martes, 26 de marzo de 2013

FACHADA DE ACCESO AL PANTEON MISIONERO DE EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA.


Primer trabajo donado a la comunidad por la Asociación Civil “Trabajamos por mi histórico pueblo y Yo, El Rosario, Baja California, A.C.”

Por el Ing. Alejandro Espinoza Arroyo
El Rosario, Baja California
26 de Marzo de 2013
Artículo  número 111
Patente 1660383
“Somos de la Baja California, no de Baja”.

Nuestras tradiciones son cultura y conocimiento, valorémos nuestro legado.

          “Construíremos nuestra capital del mundo”, fue el nombre de Genoveva García Arauz, le puso por nombre a un grupo que formó a mediados del año 2012, en una red social del ciberespacio. Fue a iniciativa de ella que dio inicio el grupo cuyas pretensiones son realizar desinteresadamente mejoras en beneficio de nuestro pueblo El Rosario, Baja California, y con  ello, se ganó el apoyo de personas que se interesan por ser benefactores de la sociedad rosareña.
       La verdad, no cualquiera se lanza a realizar tal actividad, porque por principios de cuentas, se le debe entregar todas las energías disponibles que queden después de atender la vida cotidiana, y ni qué decir de los dineros que de su propio bolsillo salen para no regresar nunca más. Esa es una de las razones por las que admiro a Genoveva, rosareña radicada desde hace años en Estados Unidos de Norteamérica, y que por el cariño que le tiene al terruño que la vio nacer, y del que, por razones que sólo ella y la vida saben, tuvo que salir, se vió obligada a partir del pueblo en búsqueda de otros horizontes, y que aunque su salida fue sólo de manera física, su corazón y el amor por su tierra, la hacen volver, y volver, al grado que ahora se ha dado a la tarea de entregarse en una actividad tan dura, a veces tan ingrata, y a veces tan criticada, pero ella sacando fuerzas de su grandeza sigue adelante luchando por lo que quiere y por lo que cree.
       Bién sabemos que todos los seres humanos necesitamos 'algo' de qué agarrarnos en la vida, 'algo' que nos dé sentido de pertenencia, arraigo,  plenitud, que nos dé libertad, y entre otras cosas, para Genoveva, ha sido entregar parte de su esfuerzo a su pueblo. Es una rosareña de 36 años de edad, con dos hijos,  que atiende dos trabajos, que ocupan la mayor parte de su tiempo disponible, y aún así viaja hasta El Rosario, conduciendo por hasta diez o doce horas de ida, para 'dejar' la poca energía que le sobra por el bién comunitario.
   Cuando llegué a la agrupación de  Genoveva,  'La jefa' como le dicen los del grupo, ya cada quien realizaba distíntas labores, mi entrada fue originalmente a invitación de Nereida Castillo Meza, y después a la asociación civil por Genoveva. Al igual que Genoveva, todos los integrantes de la asociación civil, entregan valioso apoyo por lograr algo de bienestar al pueblo.
FACHADA DEL PANTEON MISIONERO DE EL ROSARIO.
     En 1980, asistí en El Rosario a un baile en el antiguo edificio 'Padre Salvatierra' de estilo Victoriano, que fue recinto de la tercera Escuela del lugar,  que había sido ocupado por sus primeros alumnos en diciembre de 1921, y que para 1980, se encontraba al punto del colapso.  Me dí a la tarea durante 13 largos años de andar picando piedra, para buscar su restauración, aunque hubiera preferido entonces mejor dignificar el panteón misionero que data de 1802, y que en mi niñéz había conocido muchas tumbas históricas que para la década de los 1980, habían desaparecido. Me encontré con la disyuntiva de atender el edificio 'Padre Salvatierra', o, el panteón, y cómo entonces mi edad era apenas de escasos 23 años, nadie creía en mi interés por nuestras reliquias ancestrales, es más, ni atención le ponían los del pueblo, y muchísimo menos las autoridades de cualquier nivel, si algunos apenas sabían de la existencia de El Rosario, mucho menos tenían idea que contamos con un pateón histórico.
   Bueno, así fueron las cosas, 'tuve' que abrazar primero la causa del edificio 'Padre Salvatierra', que de no haberlo atendido en aquél tiempo, ya no existiría hoy, por lo que nuestros forjadores en el panetón tuvieron que esperar a que les tocara su turno, los que por fortuna aún recuerdo el sitio donde descansan la mayoría de nuestros antepasados.
    Y cuando Genoveva me invitó para que los apoyara con el proyecto para un parque público, del cual estaban ya muy convencidos los del grupo para realizar, casi le rogué, sín decírserlo, que primero atendiéramos el panteón; en primer lugar porque no sé cuanto tiempo estaré en ésta vida, porque me quiero llevarme el gusto de ver ese sitio histórico como una joya de mi tierra; y en segundo lugar, porque no quiero olvidar el sitio donde se ubica cada tumba. Por fortuna en el grupo se tomó la desición de que primero sea atendido el panteón, desición que me congratuló, y que hasta ahora, no les había podido expresar.
    Por esa razón, de inmediato realizé el proyecto para la fachada acceso, y apresuré los trabajos para obtener la Asociación Civil, y poder estar en condiciones de ejecutar los trabajos en su primera etapa  éste mísmo año de 2013.
     Ya vendrán los días en que serán restauradas, y, construídas algunas históricas tumbas.
Espero que más temprano que tarde, los rosareños abrán de apegarse a éste esfuerzo, porque algún día, tal vez lejano, tal vez cercano, nos irémos de ésta vida, y al hacerlo, sería grato, creo, dejar algún legado por pequeño que éste sea...Gracias...

