparentaron con mujeres descendientes de los pioneros dando origen a nuevas familias, que aún existen, desde luego, y que por respeto omitiré sus nombres.
Otro grupo de individuos solos, de buenas costumbres, laboriosos y ordenados hicieron su aparición en la formación de las estirpes bajacalifornianas, tales son los casos de Loya, Duarte, Valladolid, Arce, Villavicencio, Murillo, Collins, Sandez, Echeverría, Meza, y antes que éstos, hacía 1850 Montes. A principios del siglo veinte: Garcia, Meling, Romero, Salizzoni, Reseck, Arauz, Gerardo, y De la Tova.
Las familias que llegaron a El Rosario, hacia 1870, viajaron a pie desde sus lugares de origen, siempre sitios muy distantes y distintos. Tenemos como claros ejemplos a las familias Peralta, Camacho, Sotelo, Benson, y Grosso, quienes traían hijas consigo, siendo después las esposas de los hijos, de los nietos, de los bisnietos, y de los tataranietos de los pioneros.
Jamás llegó una mujer sola, y se casó con alguno de los rancheros, ellas siempre llegaron bajo la protección de sus familias; hombres solos sí, como los fundadores de familias que antes mencioné.
Regresando con los Ortiz, entre los hijos del primer matrimonio Ortiz en El Rosario, uno de ellos, Tomás Federico, fue el que dio continuidad a los trabajos de herrería que su tío Carlos Espinoza Castro, había traído al pueblo, y a la península actividad introducida por los misioneros. Tomás Federico Ortiz Espinoza, fue entonces el primer herrero de El Rosario, entendiéndolo como fuente principal de ingresos, aunque jamás, según sabemos, cobró una sola moneda por sus trabajos, porque aparte de que el dinero no existía en la península, o era sumamente escaso, la costumbre era intercambiar, bienes por bienes; así Santiago, sus pagos los recibía en trueque.
El primer talabartero fue José Pellejeros, por emparentar con su familia, trasmitió a Federico Ortiz Espinoza, su yerno, casado Josefa Pellejeros Sevilla; siendo uno de los primeros Ortiz con aquel oficio. El resto de los miembros de esta familia Ortiz fueron también nutrieros, vaqueros, agricultores, y vinateros, todos ellos aprendieron esos oficios de igual manera que la herrería de su tío Carlos, una de las personas más laboriosas, y útiles que ha dado mi tierra, desde que se tiene memoria.
El 21 de abril de 1859, nació en El Rosario, Anselmo Ortiz Aguilar, perteneciente a la tercera generación de su familia en El Rosario, fue hijo de Rosario y de Josefa. Anselmo fue quien viajó a sus 50 años de edad a remo desde la Isla de Guadalupe, Baja California, hasta la Playa de El Socorro, en 1909.
Fue la familia Ortiz la que después de 1833, se encargó de cuidar la misión, o lo que de ésta quedaba, no dejaban que nadie se acercara a la misión, apuntaban sus rifles cuando era necesario contra cualquier intruso que tratara de prospectar en busca de tesoros enterrados.
En la actualidad son los descendientes de Rosario y Columba, quienes habitan en El Rosario, los demás se encuentran dispersos por una gran extensión geográfica que abarca estados de México y de Estados Unidos de Norteamérica.
La familia Ortiz en El Rosario, compró una casa de madera de dos niveles que había sido construida por el noruego casado con Catalina Ortiz Aguilar, Salvador “Chip” Meling Olsen. Aquella casa fue por muchos años la única de dos niveles, y en madera, originalmente construida cerca de las casa de Don Salomé Acevedo Marrón, y de Don Anastasio Villavicencio Arce. Meling Olsen se las vendió a sus cuñados Ortiz Aguilar, quienes la desmontaron de su lugar original, y la levantaron de nuevo a lado Este del panteón misionero, frente a la entrada principal de la misión, camino de por medio; en el preciso lugar donde antes de la llegada de los españoles a El Rosario, por milenios vivieron en sus “WA” sus ancestros Wagalá, y Amagamá.
AUTOR DEL ARTÍCULO:
ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO
EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA, MEXICO
MARTES 02 DE AGOSTO DE 2011.
