Y solo por llevar en cuerpo y alma a esta tierra, por el solo hecho de saberla única, de saberla madre de miles de generaciones de todo tipo de seres, entre ellos a los humanos; por el deleite de haber recorrido palmo a palmo su gran geografía, ello me ha inspirado desde hace mucho tiempo a asentar unas cuantas palabras en ciertos arreglos, que insisto, según yo son poemas; aunque no tengan ni la cuadratura, ni la belleza del que sabe componer, y del que sabe escribir con certero estilo; del cual me encuentro bastante alejado; aun esto, no puedo dejar de compartir estas sencillas palabras en remedo de “arreglo literario”, eso sí, invitan a valorar a esta muy noble tierra, la que algún día, quizás en su seno nos recibirá.
Pero si les puedo decir, que solo repito las “palabras” que la península me ha susurrado, en los tantos recorridos que sobre su suelo he caminado:; puedo decir sin exagerar, que aunque me ha tocado componer estas viñetas, es la península de Baja California la que me ha inspirado. Inicio estas sencillas letras con:
BAJA CALIFORNIA: MI TIERRA
Baja California, península tan querida
Que tanto te debemos; tierra, montañas, mar, y desiertos;
A los que arrancamos la vida, sin nunca negarnos nada;
Nos proteges sin medida.
Haz sido tierra tan codiciada, tierra tan generosa
No obstante ser tan agreste,
Gracias a ti nos formamos, con una templanza fuerte.
California, península, Calafia; casa y Reyna de las amazonas,
Cubierta de riquezas, desde lejanos ayeres grandes codicias despertaste;
Aún sin saber que con el tiempo, ¡a nosotros te regalaste!
En tus desiertos tan rudos, bellos paisajes atesoras,
Siendo tan variados y únicos;
De ti todo mundo se enamora.
Como un dedo en el mar, en el que escribes tu historia;
Y en las pinturas rupestres,
Arte y pasión atesoras.
De misiones plagadas estás; de rancheros, y ranchos con sus ganados;
Desde antaño lo pregonabas, que todo el que a ti llegara;
En tu regazo lo abrazabas.
Ya tus pueblos norteños son ciudades; tus hijos peninsulares muy pronto las invaden;
Y los que de otras partes te llegan,
Es porque tus encantos, muy pronto, todos lo saben.
Los ranchos y pueblitos del desierto y la montaña,
Son como antaño; francos, directos, y a nadie engañan;
Eso sí, amigos hospitalarios, amigos sin recovecos;
Pues en tu suelo, esto es como un eco.
Hermosa península en la que tuve el gusto de nacer;
Espero que no muy tarde, a tu tierra he de volver;
Y ya pasado algún tiempo, en tu regazo;
Por siempre he de permanecer.
¡Que solo te llamas BAJA, dicen algunos por a´i!
Déjalos, no lo saben, son como plaga rapaz;
¡Como Baja California, eternamente seguirás!
“PRIMEROS POBLADORES BAJACALIFORNIANOS” La tierra peninsular, poblada desde antiquísimos tiempos está,
Milenario callejón sin salida,
Al que llegaron oleadas de antiguos y le entregaron su vida;
Desde el norte continental, durante milenios llegaron,
Sin poderse regresar, senderos, pedernales, metates, y concheros nos heredaron.
Un grupo empujando a otro grupo, siempre con rumbo al sur caminar,
En viaje sin retorno, del extremo peninsular;
Por tantos grupos llegar, a los anteriores empujar,
Llenaron cientos de nómadas la tierra peninsular.
Más tarde sus artistas brotaron, legando sus emociones,
Cientos de rocas pintaron, los míticos petrograbados,
Que por milenios grabaron, dejando un sin fin de cuevas,
Que como lienzos de arte rupestre colmaron;
En ocre y negro sus ilusiones plasmaron.
Después llegarían, cochimies, guaycuras, y pericués,
En esta tierra existieron, la que por hogar eligieron,
Teniendo por su cubierta, al alto cielo estrellado;
Y por límites a sus dos mares, a los que siempre bajaron;
Y de ellos se alimentaron.
Los europeos por su ambición, los lanzaron a la extinción,
Cuando ya habían sobrevivido por unos diez mil años, por todita la región;
La fortuna sonrió, a kiliwas, paipai, cucapah, y kumiai;
Los auténticos californios, que resisten aun en esta su tierra,
En esta su milenaria tierra peninsular.
EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA: “PUEBLO VIEJO”Allá en la lejana montaña, enclavado en arroyo con verde sauzal,
Se encuentra un antiguo pueblo, flanqueado por desérticos cerros, también flanqueado por un bravo mar;
Su origen es misionero, histórico como otros que hay;
Asiento de muchos pioneros, que a la península vida trajeron.
Pueblo viejo con tres direcciones;
Arriba, abajo, y el otro lado;
Muchas familias aquí se asentaron, labrando y cultivando la tierra,
También a su mar se adentraron;
Reclamando la sierra,
En sus ranchos, sus ganados pastaron.
Viejo pueblo de la ruta misionera, de costumbres;
De costumbres tan añejas: tus cabalgatas, tus vaquerías, tus jaripeos, tu vida sana;
En el campo sus fogatas, mantienen la llama viva de tu gente campirana.
Puerta al gran desierto central de la baja california;
Cardones, cirios, y chollas;
Los venados, águilas, y pumas, con borrego cimarrón;
Sin contar a tantos otros, que te han dado distinción.