AUTOR DEL ARTICULO:

ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO
EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA
26 DE MARZO DE 2013.

El presente es  trabajo intelectual de su autor, quien lo protege bajo patente 1660383, se permite su uso, siempre y cuando no sea con fines comerciales, políticos, ni de lucro.

Miembros fundadores de la Asociación Civil.
Genoveva García Arauz
Lizbeth García Arauz
María Eugenia Espinoza Peralta
Martha Josefa Espinoza Peralta
Esmeralda Espinoza Peralta
Gabriela Espinoza Aguilar
Airam Guadalupe Vera Espinoza
Rosa Edna Arce Smith
Lizbeth Beltrán Arce
Humberto Beltrán Arce
Olga García Vélez
Deyssi Noemí Lara Martinez
Rosalinda Arce Espinoza
Ruth Espinoza Duarte
Alejandro Espinoza Arroyo


Así es como se verá la fachada de acceso al panteón misionero-histórico-cultural de El Rosario, Baja California.

Mi más amplio agradecimiento al Arq. David Alberto Díaz Fuentes por apoyarme en dibujar la presentación del proyecto.
Al igual para el Arq. Miguel Alcázar Sánchez por apoyarme a subír éstas narrativas al internet.

HABILITACION DE UN REFUGIO PESQUERO EN PUNTA SAN ANTONIO, EN EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA.


Por el Ing. Alejandro Espinoza Arroyo
El Rosario, Baja California
Artículo número 110
Patente 1660383
Viérnes 22 de Marzo de 2013.
“Somos de la Baja California, no de Baja'

Nuestras tradiciones son Cultura y conocimiento, valorémos y conservemos nuestro legado.


