viernes, 8 de julio de 2011

ORIGENES DE LA FAMILIA ACEVEDO, EN EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA, MEXICO.

POR: ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO
DERECHOS RESERVADOS BAJO PATENTE 1660383.

Eduardo Acevedo, soldado misional o de cuera, compañero de armas de Carlos Espinoza Castro, fue el primero de los Acevedo que hizo su aparición en El Rosario. Fue casado con Germana Ceseña, con quien procreó a Loreto, que en realidad fue el primero de esa estirpe que se asentó de manera definitiva en ese lugar.

Eduardo Acevedo, al igual que Carlos Espinoza Castro, y Jose Rito Ortiz, fundadores de esas familias en El Rosario, recorrieron las vastas distancias peninsulares por largos años a lomo de mulas, y caballos, todos los caminos reales que unían a las misiones, ya que en su trabajo de soldados de “Cuera”, en formación militar se movían de manera permanente siguiendo a los misioneros, a quienes cuidaban, haciéndolo bajo las órdenes del sargento José Manuel Ruiz, desde principios del siglo diecinueve, hasta la independencia de México.

Corría el año de 1827, cuando en viaje de sur a norte de Eduardo Acevedo y su esposa Germana Ceseña, -para entonces ya no era soldado de cuera-, les nació en El Rosario, su primer hijo varón, nombrado “Loreto”, por cuya razón se quedaron algún tiempo a vivir allí, que aunque fue corto, fue suficiente para que su hijo Loreto regresará en su juventud, donde se casa con la hija mayor de Carlos Espinoza Castro, llamada: Maria Rita Espinoza Salgado.

Fue el matrimonio Acevedo Espinoza, formado por Loreto Acevedo Ceseña y Maria Rita Espinoza Salgado, quienes se pueden tomar como los primeros “Acevedo” que radicaron en forma definitiva en El Rosario, ya que en 1848, les nació su primera hija llamada: Eulalia Acevedo Espinoza.

Los Acevedo Espinoza vivieron en su propiedad que se encontraba en la parte que vivió su nieto don Salomé Acevedo Marrón, en tierras que se llevó el arroyo hacia el año de 1977, en El Rosario de Abajo.

Además de Eulalia, procrearon a: Maria Vicenta Teresa, Martina, Zenón, e Hilario; habiendo nacido todos en El Rosario, la primera en 1848, y el último el 1863.

El día 13 de enero de 1866, Loreto Acevedo Ceseña, falleció a los 39 años de edad, dejando en la orfandad a sus hijos, y en la viudez a Maria Rita.

A la muerte de Loreto, la familia pasó a vivir a casa del abuelo Carlos Espinoza Castro, quienes al llegar a la adultez, se fueron casando, así lo hizo Eulalia quien se casó en primeras nupcias con Liberato Gastelúm con quien procreó a un hijo llamado Loreto Gastelúm Acevedo quien murió joven el 27 de noviembre de 1893, cuando ella contaba con 44 años de edad. Eulalia se casó en segundas nupcias con Hesiquio “Pellejeros” Sevilla.

Por su parte Maria Teresa Vicenta nació el 5 de abril de 1862, en El Rosario, y fue registrada en San Vicente Ferrer el 12 de octubre del mismo año.

Hilario nació el 4 de enero de 1863, y registrado en San Vicente Ferrer el 28 de agosto del mismo año, era el menor de la familia, quien perdió a su padre cuando contaba con apenas tres años de edad. Fue casado con Francisca Martinez originaria de “La Posta” de Los Algodones, quien nació en ese lugar mucho antes que Mexicali existiera. Hilario Acevedo Espinoza y Francisca Martinez, fueron padres de las bellas gemelas Clotilde y Matilde; ellos vivieron en su casa de El Rosario de Abajo, que se encontraba justo donde ahora se encuentran unos juegos infantiles en el patio frontal de la iglesia del “Nazareno”, frente al “parque”, muy cerca de la casa que fue de su primo hermano José del Carmen Espinoza Salgado, construida en 1863, lo que la hace una de las de mayor antigüedad que subsiste, y que hoy es propiedad de la familia Ceseña Amador. Otra de las antiguas casas en pie es la vecina de la anterior, que fue la casa de Policarpo Espinoza Peralta, y Amparo Arce, y que en la actualidad se conoce como la casa “Del tío Chuy Espinoza”, o casa de “Los Pleis”; la que data de la misma época que la casa que antes he descrito; o sea que estamos hablando de dos construcciones que a la fecha cuentan con 148 años de dar cobijo a varias generaciones de rosareños.

Martina fue casada con un hombre de apellido “Castillo”, y criaron a una muchacha invidente.
Maria Teresa Vicenta fue casada con Aniceto Duarte Salgado en San Telmo, Baja California, siendo él originario de San Diego, Alta California; procrearon a Domingo, Pío, y Altagracia Duarte Acevedo.

Zenón Acevedo Espinoza, nacido en El Rosario en 1855, fue casado con María del Carmen Marrón “Pellejeros”, siendo sus descendientes los actuales “Acevedo” en El Rosario, ya que los demás se fueron del pueblo a distintas regiones, en distintos tiempos; Los hijos “Acevedo Marrón” fueron:

Gregoria, nacida el 28 de noviembre de 1875.

Anastasio nacido el 15 de abril de 1877.