Este trabajo de investigación se encuentra protegido por el autor bajo patente 1660383; se puede citar en parte, o completo sin fines de lucro, otorgando el crédito al autor.
NOTAS RELEVANTES:
“WA”, eran las “chozas”, parecidas a los quepí de los nativos del norte; los de aquí las construían con ramas y varas, y las reparaban a diario, eran “permanentes”; también los nuestros vivían en cuevas; mientras que los del norte hacían sus quepís con cueros crudos y varas secas, y como eran nómadas las desmontaban y se las llevaban a otros lugares.
Primera generación en El Rosario, Baja California:
José Rito Ortiz y María del Carmen Espinoza Castro, casados en 1807.
Sus hijos: Juana (1809), Federico casado con Josefa Pellejeros Sevilla, Vicente murió soltero; Tomas Federico casado con María Luisa Pellejeros Sevilla; Rosario casado con Josefa Aguilar Savin; Juana (la segunda) casada con Nabor Arce de San Telmo, Baja California; y Santiago.
Sus hijos: Juana (1809), Federico casado con Josefa Pellejeros Sevilla, Vicente murió soltero; Tomas Federico casado con María Luisa Pellejeros Sevilla; Rosario casado con Josefa Aguilar Savin; Juana (la segunda) casada con Nabor Arce de San Telmo, Baja California; y Santiago.
Extrema izquierda: Darío Rábago, de sobrero en la mano Teófilo Ortiz García, siguen Benjamín Reseck Núñez, Rosario Duarte Valladolid, Jesus Espinoza Arce, al fondo de frente Rhode Dicochea Gaxiola, Concepción Reseck Duarte, y Manuel “Tehua” Espinoza Peralta: En la inauguración del Museo Comunitario “El Rosario”, el 09 de octubre de 1994. Solo sobrevive Teófilo Ortiz García: Foto: Ing. Alejandro Espinoza Arroyo.
Izquierda: Catalina Ortiz Aguilar y su hija Cotín Meling Ortiz: El Rosario, año de 1914.
Derecha: Última foto de Juana Ortiz Aguilar, hacia 1970: Falleció a los 100 años de edad.
Ambas hermanas fueron hijas de Rosario Ortiz Espinoza, y Josefa Aguilar Savin.
Izquierda: Sentada aparece Úrsula Duarte de Peña, y Dorotea Ortiz Aguilar, en El Rosario, en 1934.
Derecha: Anselmo Ortiz Aguilar, en El Rosario en 1917, al fondo en la puerta aparece su hermana Juana, la misma de la foto de arriba a los 100 años de edad, de perfil se ve a Juanita Duarte Ortiz.
Familia Ortiz frente a su primera casa, cuando reciben al alemán Eduardo Reseck, quien llega de San Diego, California a bordo de ese carro de mulas: El Rosario, Baja California: 1915.
Familia Espinoza Peralta: Mis bisabuelos que fueron padrinos de casi todos los niños Ortiz, nacidos entre 1905, y hasta 1931.
De Izquierda a derecha: Heraclio, Santiago (padre), Santiaguito, Josefa (mamá), Manuel “Tehua” niño sentados de pelo largo.
Atrás: Sofía, Emilia “Balbina”, y Maria Fe.
En los brazos de mi bisabuela Josefa: José de Jesús “Joselío Espinoza”.
Sentado en el piso: Mi abuelo Alejandro “Negro” Espinoza Peralta.
Todos ya han fallecido.
Foto en El Rosario, Baja California: 1915.
De Izquierda a derecha: Heraclio, Santiago (padre), Santiaguito, Josefa (mamá), Manuel “Tehua” niño sentados de pelo largo.
Atrás: Sofía, Emilia “Balbina”, y Maria Fe.
En los brazos de mi bisabuela Josefa: José de Jesús “Joselío Espinoza”.
Sentado en el piso: Mi abuelo Alejandro “Negro” Espinoza Peralta.
Todos ya han fallecido.
Foto en El Rosario, Baja California: 1915.
Que buena inf. muchas Gracias x compartirla.
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