      Fue en 1988, en una ida desde la Escuela Superior de Ingeniería Civil en Obras Portuarias, perteneciente a la Universidad Autónoma de Baja California, Campus Ensenada, al centro de Ensenada, cuando el Ingeniero Marco Antonio Uribe Rojo, siendo  Director de la Escuela, y por haberse quedado 'a pie', me pidió llevarlo en mi carro a su casa, ubicada precisamente en el centro de la ciudad de Ensenada. En el trayecto, el ingeniero Uribe Rojo, quien  para entonces, y después de varios años de convivencia ya éramos amigos; me preguntó, que si de qué manera pensaba titularme de Ingeniero Civil en Obras Portuarias, a lo que contesté, que me gustaría realizar algún proyecto de tesis profesional en alguna materia que al realizarla, además de servirme para mi tesis profesional, fuera de utilidad para los pescadores de mi tierra, ya que ese es nuestro orígen, además del orígen vaquero de mi gente en El Rosario, a quienes deseaba aportarles aunque fuera 'algo' que proviniera de mis estudios.
    Tengo, dijo el ingeniero Uribe Rojo, una idea de proyecto que hace mucho tiempo, cuando fui Director del Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada, Baja California: 'CICESE', quise realizar, pero por no conocer a nadie de mi confianza en la pesca  ribereña, y que además le pudiera interesar ese proyecto, guardé la idea en medio borrador, así que si gustas, te la puedo 'dar' para que la desarrolles en el lugar que gustes, donde te parezca mejor, puede ser en el litoral del Golfo de California, o en el  Pacífico, dentro del Estado de Baja California; pero, agregó el ingeniero, conociéndote, sé muy bien que lo 'jalarás' para tu pueblo.
   Ya te imaginarás que es un trabajo 'de locos', es muchísima la investigación que deberás realizar, pues no existe información de campo, será un trabajo caro, laborioso, complejo, y desgastante.
   Dejé en su casa al Ingeniero, quedando de pasar por él al día siguiente por la mañana; y cuando eso sucedió, me entregó un puñado de viejos papeles, algunos escritos a mano y otros en máquina, que aún conservo en mi archivo histórico.
Aquí te traje lo que ayer platicamos, me dijo, de toda la gente que conozco creo que eres el indicado para realizarlo.
  Estudié aquéllos planteamientos de la idea del ingeniero, pasé a visitarlo en varias ocasiones, según las dudas que me fueron surgiendo. Me fuí documentando sobre el proyecto durante el resto de 1988, y durante todo el año de 1989, incluso en un viaje de la escuela, en noviembre de 1989, fuí al puerto de Lázaro Cárdenas, en Michoacán, y a Petacalco, Guerrero, donde el ingeniero Uribe había trabajado por muchos años.
     En enero de 1990, cuando ya había terminado la carrera profesional, llegué a la oficina del ingeniero Uribe Rojo, en la Dirección de la escuela, y sín más preámbulo, le dije:
Ingeniero, llevo casi dos años estudiando para realizar su idea del 'Refugio Pesquero', y creo que es la hora que me acompañe a campo, porque he decidido que sea en Punta de San Antonio, extremo sur de la bahía de El Rosario, donde realizaré los trabajos, además ya tengo 32 años de edad, y no quiero que pase 1990, sín obtener mi titulo. -Me andaba titulando de ingeniero a los treinta y dos años de edad, mientras que el ingeniero tenía entonces, cuarenta y cinco años  de titulado, y más de setenta de edad.-
Y por qué, haz decidido que sea en ese lugar?, me cuestionó.
     En éste  par de años, le contesté, he recorrido casi todos los sitios tanto en el Golfo de California, como en el litoral del Pacífico, y por condiciones naturales cualquier lugar puede ser ideal, sín embargo he observado que los pescadores no creen en lo que les he planteado, y han sido los pescadores que se encuentran en Punta de San Antonio, los únicos que muestran  interés, aunque se les nota cierta incredulidad, pero su resistencia es menor que en los de otros sitios.
Bueno, la desición es tuya, adelante, contestó el ingeniero, sin ningún enfado.
   Para enfrentar el vasto trabajo de la investigación, invité a dos compañeros graduados en mi generación, los hermanos Daniel y David Couttolenc Suárez, para que formaran equipo de tesis conmigo, y como aceptaron, estuvimos viajando a campo durante la mayor parte de aquél año.
   Los días uno y dos de agosto de 1990, el Ingeniero Uribe nos acompañó a San Antonio, para 'su' reconocimiento de campo, y darnos las directrices del proyecto que deberíamos realizar.     
      En El Rosario, nos hospedamos el primer día en mi casa, luego pasamos a ver a mi hermano Héctor, quien nos dotó con bastantes víveres para la ida a Punta de San Antonio, nos prestó su troque, y le pidió a Federico Aguilar Aguilar para que al día siguiente nos llevara a San Antonio, fuimos además en un carrito de mi propiedad, en el que después realizamos otros diez viajes de Ensenada a Punta de San Antonio.
     Ya en San Antonio, acompañados por el Ingeniero Uribe, recorrimos a pie varios kilómetros de costa, analizamos el oleaje, la morfología costera, las corrientes litorales, la granulometría costera, y cuantos datos se deberían estudiar a fondo. Regresamos el mísmo día a El Rosario, y al siguiente a Ensenada, allá dejé al ingeniero, y regresamos los tres tesistas a El Rosario, y luego a San Antonio.
     Durante el período de los estudios acampamos a la orilla de la playa en dos pequeñas tiendas de campaña, pasamos frío, hambre, y escacés al por mayor, sobretodo para sufragar los gastos de los largos traslados, que realizamos en el carrito de mi propiedad, al que llamaba 'el chevrolet rojinegro',  que rodó las polvorientas brechas del valle de San Vicentito. 
     Realizamos los estudios de ingeniería de costas, niveles del mar, oleaje distante, oleaje local, vientos, morfología costera, análisis de granulometría de playa, hidrología, y mucha más información de campo. En campo nos poníamos de pie a  partir de las tres o cuatro de la mañana, y parábamos por allá de la siete de la tarde.