Román nacido el 8 de febrero de 1879

Andrés nacido el 4 de febrero de 1881.

Salomé (varón) nacido el 22 de octubre de 1884.

Eugenio nacido el 15 de noviembre de 1886.

Petra nacida hacia 1882. (Llamada así en honor a su abuela Petra “Pellejeros” Sevilla)
Bonifacio.

Y otra hija, la esposa que fue de Don Ruperto Aguilar. (Abuelos maternos de Ángel Zacarías Espinoza Aguilar).

Gregoria, la hija mayor de Zenón y Maria del Carmen, fue casada con José María Collins Meza, tuvieron a dos hijas. Gregoria falleció en El Rosario a los 22 años de edad en vísperas de los mil novecientos, la razón de su lamentable fallecimiento fue que al llevar vestido largo un frio día de diciembre, al acercarse al fuego en el que tenía una cubeta con agua calentando para bañar a las niñas, se le prendió el vestido, sin que nadie pudiera brindarle el auxilio tan requerido en aquellos momentos; sus quemaduras la llevaron a la muerte a los pocos días del suceso. Las niñas Carmelita Collins Acevedo y su hermanita, se acercaban al lecho de su madre para pedirle alimentos, sin que ella pudiera atenderlas como hubiera querido.

Román fue casado con Victoriana Saiz; mientras que Andrés fue casado con Paula Ruiz Peralta; Petra con Epigmenio Peralta Véliz. Paula y Epigmenio eran primos hermanos.

Los descendientes de Román, de Andrés, y de Salomé Acevedo Marrón, son los que actualmente habitan El Rosario; eventualmente lo visitan los descendientes de los demás hermanos Acevedo Marrón.

La familia Acevedo en El Rosario, se ha desempeñado en las labores propias que el resto de la población lo ha hecho, pasando por soldado de cuera, nutrieros, pescadores, vaqueros, arrieros, y gambusinos.

El presente trabajo es un breve panorama de los orígenes y la vida de ésta familia, que se encuentra íntimamente relacionada desde hace más de 180 años, con la Espinoza, Loya, Duarte, Peralta, Marrón, entre otras.

Román Acevedo Marrón, cuando entendió que su paso por la vida llegaba a su fin, en 1945, le pidió a sus hijos que lo sepultaran al lado de su muy querido bisabuelo Don Carlos Espinoza Castro, quien había fallecido el 12 de mayo de 1883, cuando Román contaba con escasos 4 años de edad, y su bisabuelo con 105, y que en su lejana memoria recordaba a Carlos con amplio cariño; así que fue sepultado a lado de él en el panteoncito de San Fernando Velicatá. El hijo de Don Román de nombre Candelario Acevedo Saiz, mejor conocido como el “Tío Calayo”, ha cuidado su tumba al igual que la de su madre, desde hace muchos años, convirtiéndose en el único habitante en la ex misión.

En mayo del 2008, última vez en que visité al “Tío Calayo”, me comentó que ya a sus 83 años de edad, poco le faltaba para irse para “El Potrero Grande”, allá donde se encuentran sus padres, y su tatarabuelo:

Ya no falta mucho para que me llegue el día en que debo “Amarrar los burros” me dijo animosamente.

Esas dos frases las escuché por primera vez en voz de Don Francisco “Panchito” Núñez Cota, amigo que fue de mi abuelo Alejandro “Negro” Espinoza Peralta, Don Panchito había nacido en el mineral del Álamo, Baja California, en octubre de 1910. Al comentarle esto al “Tío Calayo” contestó:

Esa era la frase que mi abuelo Zenón Acevedo Espinoza usaba, y que la había aprendido del abuelo de él, Carlos Espinoza Castro. Fue entonces que comprendí la antigüedad de esas expresiones; frases que adopté, y con las que me refiero al día en que también me habré de ir de ésta vida, el día en que deberé “Amarrar los burros”, e irme para “El potrero Grande”.
A mis parientes los Acevedo, y a quien esto lean habrán de disculpar lo breve de la narración. La genealogía de ésta familia de manera más amplia la publiqué en mi libro “LOS ROSAREÑOS”, en 1992.

AUTOR DEL ARTÍCULO:
ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO
EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA
08 DE JULIO DE 2011.


NOTAS RELEVANTES:
Loreto Acevedo Ceseña, falleció a causa de las heridas que causadas cuando lo tumbó un potro bronco al que amansaba en El Rosario.
Los Acevedo de mayor edad en la actualidad en El Rosario, son: Epifanio Acevedo Valtierra, y Pablo Acevedo Ruiz; mientras que otros de los “Viejos” viven en Santo Tomas, El Sauzal, y en el “Valle de los Cirios”, Baja California.

Se Puede utilizar ésta información, siempre y cuando no sea con fines lucrativos, debiendo siempre mencionar claramente la fuente, y al autor.


Candelario “Tío Calayo” Acevedo Saiz, y el autor Arriba: a lado de la tumba de Don Román Acevedo Marrón, y Carlos Espinoza Castro, y Abajo en las casas que subsisten en la ex misión de San Fernando Velicatá, Delegación de El Rosario, Baja California: Fotos tomadas por Alejandro Espinoza Jáuregui.


Publicado 24 / 11 / 03 en Periodico Regional, El Vigia:
http://www.elvigia.net/el-valle/2013/11/24/origenes-familia-acevedo-142126.html

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