Tus formaciones paleontológicas, sin olvidar a la geología,
Son atracciones majestuosas para la ciencia y la sabiduría;
Viejo y querido pueblo, El Rosario, del territorio el primero;
Tu bien que lo has de saber, muchos de la baja california,
En tu regazo, es donde empezaron a nacer;
Partiendo desde tu suelo a distintos rumbos para hacerla florecer,
Por eso pueblo de El Rosario, siempre ese orgullo, habrás de tener.
“LOS PIONEROS BAJACALIFORNIANOS”Baja California, como tierra prometida; donde nuestros pioneros sacaron la vida,
Formando un sinfín de ranchos; sembrando profundas raíces,
Raíces de fuerte estirpe, que han llegado a nuestros días.
Soldados de cuera, muleros, arrieros, herreros, mineros, vaqueros, músicos;
Fayuqueros, parteras, peluqueros, cocineros, comerciantes, pescadores, leñeros,
Leñadores, ganaderos, y cazadores; todos ellos después de misioneros y exploradores,
En esta tierra dejaron la vida, con esfuerzos sin medida;
La vida también de albañiles, carpinteros, maestros, alumnos, labriegos, agricultores,
Talabarteros, nutrieros, y vinateros.
Allá en los ranchitos serranos,
Las teguas, las prendas de cuera, los quesos,
La fruta, la carne seca, las asaderas;
Siguen igual que antaño, dando vida donde quiera;
Y sus rancheros tan rudos;
Rudos para evitar, que nuestras antiguas costumbres mueran.
En la Baja California, los que de pioneros nacimos;
Viajamos de tramo en tramo, por la ruta misionera;
Saliendo de nuestro diario devenir; llegando hasta el origen, En que en un rancho se empezó a vivir.
¿A dónde habrán ido nuestros pioneros?;
¿A dónde nuestros héroes, los que nos defendieron?,
Los que pelearon, los que expulsaron a filibusteros;
Esta agradecida tierra, sus restos y sus memorias;
Los guarda cual único tesoro, ¡cómo se habría de olvidar!:
Que con su sangre, a este suelo supieron regar.
Luego vendrían los troqueros, mecánicos, y científicos;
Que con su nuevo saber, también serían pioneros;
Y nuestra tierra, tan sabía que ha sido,
A un sinfín de quehaceres les ha dado la bienvenida;
Así, conocimiento, y grupos de todo tipo, han encontrado guarida;
Desde aquellos los lejanos, hasta estos los nuevos tiempos;
Han llegado para quedarse, y fructificar sin medida.
Así seguirá por siempre, como lo habría de dudar,
La tierra peninsular de pioneros plagada está,
Que no quepa ninguna duda; nuestra identidad, nuestras añejas costumbres,
Por buenas, por buenas han otorgado la vida;
Siempre habrán de perdurar.
Amistades, tradiciones y buenas costumbres,
Como inquebrantables hemos sabido forjar,
¡Aquí seguimos queridos pioneros!,
¡Donde quiera que ustedes puedan estar!;
¡Véanos, y sepan, que no los hemos de defraudar!.
“DESIERTO BAJACALIFORNIANO”Cuántos viajaron, y viajan;
Por los caminos del desierto peninsular,
Ignorando su gran belleza singular,
Atropellando su flora, atropellando su fauna,
Con grandísima crueldad.
El desierto cubierto de bellos cactus,
Bellas flores ofrece, de espinas cubiertos sus tallos;
Con majestuoso esplendor, el desierto se entrega agreste
Se entrega sin temor, arrinconado entre dos mares, con sus paisajes naturales, que nunca han encontrado pares.
A los cactus centenarios, altivos y de bello color,
Algunos humanos lo atacan, como si no tuvieran valor;
Ya sean balas, hachas, o machetes;
Los marcan, o destrozan, sin el más mínimo pudor.
Qué triste ignorancia reviste,
A estos seres que no aprecian, y creen que no causan dolor;
Quizás es por ello que los cactus,
Crecen, crecen entre más lejos mejor.
Es la Baja California, desnudo brazo con ardor,
Donde el sol ilumina la vida, y lo hace con fulgor;
Las montañas, llanos, y llanuras, junto con las chollas;
Y exóticos seres silvestres, han marcado, y otorgado distinción;
¡A este bello paraíso terrestre, al que queremos con harta pasión!
AUTOR DE ESTOS CINCO ARREGLOS:
ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO
EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA
A 03 DE MAYO DEL 2011.
NOTA: Estos arreglos los he compuesto en junio del 2008; y forman parte de un total de cincuenta que logre “componer” aquel año.
Que tal amigo!
ResponderBorrarMe gusto mucho todo lo que has escrito acerca de la tierra de Baja California!
En cuanto a tus poesias, estoy de acuerdo completamente con el comentario que te dio un amigo y que dice que si lo escrito te hace sentir profundamente, es poesia!!
Te felicito amigo "Vaquero".
Yo te considero un gran escritor..
Quiero conocer Baja California en mis vacaciones, espero podamos ir con mi familia y pasar unas vacaciones fabulosas. SALUDOS.
ResponderBorrarMatías - Viajes a Los Cabos
Cuanto amor sincero en sus poesias, no necesitan de reglas gramaticales para expresar en una forma tan bella el amor que se siente por Baja California y que usted Ingeniero sabe plasmar, en verdad lo felicito por sus expresiones tan bellas de esta tierra bendita que ha sido un refugio para muchas personas que "de muy lejos" hemos llegado para no irnos jamás. lo saludo con aprecio.
ResponderBorrarque bonito yo amo a Baja California mejor dicho a California esa hermosa peninsula soy sinaloense amante del noroeste mexicano Sinaloa Sonora y el hermoso brazo de tierra llamado Baja California cual el nombre correcto es California
ResponderBorrar