       La topografía de la línea costera la realizamos sin contratiempos, y para el estudio de batimetría, es decir, medir  la 'topografía' del fondo marino, la levantamos el 14 de octubre de 1990, contamos con el apoyo de una lancha prestada del grupo de pescadores del lugar encabezados por el rosareño Santiago Reseck Duarte; el lanchero fue el tambien rosareño Jesús Duarte Espinoza, el ecosondísta Daniel Couttolenc Suárez, banderero Elías Arroyo Castro, en tierra, en un teodolito David Couttolenc Suárez, y yo en otro para realizar las triangulaciones. El equipo para los trabajos de batimetría fue trasladado de El Rosario a San Antonio, en un camioncito facilitado por mi hermano Eduardo.
         Con la información levantada en campo, trabajamos en laboratorio de mecánica de suelos, y de oleaje en la escuela de igeniería en Ensenada; en gabinete las jornadas fueron agotadoras, de hasta veinte horas diarias. Total, que para noviembre de 1990, habíamos concluído  todos los trabajos de campo, gabinete, y la presentación final; siendo asesorados por el propio ingeniero Uribe Rojo, y como Director de Tesis el ingeniero Antonio García Yáñez, ambos con vasta experiencia en ingeniería de costas, oceánica, y obras marítimas.
       El examen profesional fue concertado para el día 14 de Diciembre de 1990, encontrándose entre los jueces los ingenieros Marco Antonio Uribe Rojo, y Antonio García Yáñez, siendo la primera tesis presentada en la historia de la Escuela Superior de Ingeniería, de la Universidad Autónoma de Baja California; y dentro el público asistente, entre familiares y amigos; se encontraba muy complacido mi abuelo Alejandro Espinoza Peralta, quien unos meses después falleció, en agosto de 1991, pues dijo que después de presenciar mi examen profesional, era muy poco lo que le quedaba por ver y hacer en la vida...
     Fue así como llegó a El Rosario el proyecto para la habilitación del refugio pesquero que les comento. De aquél ardúo trabajo, de cuyos resultados, le otorgué una copia de planos a Santiago Reseck Duarte, en agradecimiento por habernos prestado la lancha para realizar la batimetría; el proyecto oríginal completo se encuentra en mi archivo histórico.
En la actualidad,  es ya una obra casi por concluír, en los mísmos términos del proyecto original, según me lo comentó Martín García Reseck, el pasado domingo 17 de marzo, a quien me encontré por casualidad, mientras me encontraba tomando algunas desiciones para la fachada de acceso al panteón misionero de El Rosario, proyecto que en donación  llevaremos a cabo un grupo de rosareños éste año, y del cual narraré los pormenores en otra ocasión.
      Desconozco el orígen del capital con el que se construye 'El Refugio Pesquero',  la última vez que tuve contacto con tal proyecto fue en abril de 2009, cuando Santiago Reseck Duarte, quien gestionó la realización de la obra,  me buscó hasta 'debajo de la piedras', y me invitó para que me hiciera cargo de los trabajos de su construcción; por tal motivo fuí a San Antonio en Abril  de 2009 en su compañía, y le orienté sobre el particular.
       Por razones que no conozco, no participé en la ejecución de la obra, tal vez sería por las reglas de operación que los propios financiamientos suelen traer consigo, o por alguna otra que nunca supe, pero ya no fui llamado después de abril de 2009; entiendo que en la ingeniería las cosas son así, o aceptan los presupuestos de honorarios, o no.
      El ingeniero Marco Antonio Uribe Rojo, quien me distinguió con su amistad, y con  conocimientos de la ingeriería, fue un destacado mexicano, hombre de fino trato, que estudió en el colegio militar para ingenieros.  En Londres, Inglaterra, realizó estudios de especialidad marítima. Fue asesor de varios presidentes de la República, Director del Cicese; publicó algunos libros a los que llamó: 'Apuntes de Ingeniería”, en los cuales colaboré en la elaboración de los dibujos, obsequiándome dos ejemplares autografiados por él; participó ampliamente para la construcción de varios puertos mexicanos, como el 'Lázaro Cárdenas', en el Estado de Michoacán;  Trabajó por décadas en los Estados de Tamaulipas, Veracrúz,  Yucatán, y Baja California. He comentado ésto, sólo por citar brevemente algo de su amplia experiencia en la ingeniería, adquirida  a lo largo de  50 años de su vida profesional.
    Falleció hacia 1995, sín que me pudiera enterar, ya que ante tal acontecimiento, me encontraba trabajando fuera del país.
     Por lo que hace al ingeniero Antonio García Yáñez, hombre de gran calidad humana, fue durante muchos años ingeniero de la paraestatal Puertos Mexicanos; nos seguimos trantando hasta su fallecimiento, ocurrido el 11 de noviembre de 2011, cuando contaba con 58 años de edad, había nacido en  Tres Marías, Morelos, México.
A los hermanos Couttolenc Suárez escasamente los he vuelto a ver desde 1990.
      Fue así, como lo he narrado, y a las personas que he citado, que se dio la oportunidad a El Rosario de contar con un 'Refugio Pesquero', y que el grupo  'Reseck', le dio mediante diversas gestiones, y trabajo de construcción el toque final a la idea del Ingeniero Marco Antonio Uribe Rojo, y a la labor que, en 1990, con tántas carencias llevamos a cabo tres 'estudi-hambres',  para desarrollar el proyecto; hoy ya una realidad en El Rosario, Baja California, de la que quizás alguna vez tenga la oportunidad de narrar los pormenores de cómo fue que se construyó, y con el apoyo financiero que qué instancias.
    Agradezco profundamente a la vida por haberme permitido alternar con  los ingenieros Marco Antonio Uribe Rojo, y Antonio García Yáñez, dos amigos de ley, expertos ingenieros, y valiosos seres humanos, que ya se fueron para el 'potrero grande', como dirían  los vaqueros de mi tierra.


AUTOR DEL ARTICULO:

ING. ALEJANDRO ESPINOZA ARROYO
EL ROSARIO, BAJA CALIFORNIA
VIERNES  22 DE MARZO DE 2013.

El presente trabajo es propiedad  intelectual del autor quien lo protege bajo patente número 1660383, se permite su uso siempre y cuando se otorguen las menciones y créditos correspondientes, y no sea utilizado con fines políticos, comerciales, ni de lucro.

NOTAS RELEVANTES: Los sitios costeros del Estado de Baja California en los que se podría haber desarrollado el proyecto, y que visité uno a uno entre los años de1988 y el '89, fueron:
           Por el Golfo de California de norte a sur: Campo San José, Campo Unión, Campo Pee Wee, Campo La Perlita, Puertecitos, Bahía San Luís Gonzaga, Bahía de Los Angeles, La Animas, y Bahía de San Francisquito.
           Por el Oceano Pacífico de norte a sur: Puerto Santo Tomás,  Ejido Eréndira, Punta Cabras, Cabo Colonet, Punta Camalú, Campo San Ramón, Campo Costa Rica, La Lobera, Punta Baja, Agua Blanca, Punta San Antonio, Campo Nuevo, Campo San Carlos, Santa Catarina, Punta Canoas, Punta Blanca, Punta María, Santa Rosaliíta, Ejido Morelos, y El Tomatal.

De izquierda a derecha: El autor de ésta narrativa, Ing. Marco Antonio Uribe Rojo, David Couttolenc   
           Suárez. El Rosario, Baja California, a 01 de agosto de 1990.
Recién arribando al baradero que existía en Punta de San Antonio.

                                     01 de Agosto de 1990. Foto: Archivo Ing. Alejandro Espinoza Arroyo.
Recibimos las directrices del proyecto de parte del Ing. Uribe


Foto: Federico Aguilar Aguilar: 1 Agosto 1990: Archivo Ing. Alejandro Espinoza Arroyo.